lunes, 13 de julio de 2015

Las transformaciones culturales del Renacimiento – parte 1


En cuanto a cultura y modo de vida en el Renacimiento, se puede decir que mientras en la era anterior, que a su vez marca el principio del renacimiento, la gente vivía dentro de grandes propiedades de nobles de la época llamadas feudos y cada uno de estos tenía dentro de sus propiedades todo lo que necesitaba para ser autosuficiente, ahora se cambia este tipo de vida y comenzaron a desarrollarse propiamente lo que son las ciudades y las villas o poblaciones, pasando poco a poco el dominio de la comunidad a los comerciantes y fabricantes de todo tipo de bienes (tanto de necesidad como suntuarios) y que la gente, ya fuese noble o plebeya, requería o deseaba poseer.
En el Renacimiento cabe destacar también el desarrollo de la arquitectura, así como la creación de grandes obras de la literatura universal como "La Divina Comedia", de Dante Alighieri; obras también surgieron de Francisco Petrarca y Juan Boccaccio y muchos otros literatos.

Que el origen del Renacimiento sea italiano es porque Italia es fundamental por su pasado histórico que ahora se quiere recuperar e impulsar. Además hay otro factor relevante y es que en Italia nunca hubo un arraigo total y fuerte de lo medieval como ocurrió en el resto de Europa, precisamente porque aún estaba latente el espíritu clásico.
Las Cruzadas habían intensificado el tráfico comercial entre Oriente y Occidente, enriqueciendo especialmente a las ciudades italianas Venecia, Génova, Pisa y Florencia. Dentro de sus muros y al amparo de sus escuadras, un grupo de banqueros, comerciantes, industriales y artesanos consiguieron la seguridad y la libertad para el despliegue de sus capacidades personales.
Estos burgueses aprendieron, mediante la experiencia personal y colectiva, que el éxito de sus empresas económicas dependía de la capacidad para calcular y anticiparse a las circunstancias mediante decisiones oportunas. Su posición individual en la sociedad no dependía del nacimiento ni del arbitrio del señor ni de la voluntad divina, sino de sí mismos.
Políticamente, Italia se organizó en torno a ciudades-estado que obtuvieron un gran auge artístico y político encabezadas por Florencia.

En el Renacimiento, entonces, la historia de Italia es la de sus cinco estados principales: Florencia, Milán, Nápoles, Venecia y el Papado. Las constantes luchas por ampliar las fronteras hicieron posible la creación de un nuevo grupo social: los Condottieri, que  eran personajes especializados en la guerra, grandes estrategos que estaban generalmente al mando de una compañía, aunque, en última instancia, su suerte la decidían el poder, las necesidades, los objetivos y los recursos del príncipe o Estado al que servían.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario