jueves, 24 de junio de 2010

Un destino de gloria


Existe el destino, como el producto de nuestras habilidades específicas y nuestro temperamento innatos, y como resultado de nuestras tendencias individuales; que nos conduce por el camino de la vida para realizarlo.
La existencia puede depararnos sinsabores y enfrentarnos a serios obstáculos, pero también nos brinda oportunidades.
Cada persona es única y tiene una historia, un modo de ver la vida y de vivir sus experiencias; pero es la fuerza interior la que logra trascender cualquier condicionamiento y hace el milagro de aprovechar el potencial con que nacimos.

Nuestro más célebre futbolista de todos los tiempos, el Sr. Maradona, es un ejemplo.
Este famoso deportista, tuvo un origen muy humilde, del cual nunca renegó aunque la humildad no fuera su característica más destacada, pero tuvo la oportunidad de que se conociera su destreza en el manejo de la pelota en una cancha, llegando a alcanzar el orgullo de destacarse como ningún otro.

Menudo de estructura y de baja estatura, nadie se aventuraba a augurarle una posición privilegiada porque parecía no estar dotado para un desempeño sobresaliente; sin embargo, esa condición le sirvió para adquirir velocidad y poder escurrirse entre sus rivales para hacer goles, los más espectaculares que jamás nadie había hecho.

Es difícil lidiar con el éxito cuando uno es joven, de vida modesta e inexperto; y muy fácil caer en la tentación, cuando el dinero comienza a fluir a manos llenas en quienes nada tienen ni esperan.
Él no fue la excepción y se vio envuelto en situaciones inmanejables en que resulta muy difícil salir airoso, sin perderse en el camino, y sin el riesgo de perder prestigio y que sus habilidades resultaran disminuidas.
Sin embargo, a pesar de todo, su carrera futbolística ha sido y continúa siendo un éxito, porque el fútbol fue y sigue siendo su gran pasión y siempre logra mantener encendida la luz que ilumina su camino para cumplir su destino.

Cuando todos pensaban que su retiro era inminente para gozar de un merecido descanso, y después de haber superado graves problemas de salud y adicciones, vemos que está intentando alcanzar nuevamente la gloria, poniendo a prueba todas sus energías, actuando como director técnico del seleccionado argentino, en el mundial de fútbol que se está llevando a cabo en estos momentos en Sudáfrica.
Una vez más, demuestra saber aprovechar la oportunidad que le dio el único hombre que parecía creer en él cuando los demás expertos en ese deporte no consideraban prudente confiarle el seleccionado.
El Sr. Maradona, además de haber sido un deportista excepcional, parece querer demostrar que también puede ser genial como director técnico, y proponerse hasta ganar otro mundial de fútbol.
A mi juicio es una persona poco común, porque no sólo fue capaz de vencer como ningún otro la valla de una cancha sino también de salir airoso de todos los obstáculos que su misma notoriedad lo llevó a padecer, y continuar su trayectoria de ganador, enfrentando ácidas críticas de muchos teóricos que opinan detrás de un micrófono pero que tal vez nunca pisaron una cancha.

La gente suele no perdonar el éxito, tal vez porque la mayoría nunca llega a ser famosa y solo les queda envidiar a los pocos que la alcanzan.
Tampoco pueden perdonar el lado oscuro de los exitosos, que en ellos es más evidente pero que todos también tienen y guardan bien oculto.

En la hoguera de la fama, se queman muchas vidas, pero algunos como él, parecen resucitar después de haber sido declarado casi un muerto público. Sin duda se necesita tener mucha capacidad y también muchas agallas.
No importa el resultado del mundial, porque no depende solo de él y porqueademás, lo más importante es rescatar su actitud y su fortaleza, para seguir compitiendo a pesar de los altibajos de su existencia.


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