sábado, 2 de enero de 2010

Había un peregrino…


Había un peregrino… uno como algunos de nosotros…que tuvo la suerte de poder estar en un lugar maravilloso…un monte situado en Senegal, cerca de Mauritania… y allí frente a este imponente paisaje y propicio para su mente…se dispuso a meditar… junto a un sabio del lugar.
El viejo hombre luego de contemplarlo silenciosamente por un largo rato, mientras nuestro peregrino estaba allí, sólo le dijo: “No medites hacia afuera, hazlo hacia adentro. El gran paisaje propicio para la elevación no está en este monte, ni en ningún otro en el mundo. Tu propia alma es el gran paisaje. Todo camino es interior, puesto que el universo está dentro de ti mismo”

Al principio, el peregrino, fascinado por la belleza y lo majestuoso del lugar, no comprendía este gran mensaje , pero al silenciarse…entró en meditación y ¡vio la luz! Allí en su interior descubrió todos los paisajes, todos los astros, el Universo todo, sus amigos y su familia… El era TODO…


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