lunes, 23 de noviembre de 2009

El Pensamiento - parte 1

¿Por qué buscamos algo que nos haga felices?, ¿Por qué buscamos la verdad?

Para la mayoría de nosotros el buscar algo es un modo de eludir lo existente. Debemos pues, aclarar muy bien para nosotros mismos, si esta búsqueda de la verdad, o de Dios, es una escapatoria o si es la búsqueda de la verdad en todo: en nuestras relaciones, en el valor de las cosas, en las ideas. Si sólo buscamos a Dios porque estamos cansados de este mundo y de sus miserias, se trata de una escapatoria. Entonces creamos un dios, que por lo tanto no es Dios, evidentemente. Es una maravillosa evasión. Pero si tratamos de encontrar la verdad, no en una serie exclusiva de acciones sino en todas nuestras acciones, ideas y relaciones, si buscamos la verdadera valoración del alimento, el vestido y del albergue, entonces, la encontraremos. Entonces no será una evasión. Pero si estamos confusos con respecto a las cosas de este mundo -alimento, vestido, vivienda, relaciones e ideas- ¿cómo podremos encontrar la realidad? Sólo podremos inventar una "realidad". Dios, la verdad o la realidad, no pueden ser conocidos por una mente que e halla confusa, condicionada, limitada.

¿Cómo puede pensar en la realidad, Dios, o lo que sea una mente condicionada?

La mente primero tiene que "descondicionarse". Tiene que liberarse de sus propias limitaciones, de su condicionamiento.

El condicionamiento de la mente le es impuesto interior y exteriormente, y mientras la mente engendre discordia, conflicto en la vida de relación, no podrá conocer la realidad. De modo que si uno ha de conocer la realidad, la mente tiene que estar en calma; pero si a la mente se la obliga, se la disciplina para que se calme, esa calma es en sí misma una limitación, mera autohipnosis. La mente sólo llega a calmarse y a liberarse cuando comprende los valores que la rodean.

Para comprender, pues, aquello que es lo más elevado, lo supremo, lo real, debemos empezar muy bajo, muy cerca; es decir, tenemos que descubrir el valor de las cosas, de las relaciones y de las ideas con las cuales no ocupamos a diario.

¿Cómo se puede buscar la realidad?

Puedes inventar una "realidad", puedes copiar, puedes imitar y como has leído tantos libros, puedes repetir la experiencia de los demás. Pero eso, por cierto, no es lo real. Para experimentar lo real, la mente debe dejar de crear; porque cualquier cosa creada por ella sigue dentro del cautiverio del tiempo y del pensamiento. El problema no consiste en saber si hay o no Dios, sino en cómo podrá el ser humano descubrir a Dios, y si el ser humano en su búsqueda se desprende de todo, inevitablemente encontrará esa realidad. Pero tiene que empezar con lo que está cerca, no por lo que está lejos. Es obvio que para ir lejos hay que empezar cerca. Pero la mayoría de nosotros desea especular, lo cual es una escapatoria muy cómoda. Por eso, las religiones ofrecen tan maravilloso narcótico a la mayoría de la gente. De suerte que la tarea de desenredar la mente de todos los valores que ha creado, es en extremo ardua. Y como nuestra mente está fatigada, o somos perezosos, preferimos leer libros de filosofía o religión y especular acerca de la Vida y de Dios; pero eso, a buen seguro, no es el descubrimiento de la realidad. Realizar, realizarse como persona es "vivenciar", no imitar.

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