miércoles, 6 de febrero de 2013

LA BRONCA - parte 2


Hace bien preguntarse cada tanto qué cosas lo enojan a uno, hacer una lista para ordenar el pensamiento, es probable que uno encuentre respuestas que lo sorprenden, y si nos preguntamos por qué nos enojan esas cosas nos sorprenderemos aún más. Este es un ejercicio útil para conocerse y quizás comenzar a utilizar la bronca en nuestro beneficio. Si ella es una alarma que nos avisa cuando algo nos frustra, o cuando no obtenemos el resultado esperado, podremos reflexionar sobre nuestras posibilidades de corregir los resultados , o quizás resignarnos a ellos. Cuando hablo de resignación estoy hablando de vover a poner el signno a las cosas , no dar más por el pito que lo que el pito vale.

Una encuesta publicada el 25 de marzo pasado en BBCmundo.com revela que el 64% de los encuestados piensan que la gente en general está cada vez más enojada. ¿será que cada vez nos sentimos más frustrados? Y si esto fuera así, ¿con qué tiene que ver?  ¿Con que las cosas son más difíciles, o generamos más expectativas?
Estamos en un mundo donde nos venden la idea de que todo es posible, que basta con desear algo con fuerza para conseguirlo, y luego no resulta así. La gente de antes se conformaba porque no creía tener más opciones, hoy, las opciones parecen multiplicarse, aunque no toas sean reales. Esto a la postre produce un sentimiento de frustración muy intenso.

Cada persona manifiesta su enojo como puede. Están quienes enfrentan el enojo, quienes le huyen por temor o falta de recursos; están quienes callan, quienes gritan, quienes pegan, quienes matan, quienes se escudan tras la excusa de un cambio hormonal, quienes se calman con tomar un poco de aire o hacer actividad física.
El tema es reconocer la causa y hacerle frente. Los enojos que no se detienen a tiempo pueden convertir a una sociedad en un sistema enfermo, violento.
Tiempos violentos y tiempos mejores

El enojo puede tener efectos muy negativos en las relaciones personales. Si hoy resulta difícil establecer y sostener vínculos, quién va a tener ganas de intentarlo con un malhumorado agresivo.
¿Qué hacer cuándo hay motivos para estar enojado?. Por lo pronto, insisto, tomar conciencia del enojo y entender que el tema reviste gravedad.
Alguien se puso a pensar la cantidad de chicos enojados que andan deprimidos, obesos o pateando maestros por ahí. No está mal que un chico se muestre enojado. Algunos especialistas creen que no debemos suprimir su enojo porque de lo contrario estamos suprimiendo su imaginación y creatividad, aunque, por supuesto, debemos poner algunos límites.

La Comisión de Ohio que trabaja en la resolución de conflictos familiares, aconseja, entre otras cosas:
• Deje que su niño/a sepa que los sentimientos de enojo son normales.
• Nunca le pegue a su niño/a cuando usted está enojado/a. Esto les duele y les da miedo. Esto también les enseña que la violencia puede ser usada para resolver problemas.
• Deje que su niño/a vea cómo usted como adulto controla su enojo. Dígale, “yo estoy enojado/a ahora.

Tengo que calmarme antes de hablar contigo sobre eso.”

No hay comentarios.:

Publicar un comentario