jueves, 31 de mayo de 2012

Recogimiento

Sé sabia, Pena mía, y permanece en calma.
Reclamabas la Noche; ya desciende, hela aquí:
Envuelve a la ciudad una atmósfera oscura
A unos la paz trayendo y a los más la zozobra.

Mientras que la gran masa de los viles mortales,
Del Placer bajo el látigo, ese verdugo impávido,
Cosecha sinsabores en la fiesta servil,
Ofréceme tu mano, Pena mía, ven aquí

Lejos de ellos. Mira balancearse los años transcurridos
Con vestidos ridículos, sobre las balaustradas
Del cielo; la nostalgia burlona ya emerge de las aguas;

Descansa bajo un arco el moribundo sol
Y, tal enorme sudario rezagado, hacia Oriente,
Oye, querida, oye cómo avanza la Noche.

Charles Baudelaire

Todavía no he olvidado...



Todavía no he olvidado, cercana a la ciudad,
Nuestra blanca mansión, pequeña más tranquila,
La Pomona de estuco y la antigua Afrodita
Velando su pudor tras una rala fronda,
Y el sol, en el crepúsculo, destellante y soberbio
Que, tras el vidrio donde se quebraban sus rayos,
Parecía, gran pupila en el cielo curioso,
Contemplar nuestras largas y solitarias cenas,
Derramando sus bellos reflejos alongados
En el estor de sarga y en el frugal mantel.


Charles Baudelaire

miércoles, 30 de mayo de 2012

El amor engañoso

Cuando te veo cruzar, oh mi amada indolente,
Paseando el hastío de tu mirar profundo,
Suspendiendo tu paso tan armonioso y lento
Mientras suena la música que se pierde en los techos.

Cuando veo, al reverbero del gas que va tiñéndola,
Tu frente aureolada de un mórbido atractivo
Donde las luces últimas del sol traen a la aurora,
Y, como los de un cuadro, tus fascinantes ojos,

Me digo: ¡qué bella es! , ¡qué lozanía extraña!
El taraceado recuerdo, pesada y regia torre,
La corona, y su corazón, prensado como fruta,
Y su cuerpo, están prestos para el más sabio amor.

¿Serás fruto que en otoño da sazonados sabores?
¿Vaso fúnebre que aguarda ser colmado por las lágrimas?
¿Perfume que hace soñar en perfumes lejanísimos,
Almohadón acariciante o canastilla de flores?

Sé que hay ojos arrasados por la cruel melancolía
Que no guardan escondido ningún precioso secreto,
Bellos estuches sin joyas, medallones sin reliquias
Más vacíos y más lejanos, ¡oh cielos!, que esos dos tuyos.

Pero ¿no basta que seas la más sutil apariencia,
Alegrando al corazón que huye de la verdad?
¿Qué más da tontería en ti o qué más da indiferencia?
Te saludo adorno o máscara. Sólo adoro tu belleza.

Charles Baudelaire

domingo, 27 de mayo de 2012

...para qué?

Ella está en el horizonte;
me acerco dos pasos
y ella se aleja dos pasos,
camino diez pasos
y el horizonte se corre diez pasos más allá.
Por mucho que yo camine,
nunca la alcanzaré.
¿Para qué sirve la Utopía?
Para ESO sirve.
Para caminar

Eduardo Galeano.

jueves, 17 de mayo de 2012

Dominar nuestro destino...

"Pensamiento propiamente tal no hay más que uno: el filosófico. Todas las demás formas de la intelección son secundarias, derivadas de aquélla, o consisten en limitaciones más o menos arbitrarias de la aventura filosófica. El que no parezca así tiene su origen en considerar el pensamiento no más que como el funcionamiento de una facultad o aparato que hay en el hombre, y que se llama inteligencia. (...) No; el pensamiento no es la función de un órgano, sino la faena exasperada de un ser que se siente perdido en el mundo y aspira a orientarse.
Si la vida no fuese en su raíz un encontrarse extraviado en un contorno cuyas vías desconoce y donde no sabe cómo ha caído ni cómo podrá salir, el pensamiento no existiría y la máquina intelectiva del hombre, o no habría llegado a desarrollarse, o yacería atrofiada en los desvanes del organismo. pero, por fortuna, vivir es descubrirme a mí mismo sumergido en un medio que me es extraño, que me niega constantemente, y donde avanzo rodeado de fisionomías enigmáticas, de esas que llamo "cosas", las cuales, unas veces me son favorables y otras adversas.
Esas "cosas" -que en sentido lato incluyen a los otros hombres- se adelantan a mí como avanzada casual de algo formidable y latente, que las lleva a ellas y a mí y a quien doy toda suerte de nombres redondos: mundo, orbe, universo. Yo necesito, pues, desenmascarar ese enigma circundante del que yo mismo formo parte: saber con quién trato y de quién depende mi vida; conocer, de una vez para siempre, los designios y conducta del mundo porque sólo así puedo descubrir cuál es mi auténtico quehacer en él.
Para ello -y no simplemente porque sí, porque soy dueño del aparato intelectual- hago funcionar mi mente. Es, pues, el pensamiento el único ensayo de dominio sobre la vida que puedo y necesito hacer.
Dominio, es decir, señorío. No hay otra suerte de esencial señorío que éste del pensamiento. Y es el caso que ni siquiera hace falta que el pensamiento logre su empresa para que ejerza aquel dominio. Ver claramente que el enigma de la vida es insoluble, que la sensación de perdimiento no tiene curación es ya dominar nuestro destino, es sentirse en la verdad."

José Ortega y Gasset, Del Prólogo "a una edición de sus obras", 1932. Obras Completas, vol. VI, p. 351.

lunes, 14 de mayo de 2012

Alma desnuda





Soy un alma desnuda en estos versos,
Alma desnuda que angustiada y sola
Va dejando sus pétalos dispersos.

Alma que puede ser una amapola,
Que puede ser un lirio, una violeta,
Un peñasco, una selva y una ola.

Alma que como el viento vaga inquieta
Y ruge cuando está sobre los mares,
Y duerme dulcemente en una grieta.

Alma que adora sobre sus altares,
Dioses que no se bajan a cegarla;
Alma que no conoce valladares.

Alma que fuera fácil dominarla
Con sólo un corazón que se partiera
Para en su sangre cálida regarla.

Alma que cuando está en la primavera
Dice al inviemo que demora: vuelve,
Caiga tu nieve sobre la pradera.

Alma que cuando nieva se disuelve
En tristezas, clamando por las rosas
Con que la primavera nos envuelve.

Alma que a ratos suelta mariposas
A campo abierto, sin fijar distancia,
Y les dice libad sobre las cosas.

Alma que ha de morir de una fragancia,
De un suspiro, de un verso en que se ruega,
Sin perder, a poderlo, su elegancia.

Alma que nada sabe y todo niega
Y negando lo bueno el bien propicia
Porque es negando como más se entrega,

Alma que suele haber como delicia
Palpar las almas, despreciar la huella,
Y sentir en la mano una caricia.

Alma que siempre disconforme de ella,
Como los vientos vaga, corre y gira;
Alma que sangra y sin cesar delira
Por ser el buque en marcha de la estrella.
Alfonsina Storni

sábado, 12 de mayo de 2012

El pensamiento y la acción

¡Ah! ¡Los hombres de acción! ¡Los activos!. Hay que ver cómo se cansan ellos y nos cansan a los demás por no hacer nada. ¡Y qué vanidad más boba la que nace de una turbulencia baldía! (...) ¿Qué ha quedado de todos los Activos, de Alejandro, de Luis XIV, etc., incluso de Napoleón, tan próximo a nosotros? El pensamiento es eterno, como el alma, y la acción es mortal, como el cuerpo.

Gustave Flaubert

viernes, 11 de mayo de 2012

Un parecido demasiado grande...


A veces, cuando descubro que no he escrito una sola frase después de haber borroneado páginas enteras, me desplomo en mi sillón y allí me quedo, mareado, hundido en un pantano de desesperación, odiándome y culpándome por este orgullo demente que me hace encapricharme por una quimera. Un cuarto de hora después todo ha cambiado; el corazón me da saltos de alegría.

Gustave Flaubert

jueves, 10 de mayo de 2012

EL RELOJ DE ARENA

Está bien que se mida con la dura
Sombra que una columna en el estío
Arroja o con el agua de aquel río
En que Heráclito vio nuestra locura

El tiempo, ya que al tiempo y al destino
Se parecen los dos: la imponderable
Sombra diurna y el curso irrevocable
Del agua que prosigue su camino.

Está bien, pero el tiempo en los desiertos
Otra substancia halló, suave y pesada,
Que parece haber sido imaginada
Para medir el tiempo de los muertos.

Surge así el alegórico instrumento
De los grabados de los diccionarios,
La pieza que los grises anticuarios
Relegarán al mundo ceniciento

Del alfil desparejo, de la espada
Inerme, del borroso telescopio,
Del sándalo mordido por el opio
Del polvo, del azar y de la nada.

¿Quién no se ha demorado ante el severo
Y tétrico instrumento que acompaña
En la diestra del dios a la guadaña
Y cuyas líneas repitió Durero?

Por el ápice abierto el cono inverso
Deja caer la cautelosa arena,
Oro gradual que se desprende y llena
El cóncavo cristal de su universo.

Hay un agrado en observar la arcana
Arena que resbala y que declina
Y, a punto de caer, se arremolina
Con una prisa que es del todo humana.

La arena de los ciclos es la misma
E infinita es la historia de la arena;
Así, bajo tus dichas o tu pena,
La invulnerable eternidad se abisma.

No se detiene nunca la caída
Yo me desangro, no el cristal. El rito
De decantar la arena es infinito
Y con la arena se nos va la vida.

En los minutos de la arena creo
Sentir el tiempo cósmico: la historia
Que encierra en sus espejos la memoria
O que ha disuelto el mágico Leteo.

El pilar de humo y el pilar de fuego,
Cartago y Roma y su apretada guerra,
Simón Mago, los siete pies de tierra
Que el rey sajón ofrece al rey noruego,

Todo lo arrastra y pierde este incansable
Hilo sutil de arena numerosa.
No he de salvarme yo, fortuita cosa
De tiempo, que es materia deleznable.

Jorge Luis Borges

miércoles, 9 de mayo de 2012

Porque si

"Pocas son las biografías que puedan mostrar una evolución pura, sostenida y constante del individuo. Nuestra vida, como el Todo que nos contiene, se compone impenetrablemente de libertad y de necesidad. Nuestra voluntad es el anuncio previo de lo que vamos a hacer en cualquier circunstancia. Sin embargo, también estas circunstancias nos agarran a su modo. El Qué está contenido en nosotros, el Cómo pocas veces depende de uno mismo, por el Porqué no nos está permitido preguntar y, por eso, se nos remite con razón al Porqué-sí."

Goethe, Poesía y Verdad, Libro XI

domingo, 6 de mayo de 2012

... por fin...

Inútil. Condenado a ser absuelto. Vuélvase a casa y lea Spinoza. La Maga no sabe quién es Spinoza. La Maga lee interminables novelas de rusos y alemanes y Pérez Galdós y las olvida enseguida. Nunca sospechará que me condena a leer a Spinoza. Juez inaudito, juez por sus manos, por su carrera en plena calle, juez por sólo mirarme y dejarme desnudo, juez por tonta e infeliz y desconcertada y roma y menos que nada.
Por todo eso que sé desde mi amargo saber, con mi podrido rasero de universitario y hombre esclarecido, por todo eso, juez.
Dejate caer, golondrina, con esas filosas tijeras que recortan el cielo de Saint-Germain-des-Prés, arrancá estos ojos que miran sin ver, estoy condenado sin apelación, pronto a ese cadalso azul al que me izan las manos de la mujer cuidando a su hijo, pronto la pena, pronto el orden mentido de estar solo y recobrar la suficiencia, la egociencia, la conciencia.
Y con tanta ciencia una inútil ansia de tener lástima de algo, de que llueva aquí dentro, de que por fin empiece a llover, a oler a tierra, a cosas vivas, sí, por fin a cosas vivas.

Cortázar

Edguy "Fallen Angels" (subtitulado al español)

sábado, 5 de mayo de 2012

BIOGRAFÍA DE DEMETRIO


1. Demetrio, hijo de Fanostrato, fue natural de Falera y discípulo de Teofrasto. Habiendo hablado al pueblo ateniense, lo gobernó por espacio de diez años, y fue honrado de él con 360 estatuas de bronce, de las cuales muchas eran ecuestres y puestas en carros y vigas (337), ejecutadas todas en menos de 300 días con la mayor diligencia. Empezó a gobernar la república, según dice Demetrio de Magnesia en sus Colombroños, cuando Harpalo, huyendo de Alejandro, se fue a Atenas. Ordenó en su gobierno muchas cosas utilísimas a la patria, le aumentó las rentas y la ilustró con edificios, por más que él no era de sangre ilustre, pues según Favorino en el libro I de sus Comentarios, era de la servidumbre de Conón (338). Vivía con su ciudadana y noble amiga Lamia, como dice él mismo en el libro I; y en el II asegura que Cleón se sirvió de él para el nefando. Dídimo escribe en sus Convites que fue hermoso de cejas, y que cierta meretriz lo llamaba Lampeto. Dicen que habiendo perdido la vista en Alejandría, se la restituyó Sérapis. Con este motivo compuso himnos a Apolo que todavía se cantan. Siendo como era celebradísimo entre los atenienses, no obstante lo derribó la envidia, que todo lo devora, pues perseguido por asechanzas de algunos, fue sentenciado a pena capital hallándose ausente. No pudieron cogerlo; pero vomitaron su veneno en el bronce, derribando sus estatuas, de las cuales unas las vendieron, otras las sumergieron y otras las quebrantaron para hacer de ellas orinales, como dicen algunos. Solamente quedó libre una en la Roca. Favorino dice en su Historia varia que esto lo ejecutaron los atenienses por orden del rey Demetrio. Según el mismo Favorino, aun acusaron de ilegítimo su principado. Hermipo dice que después de la muerte de Casandro, por temor de Antígono, se fue a Tolomeo Sotero, y que habiendo estado allí mucho tiempo, aconsejó a Tolomeo entre otras cosas diese el reino a los hijos que había tenido con Eurídice; mas que no habiendo él asentido a ello, y dada la diadema al que tenía de Berenice, éste, después de muerto Tolomeo, tuvo a bien guardarlo preso en la provincia mientras deliberaba lo que debía hacer. Vivió allí muy caído de ánimo hasta que, estando dormitando un día, lo mordió un áspid en la mano y murió. Fue enterrado en la prefectura busiriense, junto a Diópolis. Yo le he compuesto los versos siguientes:

Mató al sabio Demetrio
un áspid venenoso,
no ya vibrando luces,
sino negros infiernos por los ojos.

2. Heráclides, en su Epítome de las sucesiones de Soción, dice que Tolomeo quiso ceder el reino a Filadelfo, pero él lo disuadió, diciéndole: «Si a otro lo das, tú no lo tendrás». Cuando lo acusaron en Atenas, faltó poco para ser también condenado el poeta cómico Menandro, no más que por ser amigo suyo; así lo he leído, pero lo excusó Telesforo, primo de Demetrio. En la multitud de libros y número de versos excedió a casi todos los peripatéticos de su tiempo, siendo igualmente el más docto y perito de todos. Sus escritos son unos de historia, otros de política, otros de poesía, otros de retórica, otros disertaciones dichas al pueblo, y otros embajadas. También tiene colecciones de discursos esópicos y muchas otras obras. Son, pues: cinco libros De las leyes de los atenienses; dos De los ciudadanos atenienses; dos Del gobierno o conducción del pueblo; uno De las leyes; dos De Retórica; dos De la milicia; dos Acerca de la Ilíada; cuatro Acerca de la Odisea; uno titulado Tolomeo; otro libro Amatorio; otro llamado Fedondas; otro Medón; otro Cleón; otro Sócrates; otro Aristómaco; otro Artajerjes; otro Homérico; otro Arístides; otro Exhortatorio; otro Por la República; otro Sobre el Decenio; otro De los Jones; otro Sobre Embajadas; otro De la fe (339); otro De la gracia (340); otro De la fortuna; otro De la magnificencia; otro De las nupcias; otro De la opinión; otro De la paz; otro De las leyes; otro De los estudios; otro De la oportunidad; otro titulado Dionisio; otro Calcídico; otro De la incursión de los Atenienses; otro De Antífanes; otro Proemio histórico; otro De cartas; otro Asamblea jurada; otro De la vejez; otro titulado Derechos; otro Acerca de Esopo, y otro De críos.

3. Su estilo es filosófico e interpolado de nervio y vigor retórico. Habiendo oído que los ateniense habían derribado sus estatuas, dijo: «Pero no han derribado la virtud por la cual me las habían puesto». Decía que «las cejas no son parte de poca entidad, pues pueden oscurecer toda la vida del hombre». No sólo llamaba «ciegas a las riquezas, sino también a la fortuna que las dirige. Que cuanto puede el hierro en la guerra, tanto vale la lengua en el gobierno de la república». Habiendo visto una vez a un joven lujurioso, dijo: «Ve aquí un Mercurio cuadrado con manto, vientre, genitales y barba» (341). Decía que «a los hombres soberbios se les debía cortar algo de la altura y dejarlos el concepto que de sí tienen. Que los jóvenes deben reverenciar en su casa a los padres, en la calle a todos y en la soledad a sí mismos». Llamaba «amigos a los que en las prosperidades acuden siendo llamados, y en las calamidades sin serlo». Esto es lo que parece se le atribuye.

4. Veinte Demetrios hay memorables: el primero fue retórico cartaginés, más antiguo que Trasímaco; el segundo éste de que hablamos; el tercero un peripatético bizantino; el cuarto se llamó el Dibujante, por ser pintor, y fue bastante conocido y hábil; el quinto fue Aspendio, discípulo de Apolonio Solense; el sexto, Calaciano, que escribió veinte libros de Asia y Europa; el séptimo, bizantino, que escribió en trece libros el pasaje de los galos de Europa a Asia, y en otros ocho las cosas de Antíoco y Tolomeo, y el gobierno de Libia por éstos; el octavo fue sofista, habitante de Alejandría, y escribió De arte oratoria; el noveno fue gramático adramiteno, apellidado Ixión por haber hecho, según parece, alguna injuria a Juno; el décimo fue un gramático cireneo, por apodo Tinaja, varón digno de memoria; el undécimo fue natural de Escepsis, hombre rico y noble y gran filólogo. Éste promovió al ciudadano Metrodoro. El duodécimo fue gramático eritreo, hecho ciudadano de Temno; el décimotercero fue de Bitinia, hijo de Difilo Estoico y discípulo de Panecio Rodio; el décimocuarto fue retórico de Esmirna. Todos éstos fueron prosistas, los restantes poetas (342). El primero fue poeta de la comedia antigua; el segundo, poeta épico, de quien sólo queda lo que dijo contra los envidiosos, y es:

Menosprecian al hombre mientras vive,
y cuando ya no existe lo desean.
Por un vano sepulcro y simulacro
contienden las ciudades y los pueblos.

El tercero fue natural de Tarso, y escribió sátiras; el cuarto escribió yambos, y fue hombre mordaz; el quinto fue estatuario, de quien Polemón hace memoria; el sexto fue poeta misceláneo, y compuso cosas de historia y retórica (343).


(337) Véase la nota 168 de la vida de Estilpón.
(338) El texto griego, según la puntuación de las ediciones modernas, dice: Aunque él no era noble (εύγενής); pues era de la servidumbre o familia de Conón... bien que ciudadana y noble. Cualquiera conocerá que aquí hay contradicción manifiesta. Además, que sabemos por Eliano que Demetrio Falereo fu esclavo de Conón. ¿Cómo, pues, sería de familia ciudadana y noble? Ni esto puede entenderse de la familia, esto es, de la sangre, pues Eliano declara que era de la familia de servicio, esto es, esclavo, όιχότρι βα . Por estas razones me ha parecido forzoso seguir la puntuación de Henr. Estéfano y Tomás Aldobrandini, que las palabras ciudadana y noble las unen al período segundo, συνψχει Λαμία, etc. Vivía con la ciudadana y noble amiga Lamia, etc.
(339) Περί πίστως.
(340) Περί χάριτος.
(341) Alude a las estatuas de Mercurio llamadas Términos, que suelen ser de esta figura; esto es, una pirámide cuadrada inversa hasta los genitales, y de allí arriba un cuerpo humano.
(342) Menos uno, que fue estatuario.
(343) Hubo otros muchos Demetrios además de éstos, y Menagio recoge algunos que Laercio nombra en otros lugares y aquí los omite.


TALES A FERECIDES


«He sabido eres el primer jonio que estás para publicar en Grecia un escrito acerca de las cosas divinas. Acaso sea mejor consejo publicar estas cosas por escrito que no fiarlas a unos pocos que no hagan mucho caso del bien común.
Quisiera, si tienes gusto, me comunicaras lo que escribes y, aun si lo permites, pasaré a Sirón a verte porque no somos tan estólidos Solón Ateniense y yo que, habiendo navegado a Creta a fin de hacer nuestras observaciones y a Egipto para comunicarnos con los sacerdotes y astrónomos, lo dejemos de hacer ahora para ir a verte. Irá, pues, Solón conmigo, si gustas, ya que tú, enamorado de ese país, pocas veces pasas a Jonia o solicitas comunicación con los forasteros; antes bien, según pienso, escribir es tu única ocupación. Nosotros, que nada escribimos, viajamos por Grecia y Asia.»