lunes, 13 de octubre de 2014

El perfil del mástil



Uno de los aspectos que más nos puede hacer dudar al comprar una guitarra —o construirla, en caso de que la queramos de encargo—, es el perfil del mástil. Nos encontramos con un buen puñado de nomenclaturas: perfil en C, C moderno, en V, V de los 50 y así un buen número de opciones. Y si no son pocos ya los problemas que tenemos para elegir escala, tipo de pastillas y un largo etcétera, solo nos faltaba esto. La primera pregunta que nos asalta es ¿por qué hay tantos y cual es su razón de ser?

La respuesta es que a lo largo de los años los fabricantes de guitarras han tenido, entre otros, a profesionales probando sus instrumentos, y muchos de ellos han propuesto sugerencias que se adaptasen a su propia morfología, para terminar incorporando estos cambios a la línea de producción. Además, la forma de tocar la guitarra ha ido cambiando a lo largo de la historia, y los constructores han tratado de adaptarse a estos cambios, dando lugar entre otras cosas a perfiles cada vez más delgados y diapasones más planos.
Algunos de estos perfiles, como los que usaba Stevie Ray Vaughan o Eddie Van Halen en sus Wolfgang, son los llamados asimétricos, pues su radio es distinto en ambos lados desde el centro del mástil —entre otras cosas, para facilitar el uso del pulgar en las cuerdas graves del mástil, una posición conocida como "a lo Hendrix", aunque algunos guitarristas lo usaran antes del genio zurdo—.

Curiosamente no se puede recomendar a la ligera qué tipo de perfil nos conviene; es una cuestión puramente personal. Si tenemos una mano muy pequeña quizá podemos sentir cierta incomodidad con perfiles tipo "bate de baseball", o por el contrario, si tenemos la mano grande quizá sintamos molestias con un perfil muy delgado. También hemos de ver a qué dedicamos mas tiempo: ¿hacemos acordes o tocamos legatos infernales hasta echar humo por el diapasón? No existe ningún tipo de regla para esto.
Normalmente, nuestro rechazo por ciertos perfiles resulta simplemente por la falta de costumbre; de hecho, muy posiblemente esa falta de costumbre nos prive del disfrute de alguna guitarra maravillosa que hemos desechado demasiado pronto, al no sentirnos cómodos al instante. De la misma forma, la comodidad que resulta al primer contacto con ciertas guitarras puede ser algo engañoso, y cuando llevamos un par de horas podemos hasta sentir fatiga en la mano —incluso derivar a problemas de tendinitis, con el tiempo—. De hecho una de las formas de comprobar que hemos encontrado nuestro perfil o perfiles —podemos sentirnos cómodos con varios de ellos—, es porque no sentimos ningún dolor tras horas de tocar con él.

Por último, tened en cuenta que las nomenclaturas varían de un fabricante a otro —las fotos mostradas son de Musikraft— y los fabricantes de guitarras acústicas tienen sus propias medidas y nombres.




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