domingo, 30 de octubre de 2011

VOX DEI - UN RENEGADO ... ESE SOY YO

Don Marcial y el angel

Todos los días por las callecitas del barrio, pasa Don Marcial, lo acompaña su hijo un jovencito de 20 años, de ojos claros, con signos evidentes de retraso mental. Van tomados de la mano como de paseo, son un padre y su hijo. En la mirada de don Marcial se refleja ternura; compromiso solidario y un amor inconmensurable. El muchacho va como dando saltitos, intentando ponerse en puntas de pié, pasa a veces por debajo del brazo de su padre creando una coreografía patética y casi cómica. Avanzan sin hablar, sin mirarse, cada cual en su mundo y los dos integrados en ese amor. La gente al pasar no los mira quizás por ese respeto que todos sentimos por el que sufre. El que por primera vez los ve, los observa de soslayo con curiosidad. Es extraño, ver ese joven de apariencia saludable, actuar como un niño de tres años, es como si una artera flecha hubiera hecho blanco en el centro de su entendimiento sin permitirle avanzar hacía la adultez.

Después de tres meses sin verlos, ayer paso don Marcial, iba solo por el mismo camino de siempre, caía la tarde y una brisa fría presagiaba el invierno. A lo lejos se podía observar que un ángel lo llevaba de la mano.

 Oscar Ferrara

sábado, 29 de octubre de 2011

La princesa de fuego

Hubo una vez una princesa increíblemente rica, bella y sabia. Cansada de pretendientes falsos que se acercaban a ella para conseguir sus riquezas, hizo publicar que se casaría con quien le llevase el regalo más valioso, tierno y sincero a la vez. El palacio se llenó de flores y regalos de todos los tipos y colores, de cartas de amor incomparables y de poetas enamorados. Y entre todos aquellos regalos magníficos, descubrió una piedra; una simple y sucia piedra. Intrigada, hizo llamar a quien se la había regalado. A pesar de su curiosidad, mostró estar muy ofendida cuando apareció el joven, y este se explicó diciendo:

- Esa piedra representa lo más valioso que os puedo regalar, princesa: es mi corazón. Y también es sincera, porque aún no es vuestro y es duro como una piedra. Sólo cuando se llene de amor se ablandará y será más tierno que ningún otro.

El joven se marchó tranquilamente, dejando a la princesa sorprendida y atrapada. Quedó tan enamorada que llevaba consigo la piedra a todas partes, y durante meses llenó al joven de regalos y atenciones, pero su corazón seguía siendo duro como la piedra en sus manos. Desanimada, terminó por arrojar la piedra al fuego; al momento vio cómo se deshacía la arena, y de aquella piedra tosca surgía una bella figura de oro. Entonces comprendió que ella misma tendría que ser como el fuego, y transformar cuanto tocaba separando lo inútil de lo importante.

Durante los meses siguientes, la princesa se propuso cambiar en el reino, y como con la piedra, dedicó su vida, su sabiduría y sus riquezas a separar lo inútil de lo importante. Acabó con el lujo, las joyas y los excesos, y las gentes del país tuvieron comida y libros. Cuantos trataban con la princesa salían encantados por su carácter y cercanía, y su sola prensencia transmitía tal calor humano y pasión por cuanto hacía, que comenzaron a llamarla cariñosamente "La princesa de fuego".

Y como con la piedra, su fuego deshizo la dura corteza del corazón del joven, que tal y como había prometido, resultó ser tan tierno y justo que hizo feliz a la princesa hasta el fin de sus días

Pedro Pablo Sacristán

Vox Dei - Algo esta cambiándome a mí

jueves, 27 de octubre de 2011

Árbol de mi alma (Fragmento)

Como un ave que cruza el aire claro,
siento hacia mi venir tu pensamiento
y acá en mi corazón hacer su nido.
Ábrase el alma en flor; tiemblan sus ramas
como los labios frescos de un mancebo
en su primer abrazo a la hermosura;
cuchichean las hojas; tal parecen
lenguaraces obreras y envidiosas,
a la doncella de casa rica
en preparar el tálamo ocupadas.
Ancho es mi corazón, y es todo tuyo.
Todo lo triste cabe en él, y todo
cuanto en el mundo llora, y sufre, y muere!
De hojas secas, y polvo, derruidas
ramas; lo limpio; bruño con cuidado
cada hoja, y en los tallos; de las flores
los gusanos y el pétalo comido
separo; creo el césped en contorno
y a recibirte, oh pájaro sin mancha,
apresto el corazón enajenado!


José Martí (1853-1895)

jueves, 20 de octubre de 2011

Soy yo

Soy yo
el Hombre
quien será el Juez
a fin de cuentas
es a mí
al que todos los elementos
del cuerpo y de las cosas
vendrán a referirse
es el estado de mi
cuerpo quien hará
el Juicio Final

Antonin Artaud

miércoles, 19 de octubre de 2011

No podemos

No podemos vivir eternamente rodeados de muertos y de muerte.
Y si todavía quedan prejuicios hay que destruirlos.
EL DEBER
digo bien
EL DEBER
del escritor , del poeta, no es ir a encerrarse cobardemente en un texto, un libro,una revista de los que ya nunca saldrá, sino al contrario salir afuera, para sacudir, para atacar al espíritu publico, si no...¿para qué sirve?
¿y para qué nació?

Antonin Artaud

martes, 18 de octubre de 2011

Black Sabbath - Killing Yourself To Live (subtitulado en español)

La nave de los locos

''Esta es mi 'nave de los locos' de la locura es el espejo.
Al mirar el retrato oscuro todos se van reconociendo.
Y al contemplarse todos saben que ni somos ni fuimos cuerdos,
y que no debemos tomarnos por eso que nunca seremos.
No hay un hombre sin una grieta, y nadie puede pretenderlo;
... nadie está exento de locura, nadie vive del todo cuerdo.''

Sebastian Brant en "La nave de los locos"

lunes, 17 de octubre de 2011

TRES COCINEROS Y UN HUEVO FRITO


Hay tres cocineros en un hotel; el primero llama al segundo y le dice: "Atiéndeme ese huevo frito; debe ser así: no muy pasado, regular sal, sin vinagre"; pero a este segundo viene su mujer a decir que le han robado
... la cartera, por lo que se dirige al tercero: "Por favor, atiéndeme este huevo frito que me encargó Nicolás y debe ser así y así" y parte a ver cómo le habían robado a su mujer.

Como el primer cocinero no llega, el huevo está hecho y no se sabe a quién servirlo; se le encarga entonces al mensajero llevarlo al mozo que lo pidió, previa averiguación del caso; pero el mozo no aparece y el huevo en tanto se enfría y marchita. Después de molestar con preguntas a todos los clientes del hotel se da con el que había pedido el huevo frito. El cliente mira detenidamente, saborea, compara con sus recuerdos y dice que en su vida ha comido un huevo frito más delicioso, más perfectamente hecho.

Como el gran jefe de fiscalización de los procedimientos culinarios llega a saber todo lo que había pasado y conoce los encomios, resuelve: cambiar el nombre del hotel (pues el cliente se había retirado haciéndole
gran propaganda) llamándolo Hotel de los 3 Cocineros y 1 Huevo Frito, y estatuye en las reglas culinarias que todo huevo frito debe ser en una tercera parte trabajado por un diferente cocinero.

Macedonio Fernandez

domingo, 16 de octubre de 2011

SEGURA ESTANCIA (1937- 38)

"Yo siento como corre
por mi el temblor
... del paisaje.
Lo han visto todos;
no lo sombreaba yo.
Nadie era dormido;
aquí lo soy yo.
Se alargaba el río
bordeado de mangles;
el aire era yo.
Cuando caían hojas
las sentí mojadas
de mi río interior."

Samuel Feijóo

viernes, 14 de octubre de 2011

Asi es la vida - La mississippi

El círculo del 99

Había una vez un rey muy triste que tenia un sirviente, que como todo sirviente de rey triste, era muy feliz. Todas las mañanas llegaba a traer el desayuno y despertaba al rey, cantando y tarareando alegres canciones de juglares. Una sonrisa se dibujaba en su distendida cara y su actitud para con la vida era siempre serena y alegre.
Un día el rey lo mando a llamar.
-Paje -le dijo- ¿cual es el secreto? - ¿Que secreto, Majestad? - ¿Cuál es el secreto de tu alegría?
- No hay ningún secreto, Alteza.
- No me mientas, paje. He mandado a cortar cabezas por ofensas menores que una mentira.
- No le miento, Alteza, no guardo ningún secreto.
- ¿Por que está siempre alegre y feliz? Majestad, no tengo razones para estar triste. Su Alteza me honra
permitiéndome atenderlo. Tengo mi esposa y mis hijos viviendo en la casa que la Corte nos ha asignado, somos vestidos y alimentados y además su Alteza me premia de vez en cuando con algunas monedas para darnos algunos gustos, ¿como no estar feliz?
- Si no me dices ya mismo el secreto, te haré decapitar - dijo el rey -. Nadie puede ser feliz por esas razones que has dado.
- Pero, Majestad, no hay secreto. Nada me gustaría mas que complacerlo, pero no hay nada que yo este ocultando...
- Vete, ¡vete antes de que llame al verdugo! El sirviente sonrió, hizo una reverencia y salió de la habitación. El rey estaba como loco. No consiguió explicarse como el paje estaba feliz viviendo de prestado, usando ropa usada y alimentándose de las sobras de los cortesanos. Cuando se calmó, llamó al más sabio de sus asesores y le contó su conversación de la mañana.

- ¿Por que él es feliz?
- Ah, Majestad, lo que sucede es que él esta fuera del circulo. - ¿Fuera del circulo? - Así es.
- ¿Y eso es lo que lo hace feliz? - No Majestad, eso es lo que no lo hace infeliz.
- A ver si entiendo, ¿estar en el circulo te hace infeliz?. Así es.
- ¿Y como salió? !Nunca entró! ¿Que circulo es ese? El círculo del 99.
- Verdaderamente, no te entiendo nada. La única manera para que entendieras, seria mostrártelo en los hechos.
- ¿Cómo? Haciendo entrar a tu paje en el circulo. Eso, obliguémoslo a entrar.
- No, Alteza, nadie puede obligar a nadie a entrar en el circulo. Entonces habrá que engañarlo.
- No hace falta, Su Majestad. Si le damos la oportunidad, él entrara por sí solo.
- ¿Por si solo?? Pero el no se dará cuenta de que eso es su infelicidad? Sí se dará cuenta.
- Entonces no entrara. No lo podrá evitar.
- ¿Dices que el se dará cuenta de la infelicidad que le causará entrar en ese ridículo circulo, y de todos modos entrara en el y no podrá salir?
- Tal cual. Majestad, ¿estas dispuesto a perder un excelente sirviente para poder entender la estructura del circulo? Si

- Bien, esta noche te pasare a buscar. Debes tener preparada una bolsa de cuero con 99 monedas de oro, ni una mas ni una menos. !99!
- ¿Que más? ¿Llevo los guardias por si acaso?
- Nada mas que la bolsa de cuero. Majestad, hasta la noche. Hasta la noche.

Así fue. Esa noche, el sabio pasó a buscar al rey. Juntos se escurrieron hasta los patios del palacio y se ocultaron, junto a la casa del paje. Allí esperaron el alba. Cuando dentro de la casa se encendió la primera
vela, el hombre sabio agarro la bolsa y le pegó un papel que decía: "Este tesoro es tuyo. Es el premio por ser un buen hombre. Disfrútalo y no cuentes a nadie como lo encontraste". Luego amarró la bolsa con el papel en la puerta del sirviente, golpeo y volvió a esconderse. Cuando el paje salió, el sabio y el rey espiaban desde atrás de unas matas para ver lo que sucedía. El sirviente vio la bolsa, leyó el papel, agitó la bolsa y al escuchar sonido metálico se estremeció, apretó la bolsa contra el pecho, miró hacia todos lados de la puerta y entró, el rey y el sabio se arrimaron a la ventana para ver la escena.
El sirviente había tirado todo lo que había sobre la mesa y dejado solo la vela. Se había sentado y había vaciado el contenido en la mesa. Sus ojos no podían creer lo que veían. !Era una montaña de monedas de oro!. Él, que nunca había tocado una de estas monedas, tenia hoy una montaña de ellas para él. El paje las tocaba y amontonaba, las acariciaba y hacia brillar la luz de la vela sobre ellas. Las juntaba y desparramaba, hacia pilas de monedas. Así, jugando y jugando empezó a hacer pilas de 10 monedas. Una pila de diez, dos pilas de diez, tres pilas, cuatro, cinco,.... y mientras sumaba 10, 20,30, 40, 50, 60....hasta que formo la ultima pila: ¿¿¿ 99 monedas??? . Su mirada recorrió la mesa primero, buscando una moneda más, luego el piso y finalmente la bolsa. "No puede ser", pensó. Puso la ultima pila al lado de las otras y confirmo que era mas baja.

- Me robaron- grito- me robaron, malditos!!

Una vez más busco en la mesa, en el piso, en la bolsa, en sus ropas, sus bolsillos, corrió los muebles, pero no encontró lo que buscaba. Sobre la mesa, como burlándose de él, una montañita resplandeciente le recordaba que había 99 monedas de oro "solo 99". "99 monedas. Es mucho dinero", pensó. Pero me falta una moneda. Noventa y nueve no es un numero completo -pensaba- Cien es un numero completo pero noventa y nueve, no.

El rey y su asesor miraban por la ventana. La cara del paje ya no era la misma, estaba con el ceño fruncido y los rasgos tiesos, los ojos se habían vuelto pequeños y arrugados y la boca mostraba un horrible rictus,
por el que se asomaban los dientes. El sirviente guardó las monedas en la bolsa y mirando para todos lados para ver si alguno de la casa lo veía, escondió la bolsa entre la leña. Tomo papel y pluma y se sentó a hacer
cálculos. ¿Cuánto tiempo tendría que ahorrar el sirviente para comprar su moneda numero cien?. Todo el tiempo hablaba solo, en voz alta. Estaba dispuesto a trabajar duro hasta conseguirla. Después quizás no necesitara trabajar más. Con cien monedas de oro, un hombre puede dejar de trabajar.

Con cien monedas de oro un hombre es rico. Con cien monedas se puede vivir tranquilo. Sacó el cálculo. Si trabajaba y ahorraba su salario y algún dinero extra que recibía, en once o doce años juntaría lo necesario.

"Doce años es mucho tiempo", pensó. Quizás pudiera pedirle a su esposa que buscara trabajo en el pueblo por un tiempo. Y él mismo, después de todo, él terminaba su tarea en palacio a las cinco de la tarde, podría
trabajar hasta la noche y recibir alguna paga extra por ello. Sacó las cuentas: sumando su trabajo en el pueblo y el de su esposa, en siete años reuniría el dinero. Era demasiado tiempo!!! Quizás pudiera llevar al pueblo lo que quedaba de comidas todas las noches y venderlo por unas monedas. De hecho, cuanto menos comieran, más comida habría para vender.... vender... vender.. Estaba haciendo calor. ¿Para que tanta ropa de invierno? ¿Para que más de un par de zapatos? Era un sacrificio, pero en cuatro años de sacrificios llegaría a su moneda cien.

El rey y el sabio, volvieron al palacio. El paje había entrado en el circulo del 99......Durante los siguientes meses, el sirviente siguió sus planes tal como se le ocurrieron aquella noche. Una mañana, el paje entró a la alcoba real golpeando las puertas, refunfuñando de pocas pulgas.

- ¿Que te pasa?- pregunto el rey de buen modo. Nada me pasa, nada me pasa.
- Antes, no hace mucho, reías y cantabas todo el tiempo.
- Hago mi trabajo, no? ¿Que querría su Alteza, que fuera su bufón y su juglar también?

No pasó mucho tiempo antes de que el rey despidiera al sirviente.
No era agradable tener un paje que estuviera siempre de mal humor.

Ustedes y yo y todos alrededor hemos sido educados en esta tonta psicología: Siempre nos falta algo para estar completos, y solo completos se puede gozar de lo que se tiene. Por lo tanto, nos enseñaron, que la felicidad deberá esperar a completar lo que falta.... Y como siempre nos falta algo, la idea retoma el comienzo y nunca se puede gozar de la vida, pero, ¿que pasaría si la iluminación llegara a nuestras vidas y nos diéramos cuenta, así, de golpe, que nuestras 99 monedas son el cien por ciento del tesoro, que no nos falta nada, que nadie se quedo con lo nuestro, que nada tiene de mas redondo cien que noventa y nueve, que todo es solo una trampa, una zanahoria puesta frente a nosotros para que seamos tontos, para que jalemos del carro, cansados, malhumorados, infelices o resignados??. Una trampa para que nunca dejemos de empujar y que todo siga igual......... eternamente igual! ..Cuantas cosas cambiarían si pudiéramos disfrutar de nuestros tesoros tal como están.



jueves, 13 de octubre de 2011

Un Cuento para la vida....

Un joven fue a ver a un sabio maestro y le preguntó:

-Señor, ¿qué debo hacer para conseguir lo que yo quiero?.

El sabio no contestó. El joven después de repetir su pregunta varias veces con el mismo resultado se marchó y volvió al día siguiente con la misma demanda. No obtuvo ninguna respuesta y entonces volvió por tercera vez y repitió su pregunta:
-¿Qué debo hacer para conseguir lo que yo quiero?

El sabio le dijo:

-Ven conmigo.

Y se dirigieron a un río cercano. Entró en el agua llevando al joven de la mano y cuando alcanzaron cierta profundidad el sabio se apoyó en los hombros del joven y lo sumergió en el agua y pese a los esfuerzos del joven por desasirse de él, allí lo mantuvo. Al fin lo dejó salir y el joven respiró recuperando su aliento. Entonces preguntó el sabio:

-Cuando estabas bajo el agua, ¿qué era lo que más deseabas?

Sin vacilar contestó el joven:

-Aire, quería aire.

-¿No hubieras preferido mejor riquezas, comodidad, placeres, poder o amor?

–No, señor, deseaba aire, necesitaba aire y solo aire -fue su inmediata respuesta.

-Entonces -contestó el sabio-, para conseguir lo que tú quieres debes quererlo con la misma intensidad que querías el aire, debes luchar por ello y excluir todo lo demás. Debe ser tu única aspiración día y noche. Si tienes ese fervor, conseguirás sin duda lo que quieres.


Que increíble, que ni siquiera estamos seguros de lo que deseamos, si tan sólo tuvieramos la capacidad de desear con tal intensidad, podríamos crear y tener todas nuestras necesidades cubiertas.....de esto se trata "El Secreto"


Black Sabbath - Wheels Of Confusion (subtitulado en español)

martes, 11 de octubre de 2011

XENÓFANES

Al lado de la escuela pitagórica nació en Italia la eleática, cuyo nombre deriva de la ciudad de Elea, centro de aquel movimiento filosófico. Dividióse en dos ramas una panteísta, otra atomística; el error de aquella dimanó de la exageración de la idea de unidad; el de ésta nació de su estrechez de ideas sobre la experiencia de la multiplicidad Ambas tomaron algo de la escuela pitagórica: la panteística, la mónada, unidad; la atomística, el número, la multiplicidad; con la combinación y armonía de estas cosas hubieran evitado el error.

Xenófanes, el primero de los panteístas, vivía por los años de 540 antes de la era vulgar. Enseñó que no había más que un ser eterno, inmortal, inmutable, que era todas las cosas. Algunos creen que el panteísmo de Xenófanes era idealista, esto es, que la unidad en que lo refundía todo era para él un ser del cual las formas corpóreas no eran más que una manifestación; así cuando atribuye a Dios la forma esférica, creen que la esfera es un símbolo de su pensamiento. Sea como fuere, Cicerón, al dar cuenta de las opiniones de este filósofo, dice absolutamente que afirmaba que todo era uno con figura esférica: conglobata figura (I. Acad., lib. II). Si así fuese, diríamos que Xenófanes consideraba al universo material como un ser animado, lo cual dista mucho de lo que en nuestros tiempos se llama panteísmo idealista. El mismo Cicerón, hablando de este filósofo en otro lugar, dice que tenía por Dios a lo infinito, añadiéndole la inteligencia: mente adjuncta (De Nat. Deor., lib. I), con lo cual se confirma más la sospecha de que la doctrina de Xenófanes se reducía a la grosera idea de considerar el mundo como un todo, vivificado por un alma.

Consecuente en su sistema, negaba Xenófanes la creación, y hasta la producción, habiéndose conservado el argumento con que la combatía: lo que se haría, dice, o se haría de nada o de algo; no lo primero, porque de nada, nada se hace; no lo segundo, porque siendo algo, ya preexistiría. El dilema no revela mucha sagacidad. ¿Se trata de creación o producción de la nada? Entonces el decir que no es posible, porque de nada, nada se hace, es una petición de principio; esto es lo que se busca. ¿Se trata de producción o formación de algo? Entonces lo formado es de un modo nuevo, y la adquisición de este nuevo modo es el efecto de la acción productora (V. Teodicea, cap. XI).

Sería muy curioso ver resucitados a los antiguos filósofos para que oyesen la exposición que se hace de sus doctrinas; es harto probable que muchas veces no las conocerían ellos mismos. La distancia de los tiempos, la alteración de los escritos, las dificultades de los idiomas, la mala interpretación de las expresiones misteriosas, deben de producir equivocaciones gravísimas. Estas reflexiones, que ocurren para la mayor parte de los filósofos antiguos, se ofrecen de una manera especial al hablar de Xenófanes. Las doctrinas que se le atribuyen, ¿cómo se concilian con el siguiente pasaje del mismo filósofo?: «Los hombres, dice, se representan a los dioses engendrados como ellos y revestidos de las mismas formas; si los leones y los toros supiesen pintar, pintarían también a los dioses como toros y leones. Pero hay un Dios superior a todos los dioses como a los hombres, que no se parece a los mortales ni en la forma ni en la inteligencia.» Este lenguaje no es ni de un ateo ni de un panteísta.

http://www.e-torredebabel.com

martes, 4 de octubre de 2011

El hombre incapaz



El hombre incapaz de alentar nobles pasiones esquiva el amor como si fuera un abismo; ignora que él acrisola todas las virtudes y es el más eficaz de los moralistas. Vive y muere sin haber aprendido a amar. Caricaturiza a este sentimiento guiándose por las sugestiones de sórdidas conveniencias. Los demás le eligen primero las queridas y le imponen después la esposa. Poco le importa la fidelidad de las primeras, mientras le sirvan de adorno; nunca exige inteligencia en la otra, si es un escalón en su mundo.

Prefiere la compra tranquila a la conquista comprometedora. Ignora las supremas virtudes del amor, que es ensueño, anhelo, peligro, toda la imaginación convergiendo al embellecimiento del instinto, y no simple vértigo brutal de los sentidos. En las eras de rebajamiento, cuando está en su apogeo la mediocridad, los idealistas se alinean contra los dogmatismos sociales, sea cual fuere el régimen dominante. Algunas veces, en nombre del romanticismo político, agitan un ideal democrático y humano. Su amor a todos los que sufren es justo encono contra los que oprimen su propia individualidad. Diríase que llegan hasta amar a las víctimas para protestar contra el verdugo indigno; pero siempre quedan fuera de toda hueste, sabiendo que en ella puede incubarse una coyunda para el porvenir.

José Ingenieros.

sábado, 1 de octubre de 2011

Actitud vs. Aptitud

Hace ya unos cuantos años una de las universidades más prestigiosas del mundo realizó un importante estudio que concluyó algo que muchos podíamos intuir, pero que nadie hasta entonces había analizado de manera seriamente argumentada: en la dicotomía aptitud-actitud el 85 por ciento de las probabilidades para alcanzar el éxito en la vida recaen en la actitud. Es decir, si bien tener una preparación correcta es importante para conseguir lo que uno se proponga, lo absolutamente fundamental es tener una actitud adecuada.

La universidad que realizó ese estudio fue HARVARD. También el Carnegie Institute of Technology llegóa esta misma conclusión:el 15 por ciento de lo que uno gana se debe a sus habilidades técnicas, el restante 85 por ciento a sus habilidades personales. En sus estudios,el Dr. William Menniger descubrió que entre el 60 y el 80 por ciento de los despidos laborales se producían por incompetencia social. Sólo del 20 al 40 por ciento eran por incompetencia técnica. Años más tarde, a principios de los noventa, en otro estudio, entre más de doscientos vendedores en los Estados Unidos, la Universidad de HARVARD analizó las cualidades básicas de los vendedores excelentes respecto de los buenos, mediocres o definitivamente malos. Se concluyó que hay dos cualidades básicas en todo vendedor con extraordinarios resultados: la empatía y la actitud. Otra vez la actitud como piedra angular del edificio de nuestro éxito. Daniel Goleman, escritor de extraordinario prestigio, y cuyo libro INTELIGENCIA EMOCIONAL se convirtió en un best seller de enormes proporciones, nos viene a decir que para alcanzar lo que queramos en la vida el coeficiente intelectual (en contra de lo que venía siendo habitual en la concepción tradicional), no es lo que constituye la diferencia entre el éxito y el fracaso en una persona.
Existe otro tipo de inteligencia que tiene mucho más que ver con el éxito de toda persona: la inteligencia emocional. ¿Y qué es ésta? Ciertamente podríamos decir que es un sinónimo de actitud. Así las cosas, plantearnos conseguir, mantener y desarrollar una actitud constructiva es un objetivo fundamental si queremos alcanzar nuestros propósitos, incluida la tan ansiada felicidad.