martes, 28 de abril de 2009

El multifacético José Ingenieros (en cuatro tiempos). 1


1. Segundo tiempo.

En 1913 en Madrid se editan El Hombre Mediocre, Criminología, Sociología Argentina y Principios de Psicología. José Ingenieros ha trabajado duro en el exterior. Le ha dado forma definitiva a los tres últimos. Y el inicial es la primera vez que se publica. Se trata básicamente de su curso de 1910 sobre psicología del carácter dictado en la cátedra de Psicología, en Filosofía y Letras. Es un libro distinto dentro de la retórica del autor. Marca un antes y un después en sus formas e intenciones. Había comenzado siendo una psicología de ciertos caracteres, los de la mediocridad, y al desplegar sus rasgos se transforma en un apasionado tratado que intentará estigmatizar la rutina, la hipocresía y el servilismo, como dice el autor en la Advertencia del texto. Exponiendo las características del hombre inferior, del mediocre y el superior genera un poderoso tratado de crítica de la moral. Ingenieros estaba dolido y se había alejado del país por haber sido objeto de "…un acto que considero de inmoralidad gubernativa, e irrespetuoso para mi dignidad de universitario…". En efecto, a pesar de ser designado en primer lugar por el Honorable Consejo de la Facultad de Medicina para la titularidad de la cátedra de Medicina Legal, el presidente de la nación, Saenz Peña, designa a otra persona. La implícita dedicatoria y la consecuente descripción son claras: el hombre mediocre es Saenz Peña. Y los ejemplos de hombres superiores son D.F. Sarmiento y F. Ameghino, que ocupan sendos capítulos de la obra. Prohombres muy estimados por Ingenieros, porque, además de representar el genio, sintetizan un linaje al cual Ingenieros quiere pertenecer. Tanto en sus formas científicas como en el carácter visionario de sus obras. La construcción de la ciencia y la nacionalidad, dentro de ciertas formas filosóficas y políticas es la continuidad de la cual se siente heredero. Y a la cual aportará todas sus energías.

Ingenieros escribiendo sobre Sarmiento anota: toda superioridad es un destierro, él se sentía de esa forma, pagando el precio del exilio autoimpuesto por lo que sentía que era la incomprensión de la mediocridad. Había abandonado todo y renunciado a la cátedra de Psicología. Haciendo manifiesto "…me ausenté del país en 1911, con el propósito de no regresar a él mientras persista en su empleo la persona que desempeña el Poder Ejecutivo de la Nación." Escribe desde Heidelberg en 1913 a Rodolfo Rivarola para decirle que su renuncia era irrevocable y que no aceptaría una licencia prolongada en la cátedra de Psicología. Asignatura en la que había reemplazado a Felix Krueger, quien luego de dos años de estadía en el país, volvió a Alemania no soportando el extremo positivismo nacional. Si bien había trabajado con Wundt en Leipzig, sus ideas de organización y estructura psíquica lo ponían en las antípodas del mecanicismo asociacionista.
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Ingenieros inicia una serie de trabajos que "completan una ética funcional", y llevan a que se lo considere el Conductor de las Juventudes de América: en 1917 Hacia una Moral Sin Dogmas, y Las Fuerzas Morales, entre 1918-23. Habiendo combatido tanto las ideas de la Colonia, a partir de los elementos que le daba la ciencia positiva, genera preceptos que auguran una nueva moral, que funcione decididamente independiente de la teología y la metafísica. Dichos ensayos los prepara al hacerse cargo de la cátedra de Ética en 1917, tras la renuncia de Rivarola.

Habiendo regresado edita por su cuenta y riesgo una colección que se llamará La Cultura Argentina, en la cual publicará textos de M.Moreno, Monteagudo, V.F.López, Cané, Ameghino, Agustín Alvarez, Sarmiento, Echeverría, Alberdi, etc. Y a partir enero de 1915, funda y dirige La Revista de Filosofía. Publicación bimestral dedicada a la ciencia y filosofía con artículos de autores nacionales y con una profusa sección de análisis de revistas y libros.

Reinstalado como docente de la Facultad de Filosofía funda el primer Seminario de Filosofía. Y en el Congreso Científico de Washington presentó su ensayo La Universidad del Porvenir. En el cual entre otras cosas propone que las facultades de filosofía se transformen en centros destinados a la síntesis de las producciones científicas de cada facultad en particular. En pos de una filosofía científica que coordine el conocimiento de los hechos. Porque las facultades deben representar el saber organizado y sintetizar las ideas de su época.

A esta misma etapa corresponden Proposiciones Relativas al Porvenir de la Filosofía en 1918, Ciencia y filosofía tiene el mismo objeto y están igualmente determinadas. La filosofía se distingue porque tiene por objeto problemas que van mas allá de experiencia científica. Destinada a ser una metafísica de la experiencia. O sea asumiendo el necesario carácter hipotético de lo que es inexperiencial, aunque no teniendo carácter trascendental. Ese residuo inexperiencial de los hechos resultará cognocible, y en ello radica la especificidad de la filosofía. También Las Doctrinas de Ameghino en 1918, la crítica y análisis de ética histórica de Evolución de las Ideas

Argentinas

Argentinas y La Locura en la Argentina. Y entre la ética y la sociología después de la 1ª guerra mundial Los tiempos Nuevos. Texto de compromiso ético-político, en el cual evalúa la Gran Guerra yendo desde los ideales de la sociedad feudal a la moderna, los conflictos de ideales y las verdades revolucionarias. Analizando los aspectos educativos, económicos, políticos y éticos de la revolución maximalista (rusa).

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