sábado, 1 de octubre de 2011

Actitud vs. Aptitud

Hace ya unos cuantos años una de las universidades más prestigiosas del mundo realizó un importante estudio que concluyó algo que muchos podíamos intuir, pero que nadie hasta entonces había analizado de manera seriamente argumentada: en la dicotomía aptitud-actitud el 85 por ciento de las probabilidades para alcanzar el éxito en la vida recaen en la actitud. Es decir, si bien tener una preparación correcta es importante para conseguir lo que uno se proponga, lo absolutamente fundamental es tener una actitud adecuada.

La universidad que realizó ese estudio fue HARVARD. También el Carnegie Institute of Technology llegóa esta misma conclusión:el 15 por ciento de lo que uno gana se debe a sus habilidades técnicas, el restante 85 por ciento a sus habilidades personales. En sus estudios,el Dr. William Menniger descubrió que entre el 60 y el 80 por ciento de los despidos laborales se producían por incompetencia social. Sólo del 20 al 40 por ciento eran por incompetencia técnica. Años más tarde, a principios de los noventa, en otro estudio, entre más de doscientos vendedores en los Estados Unidos, la Universidad de HARVARD analizó las cualidades básicas de los vendedores excelentes respecto de los buenos, mediocres o definitivamente malos. Se concluyó que hay dos cualidades básicas en todo vendedor con extraordinarios resultados: la empatía y la actitud. Otra vez la actitud como piedra angular del edificio de nuestro éxito. Daniel Goleman, escritor de extraordinario prestigio, y cuyo libro INTELIGENCIA EMOCIONAL se convirtió en un best seller de enormes proporciones, nos viene a decir que para alcanzar lo que queramos en la vida el coeficiente intelectual (en contra de lo que venía siendo habitual en la concepción tradicional), no es lo que constituye la diferencia entre el éxito y el fracaso en una persona.
Existe otro tipo de inteligencia que tiene mucho más que ver con el éxito de toda persona: la inteligencia emocional. ¿Y qué es ésta? Ciertamente podríamos decir que es un sinónimo de actitud. Así las cosas, plantearnos conseguir, mantener y desarrollar una actitud constructiva es un objetivo fundamental si queremos alcanzar nuestros propósitos, incluida la tan ansiada felicidad.


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