domingo, 22 de septiembre de 2013

La gacela salvaje

La gacela salvaje en montes de Judea Puede brincar aún, alborozada, puede abrevarse en esas aguas vivas que en la sagrada tierra brotan siempre; puede alzar el pie leve y con ardientes ojos mirar, en un transporte de indómita alegría. Pies ágiles también y ojos más encendidos aquí tuvo Judea en otros tiempos, y en el lugar del ya perdido gozo, más bellos habitantes hubo un día. Ondulan en el Líbano los cedros, mas se fueron las hijas de Judea, aun más majestuosas. Más bendita la palma de esos llanos que de Israel la dispersada estirpe, pues echa aquí raíces y se queda, graciosa y solitaria: ya su suelo natal no deja nunca y no podrá vivir en otras tierras. Mas nosotros vagamos, agostados, para morir muy lejos: donde están las cenizas de los padres nunca descansarán nuestras cenizas; ya ni un solo sillar le queda a nuestro templo y en trono de Salem se ha sentado la Burla. Lord Byron Versión de Màrie Montand http://www.amediavoz.com

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