miércoles, 30 de enero de 2019

Vinilo Bingo reyna y su conjunto - Increible!

La Ecualización: Tipos de ecualizadores.




Existen varios tipos de ecualizadores, vamos a analizar cada uno de ellos y explicar cuales suelen ser sus usos. También comentaremos brevemente algunos consejos a tener en cuenta a la hora de ecualizar.

Ecualizador Shelving: Este tipo de eq es de las más simples y económicos, se puede encontrar en cualquier equipo común, como una minicadena o equipo Hi-Fi. Nos ofrece la posibilidad de controlar los graves y agudos. Por lo general pueden aumentar o disminuir la intensidad del sonido 15 dB en la banda de 100 Hz y en la de 10 KHz. No tiene cabida en el audio profesional.

Ecualizadores Semiparamétricos: Este ecualizador permite seleccionar la frecuencia que queremos ecualizar, de esta manera podremos aumentar o disminuir la frecuencia que nos convenga, se diferencian de los paramétricos en que no puedes cambiar el ancho de banda asignado, y son también más económicos.
Ecualizador Paramétrico: El ecualizador paramétrico nos permite seleccionar la frecuencia central que queremos ecualizar, el ancho de banda y la ganancia. Pueden ser también multibanda, pudiendo en este caso seleccionar 4 o más frecuencias.

Ecualizadores Gráficos: Son los más comunes y los más usados en grabación profesional, dada su versatilidad y facilidad de manejo.

El más utilizado es el ecualizador de octava, en el que dispondremos de 10 frecuencias de control, esto es bastante coherente debido a que el ancho de banda audible recorre 10 octavas que son 30 Hz, 60 Hz, 125 Hz, 250 Hz, 500 Hz, 1 KHz, 2 KHz, 4 KHz, 8 KHz, 16 KHz.  Y es en esas frecuencias donde podemos aumentar o reducir la intensidad de la señal de audio.

Los ecualizadores se pueden emplear como filtros para eliminar o atenuar frecuencias que molestan, ruidos o interferencias que se mezclan con el sonido.
Por ejemplo en ocasiones durante la grabación se produce un zumbido debido a una mala fuente de alimentación, podemos reducir ese zumbido atenuando entre los 50 Hz y 70 Hz, o por ejemplo el conocidosilvido podríamos reducirlo atenuando las altas frecuencias.
Este tipo de problemas suelen suceder en un rango de frecuencias determinado, y por eso un ecualizador paramétrico es ideal para este tipo de propósitos.
Otro caso muy importante en mi opinión es que un instrumento puede sonar bien por separado pero cuando lo mezclamos con otros éste interfiere en la claridad de los demás porque tiene un pico en una frecuencia que deberíamos atenuar o simplemente porque hay demasiados instrumentos en el mismo rango de frecuencias. Deberemos usar el ecualizador para vaciar un poco las frecuencias “saturadas” y darle más claridad a la mezcla. Este problema se conoce como Enmascaramiento.
Los ecualizadores también pueden emplearse para cambiar el carácter o el sonido de un instrumento, para hacerlo tendremos que alterar los armónicos o la frecuencia fundamental, aunque para esta tarea también hay otro efecto, el excitador aurale.  Tambien hay que tener en cuenta que al alterar un instrumento por separado cambiaras toda la mezcla, es más importante como suene ese instrumento junto con los demás, que como suene solo. Ya que tu al final lo escucharas con todo lo demás, quizás esos graves que le diste a las guitarras les den mucha contundencia cuando suenan solas, pero posiblemente junto con el bajo y la bateria no quede bien, resuenen demasiado los bajos y se pierda claridad.
Cuando hacemos tomas microfónicas, la ecualización debería ser el último recurso para conseguir el tono que deseamos, para ello quizás deberíamos cambiar el micrófono de sitio o la propia fuente sonora (Cuerdas de la guitarra, pua…) para intentar conseguir ese tono que queremos, ya que empleando el ecualizador siempre quedará un sonido menos natural.
Seguramente no será posible en su totalidad, pero el esfuerzo merecerá la pena, porque ya no tendras que hacer ningún cambio brusco en la ecualización.



viernes, 25 de enero de 2019

Daniel Barenboim: “El oyente tiene que ser más activo de lo que se piensa” - Parte 1








Daniel Barenboim atiende directamente el teléfono en su casa de descanso en Andalucía, donde se encuentra pasando unas vacaciones con esposa, la pianista Elena Bashkirova, y sus dos pequeños nietos (hijos del violinista Michael), antes de volver a la Argentina para unas nuevas actuaciones con Martha Argerich y con la Orquesta del West-Eastern Divan.
-Usted, maestro, siempre se trae algo bajo el poncho. Esta vez serán las Tres piezas para orquesta op. 6 de Alban Berg. No me acuerdo de haberlas oído en Buenos Aires.

-¿No? ¡Qué raro! ¿Las orquestas en gira no las tocan?
-Le recuerdo que el único que hace este tipo de obras en gira es usted.
-Es curioso, porque además son piezas accesibles, muy dramáticas, muy coloridas. Lo que seleccioné en ese programa, además de Berg, fue un Ravel neoclásico, Le tombeau de Couperin, con el Concierto para piano y trompeta de Shostakovich, que es también neoclásico, más un Ravel-Ravel, que es la Suite de Mi madre la oca.
-Linda combinación.
-Es interesante escuchar las piezas de Berg en un programa con música francesa, porque además de la influencia mahleriana esas piezas tienen una influencia de la música francesa, aunque no tanto de Ravel como de Debussy. Estoy preparando con la orquesta casi la obra completa de Debussy para celebrar en 2018 los 100 años de su muerte, y cuando más lo profundizo más me doy cuenta, además de su genialidad, de lo que significó para el futuro de la música. De ser por él, la música podría haber tomado otra dirección.
-Veo que usted y Martha han decidido anticipar ese homenaje, ya que dedican un programa entero a Debussy.
-Sí. Además, Martha no podrá venir el año que viene y nos pareció bien hacerlo ahora. Tenemos un buen repertorio, ya que Debussy se ocupó mucho de transcribir, tanto sus propias obras como las de otros. Nosotros ya habíamos hecho con Martha su transcripción de los Estudios en forma de canon de Schumann, que es una de mis cosas preferidas. Y fue Martha la que me abrió los ojos sobre su transcripción de la obertura del Holandés errante de Wagner. Yo no la conocía.
-¿Qué se gana y qué se pierde en esas transcripciones?
-Bueno, el caso de la transcripción de los Estudios de Schumann, originalmente concebidos para un piano con pedaleras, es extraordinario, y le digo además que no es muy fácil de tocar, ya que tienen que ser dos pianistas que se entiendan muy bien. La música para dos pianos suele basarse en el principio del contraste, pero en este caso no hay contraste: es como si los dos pianos fueran uno. En el caso de la transcripción del mismo Debussy de su Preludio a la siesta de un fauno, el piano tiene que lograr un sentido orquestal. El piano, precisamente por su neutralidad, da la posibilidad de crear una ilusión, y yo no sé si no es más bello crear la ilusión de la flauta en el comienzo del Fauno que la flauta misma. Lo digo porque hice y conozco ambas versiones. Realmente, no sé qué es más expresivo.

Daniel Barenboim: “El oyente tiene que ser más activo de lo que se piensa” - Parte 2

-En una de sus programas por Youtube usted habla del público y del buen oyente; para decirlo en sus palabras, del oyente dispuesto a “colgarse de la primera nota y ponerse a volar con la música”. ¿Cómo es el público real hoy, en Berlín o en el Colón?
-Es muy difícil. Yo planteo la necesidad del buen oyente como una premisa, pero es difícil saberlo. Tenemos que pensar que ya no hay más educación musical en las escuelas, por lo tanto el oyente capaz de emprender ese viaje tiene que poseer un interés muy grande e importante, porque a las personas no se las educa para la música como se las educa para la literatura, para la historia, para la biología. La gente no puede llegar al teatro corriendo del trabajo, sentarse en una butaca y esperar a que ocurra el milagro de lo que la música le pueda decir. El verdadero oyente tiene que poder concentrarse y escuchar en forma activa. El oído es el órgano más inteligente del cuerpo, mucho más que el ojo.
-¿Por qué?
-Porque tiene más memoria. En la música las cosas se repiten y el oyente las recuerda. Por lo tanto cada pequeño cambio que se produce es algo que lo excita, que lo inspira. Cuando en un Concierto para piano de Mozart viene el tema por segunda vez y toma otro sendero, el oído que escucha inteligentemente lo recuerda. Yo no sé qué porcentaje del público es capaz de eso, pero me gusta decir que no vengan al concierto esperando que la magia llegue automáticamente. El oyente tiene que ser bastante más activo de lo que se piensa.
-Usted acaba de dirigir la ópera “Los pescadores de perlas” de Bizet en Berlín, con una puesta en escena del cineasta Wim Wenders. ¿Cómo fue esa experiencia?
-Muy buena. Me gustaron mucho sus películas como Buena Vista Social Club y París Texas. Un día lo vi y le pregunté si no le daba curiosidad pensar en una régie de ópera. “Ah, pero yo no tengo muchos conocimientos”, dijo él, que es muy modesto, que es todo menos un divo. Vino con gran modestia pero muy bien preparado. Después de la última función le pregunté. “Y, Wim, ¿todavía tienes apetito para una nueva ópera?”. Me dijo que sí, y que en su vida había aprendido tanto sobre tantas cosas como en esas semanas en la Opera de Berlín.
-¿Él aportó una perspectiva más cinematográfica o se integró a las formas tradicionales de la representación operística?
-Una mezcla sutil de ambas cosas. Creo que él estaría de acuerdo si yo dijese que el suyo no fue tanto un trabajo con los personajes, como un trabajo con un ojo muy estético e imágenes de video muy refinadas. Yo creo que él podría seguir haciendo cosas muy buenas en el Teatro. Quedamos en vernos para seguir conversando sobre algún proyecto.
-En los últimos años usted fue la única visita importante que recibimos de Alemania. Ahora acaba de venir Angela Merkel.
-La única líder del mundo libre.
-Bueno, ahora apareció Macron...
-Sí, pero ella ya lo demostró. Macron es una esperanza. Volviendo al viaje de Merkel, es algo que me pone muy contento, ya que había dificultades reales en la relación entre ambos países. Ella está muy abierta y quedó encantada con la visita a la Argentina. Y déjeme notar un detalle colorido. Después de viajar a la Argentina fue a ver al Papa y le llevó alfajores y dulce de leche. Me encantó.

Daniel Barenboim es un hombre extremadamente curioso y expansivo. Ahora inició una serie de programas en YouTube. La mayor parte tienen el formato 5 minutes on..., que son charlas al piano de cinco minutos donde el músico analiza algún aspecto de Beethoven, Chopin, Liszt o Mozart, o bien las relaciones de jerarquía entre el ritmo, la melodía y la armonía. Otros programas, más extensos, son diálogos que llevan el título de Paralelos y paradojas, que es el nombre del libro de conversaciones que Barenboim publicó con su amigo Edward Said. La serie comenzó con un interesante diálogo con el actor alemán Christoph Waltz acerca de las similitudes y diferencias entre ambos oficios; entre la interpretación de las palabras y la interpretación de la música.

Uno de los más interesante 5 minutes on... es el que el músico dedica a la sonata Claro de luna de Beethoven. Barenboim va en contra del lugar común que interpreta ese comienzo como una “ensoñación”. Barenboim más bien aboga por un tono de marcha fúnebre y un ritmo sostenido, mostrando además la conexión (tal vez una cita deliberada de Beethoven), de ese comienzo de la Sonata con un pasaje musical del Don Juan de Mozart, cuando el protagonista da muerte al Comendador. Con Barenboim, cinco minutos pueden bastar para una revelación fundamental.



sábado, 19 de enero de 2019

El Zarevich Cabrito - Parte 2


El zar, al volver de caza y ver a su mujer tan cambiada, le preguntó:
— ¿Qué te pasa? ¿Estás enferma?
— Sí; no estoy bien — contestó ella.
Al día siguiente el zar se fue otra vez de caza mientras que Alenuchka guardaba cama. Vino a verla la hechicera y le dijo: 
— ¿Quieres curarte? Pues ve a la orilla del mar y bebe su agua al amanecer y al anochecer durante siete días.

La zarina hizo caso del consejo, y al llegar el crepúsculo se dirigió a la orilla del mar, donde aguardaba ya la hechicera, la cual la cogió, le ató al cuello una piedra y la echó al mar; Alenuchka se sumergió en seguida. El Cabrito, presintiendo la desdicha, corrió hacia el mar, y al ver desaparecer a su hermana prorrumpió en un llanto muy amargo.

Entretanto, la hechicera se vistió como la zarina, se presentó en palacio y empezó a gobernar.

Llegó el zar de caza y, sin notar el engaño, se alegró mucho al ver que la zarina había recobrado la salud. Sirvieron la cena y se pusieron a cenar.
— ¿Dónde está el Cabrito? — Preguntó el zar.
— Estamos mejor sin él — contestó la hechicera—; he ordenado que no lo dejen entrar, porque me molesta su olor a cabrío.

Al día siguiente, apenas el zar se fue de caza, la hechicera se puso a pegar al pobre Cabrito, y mientras lo apaleaba, le decía: 
— ¡Aguarda, que en cuanto vuelva el zar le pediré que te maten!
Apenas el zar regresó, la hechicera empezó a convencerlo a fuerza de súplicas:
— ¡Da orden de que maten al Cabrito! Me ha fastidiado de tal modo, que no quiero verlo más.
Al zar le dio lástima, pero no pudo defenderlo porque la zarina le suplicaba con tanta tenacidad que no tuvo más remedio que consentir que lo matasen.

Pocas horas después, el Cabrito, viendo que ya estaban afilando los cuchillos para cortarle la cabeza, corrió al zar y le rogó:
— ¡Señor! Permíteme ir a la orilla del mar para beber allí agua y limpiar mis entrañas.

El zar le dio permiso y el Cabrito corrió a toda prisa hacia el mar. 
Se paró en la orilla y exclamó con voz lastimera:
— ¡Alenuchka, hermanita mía, sal a la orilla! ¡Han encendido ya las hogueras, las calderas están llenas de agua hirviente, están afilando los cuchillos de acero para matarme! ¡Pobre de mí!
Alenuchka le contestó:
— ¡Ivanuchka, hermanito mío, la piedra que está atada a mi cuello pesa demasiado, las algas sedosas se enredaron a mis pies, la arena amarilla se amontonó sobre mi pecho, la feroz serpiente ha chupado toda la sangre de mi corazón!

El pobre Cabrito se echó a llorar y se volvió a palacio.
A mediodía vino otra vez a pedir permiso al zar, diciéndole:
— ¡Señor! Permíteme ir a la orilla del mar para beber agua y limpiar mis entrañas.

El zar volvió a darle permiso y el Cabrito corrió a todo correr hacia el mar, se paró en la orilla y exclamó:
— ¡Alenuchka, hermanita mía, sal a la orilla! ¡Han encendido ya las hogueras, las calderas están llenas de agua hirviente, están afilando los cuchillos de acero para matarme! ¡Pobre de mí!
Alenuchka le contestó:
— ¡Ivanuchka, hermanito mío, la piedra que está atada a mi cuello pesa demasiado, las algas sedosas se enredaron a mis pies, la arena amarilla se amontonó sobre mi pecho, la feroz serpiente ha chupado toda la sangre de mi corazón!

El pobre Cabrito se echó a llorar y volvió otra vez a palacio. 

Entonces el zar pensó: ‘¿Por qué el Cabrito quiere ir siempre a la orilla del mar?’

Y cuando vino por tercera vez a pedirle permiso diciéndole: ‘¡Señor! Déjeme ir a la orilla del mar para beber agua y lavar mis entrañas’, lo dejó ir y se fue tras él.

Llegados a la orilla, oyó al Cabrito, que llamaba a su hermana.
— ¡Alenuchka, hermanita mía, sal a la orilla! ¡Han encendido ya las hogueras, las calderas están llenas de agua hirviente, están afilando los cuchillos de acero para matarme! ¡Pobre de mí!
Alenuchka le contestó:
— ¡Ivanuchka, hermanito mío, la piedra que está atada a mi cuello pesa demasiado, las algas sedosas se enredaron a mis pies, la arena amarilla se amontonó sobre mi pecho, la feroz serpiente ha chupado toda la sangre de mi corazón!

Pero el Cabrito empezó a suplicar, llamándola con voz tiernísima, y entonces Alenuchka, haciendo un gran esfuerzo, subió de las profundidades del mar y apareció en la superficie. El zar la cogió, desató la piedra que tenía atada al cuello, la sacó a la orilla y le preguntó lleno de asombro:
— ¿Cómo te ha sucedido tal desgracia?

Ella le contó todo, el zar se alegró muchísimo y el Cabrito también, manifestando su alegría con grandes saltos. Los árboles del jardín de palacio reverdecieron, las plantas florecieron y todo alrededor de palacio se llenó de risa y júbilo.

En cuanto a la hechicera, el zar dio orden de ejecutarla. En el centro del patio encendieron una gran hoguera y en ella quemaron a la bruja.




Después de haber hecho justicia, el zar, su mujer y el Cabrito vivieron felices y en paz, aumentando sus bienes y sin separarse nunca.

viernes, 18 de enero de 2019

El Zarevich Cabrito - Parte 1






Eran un zar y una zarina que tenían un hijo y una hija. El hijo se llamaba Ivanuchka y la hija Alenuchka.
Cuando el zar y la zarina murieron, los hijos, como no tenían ningún pariente, se quedaron solos y decidieron irse a recorrer el mundo.

Se pusieron en camino y anduvieron hasta que el sol subió en el cielo a su mayor altura y sus rayos les quemaban implacablemente, haciéndoles ahogarse de calor sin ver a su alrededor vivienda alguna que les sirviera de refugio, ni árbol a la sombra del cual pudieran acogerse.

En la extensa llanura percibieron un estanque, al lado del cual pastaba un rebaño de vacas.
— Tengo sed — dijo Ivanuchka.
— No bebas, hermanito, porque si bebes te transformarás en un ternero — le advirtió Alenuchka.
Ivanuchka obedeció y ambos siguieron su camino.
Anduvieron un buen rato y llegaron a un río, a la orilla del cual pacía una manada de caballos.
— ¡Oh, hermanita! ¡Si supieras qué sed tengo! — dijo otra vez Ivanuchka.
— No bebas, hermanito, porque te transformarás en un potro.
Ivanuchka obedeció y continuaron andando; después de andar mucho tiempo vieron un lago, al lado del cual pacía un rebaño de ovejas.
— ¡Oh, hermanita! ¡Quiero beber!
— No bebas, Ivanuchka, que te transformarás en un corderito.
Obedeció el niño otra vez; siguieron adelante y llegaron a un arroyo, junto al cual los pastores vigilaban a una piara de cerdos.
— ¡Oh, hermanita! ¡Ya no puedo más, tengo una sed abrasadora! — Exclamó Ivanuchka.
— No bebas, hermanito, porque te transformarás en un lechoncito.

Otra vez obedeció Ivanuchka, y ambos siguieron adelante. Anduvieron, anduvieron; el sol estaba todavía alto en el cielo y quemaba como antes; el sudor les corría por todo el cuerpo y todavía no habían podido encontrar ninguna vivienda. Al fin vieron un rebaño de cabras que pacía cerca de una laguna.
— ¡Oh, hermanita! ¡Ahora sí que beberé!
— ¡Por Dios, hermanito, no bebas, porque te transformarás en un cabrito!

Pero esta vez Ivanuchka no pudo soportar más la sed y, no haciendo caso del aviso de su hermana, bebió agua de la laguna, y en seguida se transformó en un Cabrito que daba saltos y brincos delante de su hermana y balaba:
— ¡Beee! ¡Beee!, ¡Beee!
La desconsolada Alenuchka le ató al cuello un cordón de seda y se lo llevó consigo llorando amargamente.

Un día, el Cabrito, que iba suelto y corría y saltaba alrededor de su hermana, penetró en el jardín del palacio de un zar.

La servidumbre los vio y uno de los criados anunció al zar:
— Majestad, en el jardín de tu palacio hay una joven que lleva un cabrito atado con un cordón de seda; es tan hermosa que no se puede describir su belleza.

El zar ordenó que se enterasen de quién era tal joven.

Los servidores le preguntaron quién era y de dónde venía, y ella les contó su historia, diciéndoles: 
— Mi hermano era zarevich y yo zarevna. Al morir nuestros padres y quedar huérfanos nos fuimos de casa para conocer el mundo, y el zarevich, no pudiendo soportar la sed que tenía, bebió agua de una laguna encantada y se transformó en un cabrito.

Los servidores refirieron al zar todo lo que habían oído y éste hizo llamar a Alenuchka, para enterarse detalladamente de su vida.
El zar quedó tan encantado de Alenuchka que quiso casarse con ella, y al poco tiempo celebraron la boda, y vivían felices y contentos. El Cabrito, que estaba siempre con ellos, paseaba durante el día por el jardín, por la noche dormía en una habitación de palacio y para comer se sentaba a la mesa con el zar y la zarina.

Llegó un día en que el zar se fue de caza, y mientras tanto, una hechicera, por medio de sus artes de magia, hizo enfermar a la zarina, y la pobre Alenuchka adelgazó y se puso pálida como la cera. En el palacio y en el jardín todo tomó un aspecto triste; las flores se marchitaron, las hojas de los árboles se secaron y las hierbas se agostaron.


sábado, 5 de enero de 2019


Entró sigilosamente en él y salió a su encuentro una Zorra.
— ¿Qué te pasa? — Le preguntó ésta—. ¿Por qué andas tan despacito?
— Tengo miedo de encontrar al Oso, que se ha enfadado conmigo, amenazándome con matarme si me atrevo a entrar en el bosque.
— No te apures, yo te salvaré; pero dime lo que me darás en cambio. El campesino hizo una reverencia a la Zorra y le dijo:
— No seré avaro: si me ayudas, te daré una docena de gallinas.
— Conforme. No temas al Oso; corta la leña que quieras y entre tanto yo daré gritos fingiendo que han venido cazadores. Si el Oso te pregunta qué significa ese ruido dile que corren los cazadores por el bosque persiguiendo a los lobos y a los osos.

El campesino se puso a cortar leña y pronto llegó el Oso corriendo a todo correr.
— ¡Eh, viejo amigo! ¿Qué significan esos gritos? — Le preguntó el Oso.
— Son los cazadores que persiguen a los lobos y a los osos.
— ¡Oh, amigo! ¡No me denuncies a ellos! Protégeme y escóndeme debajo de tu carro — le suplicó el Oso, todo asustado.
Entretanto la Zorra, que gritaba escondiéndose detrás de los zarzales, preguntó:
— ¡Hola, campesino! ¿Has visto por aquí a algún oso?
— No he visto nada — dijo el campesino.
— ¿Qué es lo que tienes debajo del carro?
— Es un tronco de árbol.
— Si fuese un tronco no estaría debajo del carro, sino en él y atado con una cuerda.

Entonces el Oso dijo en voz baja al campesino:
— Ponme lo más pronto posible en el carro y átame con una cuerda.

El campesino no se lo hizo repetir. Puso al Oso en el carro, lo ató con una cuerda y empezó a darle golpes en la cabeza con el hacha hasta que lo mató.
Pronto acudió la Zorra y dijo al campesino:
— ¿Dónde está el Oso?
— Ya está muerto.
— Está bien. Ahora, amigo mío, tienes que cumplir lo que me prometiste.
— Con mucho gusto, amiguita; vamos a mi casa y allí te daré las gallinas.

El campesino se sentó en el carro y se dirigió a su casa, y la Zorra iba corriendo delante.

Al acercarse a su cabaña, el campesino silbó a sus perros azuzándolos para que cogiesen a la Zorra. Ésta echó a correr hacia el bosque, y una vez allí se escondió en su cueva. Después de tomar aliento empezó a preguntar:
— ¡Hola, mis ojos! ¿Qué habéis hecho mientras corría?
— ¡Hemos mirado el camino para que no dieses un tropezón!
— ¿Y vosotros, mis oídos?
— ¡Hemos escuchado si los perros se iban acercando!
— ¿Y vosotros, mis pies?
— ¡Hemos corrido a todo correr para que no te alcanzaran los perros!
— Y tú, rabo, ¿qué has hecho?
— Yo — dijo el rabo— me metía entre tus piernas para que tropezases conmigo, te cayeses y los perros te mordiesen con sus dientes.
— ¡Ah, canalla! — Gritó la Zorra—. ¡Pues recibirás lo que mereces! — Y sacando el rabo fuera de la cueva, exclamó—: ¡Comedlo, perros!

Éstos cogieron con sus dientes el rabo, tiraron, sacaron a la Zorra de su cueva y la hicieron pedazos.



jueves, 3 de enero de 2019

Maderas para guitarra, como afectan el sonido del instrumento


Uno de los aspectos mas importantes a la hora de adquirir un instrumento es saber exactamente con que tipos de “maderas para guitarra” esta construido, uso el termino entre “comillas” por que es claro que no todas las maderas sirven para construir una guitarra eléctrica o acústica, existen maderas para guitarra muy especificas que se usan en diferentes partes del instrumento, esto, por la forma en la que afectan el sonido, su resistencia y la posibilidad de combinarse con otras para conseguir sonidos y timbres cada vez mas específicos.

Cada madera añade al instrumento características sonoras, tono, durabilidad y según la calidad de las mismas agregan valor, esto explica por que encontramos en el mercado guitarras de 200 US y guitarras de 4.000 US.

Al adquirir una guitarra es bueno saber donde se ha cultivado la madera, podemos conseguir una madera costosa pero si ha sido cultivada en un ambiente erróneo, si tiene hongos u otras enfermedades es posible que la calidad de la madera sea deficiente, esto explica por que algunos instrumentos vienen con certificación de calidad con respecto a las maderas para guitarra usadas.

Aun en dos modelos iguales de guitarra es posible que tengamos diferencias en la calidad de la madera, recomiendo alzar la guitarra y golpearla suavemente en la parte trasera, por todo el cuerpo, si el sonido es parejo en todo el instrumento puede ser una buena compra, si escuchamos partes huecas o con un sonido muy diferente en algunos sitios podemos tener literalmente un remiendo en la madera, esto afecta el sonido de forma considerable.

Es tanto lo que las maderas afectan el tono que podemos usar los mismos micrófonos en dos guitarras construidas con maderas diferentes y puedo garantizarles que el sonido de cada una va a ser distinto, por es debemos conocerlas.

Cuales son las maderas para guitarra mas comunes

El aliso es una madera que es común en Europa, se caracteriza por tener un color claro, que se convierte en rojizo al momento del corte, es una madera durable y resistente a la humedad. La guitarras con cuerpo en Aliso dan un tono limpio, y claro, La marca Fender viene usando esta madera en sus instrumentos desde hace mucho tiempo, esta guitarra tiene buenos altos y buenos graves en cuanto a resonancia se refiere, sacrifica un poco las frecuencias medias.

El Arce es una madera de alta resistencia, es densa y muy durable, es muy usada en la construcción de los mástiles aunque es posible encontrar modelos con el cuerpo construido en esta madera, se caracteriza por ser liviana y de color claro, en cuanto al sonido genera un sonido brillante, sacrifica las frecuencias bajas, por eso su sonido esta lleno de medios altos y de altos, esto le da buena respuesta a los ataques y sonidos cortos, por eso es que se usa en los mástiles o brazos de las guitarras.

La Caoba es una madera densa, da un sonido dulce, cálido y con muy buen sustain, la gran mayoría de guitarras Gibson Les Paul están construidas con este tipo de madera, por su color oscuro es posible encontrar algunas guitarras con terminado natural aunque no es la mejor alternativa puesto que son un poco sensibles a la humedad, la ecualización de esta madera corta los medios, sin embargo enriquece mucho las frecuencias bajas de la guitarra, es por eso que las Gibson tiene tanto “cuerpo”.

El Abeto alemán es una madera da un sonido muy bello cuando se usa en guitarras acústicas, su sonido es cálido, claro y brillante, el defecto de esta madera es que es poco resistente, su durabilidad depende del cuidado del propietario, es resistente a la humedad y a los insectos, esto por el olor natural que despide, su ecualización o tono es brillante.

El Ébano es una madera comúnmente usada en los diapasones, es en todo sentido superior al palo de rosa aunque es mas pesada, tiene un ataque brillante, buen sustain y una durabilidad increíble, su tono sacrifica las frecuencias  graves, por eso y por responder rápidamente al ataque es usada en los diapasones de las guitarras.

Entre las maderas para guitarra el Fresno se caracteriza por tener un sonido brillante y un buen sustain, es una madera resistente, sin embargo es algo porosa por lo que requiere una buena cantidad de sellantes, los surcos que tiene esta madera la hacen ideal para terminaciones en la cuales podemos ver la madera a través de la pintura, en cuanto a su ecualización es una de las maderas que da una respuesta optima casi en cualquier rango de frecuencias, desde altos brillantes, medios definidos y graves con profundidad, es una de las mejores maderas para la construcción de instrumentos.

La Koa es una madera muy común en Hawai, es muy densa y con buen sustain, su sonido es un poco opaco, la naturaleza de esta madera corta las notas agudas, por lo que se dice que deja sin expresión las guitarras, esta madera es común en las guitarras B.C. Rich, un problema de esta madera es el costo, al ser una madera escasa su costo suele ser elevado.

El Nogal es una madera que por su densidad da muy buen sustain, su sonido es cálido, aunque muy brillante, su defecto es que es una madera un poco pesada, por esto no es común encontrar guitarras construidas en un 100% con esta madera, su tono suele requerir un poco de eq adicional para compensar las frecuencia graves, sin embargo por el brillo del instrumento las melodías siempre van a resaltar.

Es común encontrar guitarra acústicas construidas en pino, esta madera es fácilmente trabajable, al ser tan común explica el por que es usada en muchas guitarras de gama baja, da un sonido un poco mudo y opaco, es poco resistente a la humedad, las guitarras en este tipo de maderas deben cuidarse mucho.