jueves, 30 de junio de 2011

Cambiar y Ser Uno Mismo

Cambiar es posible, sin importar la etapa de la vida que se esté transitando. Siempre se está a tiempo de recuperar el rumbo alguna vez perdido, o de iniciar el camino verdadero que siempre se anheló y que no se pudo, no se quiso o no se supo emprender.

Lo importante es saber qué es lo que se quiere cambiar y cómo se quiere llegar a ser.

Todos se pueden dar cuenta cuando se sienten bien y plenos, de qué es lo que produce esa transformación. Es un sentimiento de calma interior, de equilibrio, de plenitud, de confianza en si mismo y de satisfacción, cuando se experimenta estar en el lugar que se quiere estar, haciendo lo que a cada uno le gusta.

Por alguna razón muchos postergan su propia realización personal, porque creen que ya es tarde, que no pueden o que no se lo merecen. No pueden darse cuenta, que la felicidad que sienten expresando quienes son, los transforma también como personas, que cambia su actitud hacia la vida y hacia sus relaciones.

Poder desarrollar lo que está potencialmente en cada uno, es una aspiración a la que no se debe renunciar, cuando se sufre infelicidad o se comienza a sentir que está faltando algo.

El cambio debe ser interno, o sea de adentro para afuera, evitando temores, prejuicios, ideas preconcebidas y arriesgándose a emprender la aventura de iniciar una nueva forma de vida con férrea voluntad y sana convicción.

No se trata de intentar ser otro sino de realmente ser quien se es, trascendiendo los condicionamientos del pasado y las viejas creencias y atreviéndose a ser distintos.

Esa necesidad primordial estuvo siempre, pero permanecía tapada por una serie de antiguas estructuras aprendidas que en su momento sirvieron para adaptarse.

Tal vez la insatisfacción interior se manifestó siempre de alguna manera sin saber interpretarla, obstaculizando las relaciones, alterando el carácter, o transformándose en enfermedades recurrentes o en síntomas migratorios que trataban inútilmente de llamar la atención.

El cambio nos enfrenta a lo desconocido, porque nos hace sentir inseguros y tememos las pérdidas, aunque ya no signifiquen nada para nosotros.

Cambiar es difícil para todos, pero es preciso saber que cuando uno cambia todo cambia alrededor, las personas y las cosas, principalmente porque se las ve con otros ojos.

El cambio obliga a aprender una nueva forma de relacionarse con el mundo y con los demás.

La vida nos brinda oportunidades para cambiar, situaciones que hacen que el entorno se modifique y que obligan a cambiar las estructuras, como las pérdidas, los accidentes y a veces hasta las enfermedades. Porque las crisis son las mejores detonantes para el cambio, encrucijadas que hacen que ya nada importe.

Sólo se puede cambiar si se tiene una intención genuina propia y se puede lograr de a poco, dándose el tiempo que se necesita pero con la sólida firmeza de no volver atrás.

Cambiar obliga a hacerse cargo de la propia vida, a ser capaces de hacerse responsables de los actos y a enfrentar nuevos desafíos.

Los cambios producen temor aún ante la perspectiva de que se cumplen todos los deseos, porque se puede tener miedo hasta de sentirse mejor.

El cambio es un proceso, lo importante es que sea consistente y no haya renuncias o retrocesos.

Ser uno mismo

Pareciera que todos son dueños de sus vidas. En cambio son pocos los que son verdaderamente dueños de sus propias vidas.

Y ésta es la causa de muchas tristezas, depresiones, descontentos, ansiedades y angustias.

Tenemos la impresión de que no llevamos las riendas de nuestra propia existencia. Y eso no nos gusta. Sentimos que nuestra vida está en otras manos y que no la dirigimos como verdaderos dueños.

Aduéñate de tu vida. Es tan importante y consolador que bien merece el esfuerzo.

Si esperas que los demás decidan por ti.
Si culpas a otros por tus errores y desgracias.
Si no te conoces, amas y respetas de verdad a ti mismo.

NECESITAS URGENTEMENTE ADUEÑARTE DE TU VIDA.

Cuanto más dueños nos sentimos de nuestra propia vida, menos necesitamos imponer, dirigir y controlar a los demás.

Un maestro de la antigüedad ya escribía hace cientos de años:

“Si yo no me pertenezco a mi mismo, entonces ¿ quién puede pertenecerme? Y si soy únicamente para mí mismo, entonces ¿qué soy?”. Y si todo esto no lo hago ahora, ¿cuándo?

Muchos piensan que sintiéndose pobres, sumisos, débiles, humildes...los demás los amarán más y aceptarán mejor.

Muchos piensan que sintiendo y pensando como los demás son mejor aceptados por ellos.

Muchos piensan que siendo dueños de sus vidas con verdadera libertad interior se sentirán aislados y nadie los ayudará, olvidando que cuanto más dueños somos de nuestras vidas más damos y mas recibimos.

Muchos piensan que hacen un gran favor y obsequio estimable al otro, cuando dicen: “Sin ti mi vida es nada. Sin tu amor no soy nada”. Si es así, el único que vale es el otro. Ellos sólo le ofrecen lo que son: nada.

ADUEÑATE DE TU VIDA. Empieza a pensar por ti, a sentir por ti, a decidir por ti y asumir las consecuencias de todos tus actos.

Es la única manera de que tu vida sea realmente tuya.-

Darío Lostado

Mary Ann

Bendito el hombre que no teniendo nada que decir se abstiene de demostrarlo con sus palabras.



Seudónimo de Mary Ann o Marian Evans, novelista inglesa cuyos libros, de una profunda sensibilidad y retratos certeros de las vidas sencillas, le otorgaron un puesto relevante en la literatura del siglo XIX. Su fama fue internacional y su obra influyó en gran medida en el desarrollo del naturalismo francés. George Eliot nació en Chilvers Coton (Warwickshire), hija de un agente inmobiliario. Estudió en la escuela local de Nuneaton y después en un internado de Coventry. A los 17 años, tras la muerte de su madre y el matrimonio de su hermana mayor, regresó a casa para cuidar a su padre. A partir de entonces fue autodidacta.
Una estricta educación religiosa presidió su juventud, recibida ante la insistencia de su padre. En 1841 empezó a leer obras racionalistas que la impulsaron a rebelarse contra la religión dogmática y durante toda su vida fue racionalista. Su primer trabajo literario, que le ocupó de 1844 a 1846, fue la traducción de Vida de Jesús (1835-1836) del teólogo alemán David Strauss. En 1851 viajó durante dos años por Europa y a su regreso escribió reseñas de libros para la revista Westminster Review.
Más tarde fue subdirectora de la revista, trabajo que la puso en contacto con las principales figuras literarias de la época, como Harriet Martineau, John Stuart Mill, James Froude, Herbert Spencer y George Lewes. Conocer a Lewes, filósofo, científico y crítico, fue uno de los acontecimientos más importantes de su vida. Se enamoraron y decidieron vivir juntos a pesar de que Lewes estaba casado y no podía divorciarse. Sin embargo, Eliot consideró su larga y feliz relación con Lewes como un matrimonio. Continuó escribiendo reseñas y artículos para revistas, así como traducciones del alemán.

En 1856, alentada por Lewes, empezó a escribir novelas. A su primer relato, Amos Barton, publicado en Blackwood's Magazine en enero de 1857, siguieron otros dos en el mismo año, que aparecieron después reunidos en un libro con el título de Escenas de la vida clerical (1858). Lo firmó con el seudónimo de George Eliot y mantuvo en secreto su identidad durante muchos años. Entre sus obras más famosas se encuentran Adam Bede (1859), El molino junto al Floss (1860) y Silas Marner (1861).

Son novelas que tratan de la región de Warwickshire y en gran parte están basadas en su propia vida. Sus viajes por Italia inspiraron su novela siguiente, Romola (1863), una novela histórica sobre el predicador y reformador Girolamo Savonarola y la Florencia del siglo XV. Comenzada en 1861, apareció por entregas en The Cornhill Magazine antes de publicarse en 1863. Después de terminar Romola, escribió dos destacadas novelas, Felix Holt, el Radical (1866), sobre la política inglesa, y Middlemarch (1872), que trata de la vida y responsabilidades morales de la clase media inglesa en una ciudad de provincias. Daniel Deronda (1876) es una novela en la que ataca el antisemitismo y simpatiza con el nacionalismo judío; Las impresiones de Theophrastus Such (1879) es un libro de ensayos. Su poesía, considerada muy inferior a su prosa, incluye La gitana española (1868), un drama en verso inspirado en su visita a España en 1867; Agatha (1869) y La leyenda de Jubal y otros poemas (1874). Eliot fue admirada por contemporáneos como Emily Dickinson y escritores posteriores como Virginia Woolf, y actualmente ha suscitado una crítica feminista favorable. Escribió sus obras más importantes animada y protegida por Lewes, que le impidió ver las críticas desfavorables a sus libros.
Después de su muerte en 1878 ella se retiró y dejó de escribir. En mayo de 1880 se casó con John Cross, un banquero estadounidense que había sido amigo suyo y de Lewes durante mucho tiempo y sería su primer biógrafo, pero ella murió en Londres siete meses después.

El responso del guerrero



No más gritos ….

miércoles, 29 de junio de 2011

Te Quiero, Te Quiero

Manuel Barrueco

Evoluciona

Crecer es dejar atrás algo a lo cual estuvimos apegados y de lo cual nos cuesta desprendernos, es atrevernos una vez más y estar dispuestos a ser diferentes de lo que fuimos ayer, es desarrollarnos y evolucionar desde adentro.

Cuando decidimos cambiar una actitud negativa, estamos creciendo.
Cuando decidimos corregir un error, estamos evolucionando.
Cuando dejamos de hacer algo que nos empequeñece, estamos desarrollándonos.
Todos los días la vida nos presenta oportunidades de crecer.

Para proyectarse en el tiempo como algo duradero, este cambio debe ser paulatino y consciente. Observemos a la naturaleza, y más particularmente a los árboles: en otoño pierden su follaje y se liberan de la carga innecesaria, recogiéndose dentro de sí para recibir el invierno. Por fuera, parecieran no tener vida, pero preparan sus raíces para que en la primavera sus ramas puedan ver surgir los primeros brotes, dando lugar a las hojas y luego los frutos del verano.

Si logramos desprendernos de esas hojas que no necesitamos mientras desarrollamos nuestra esencia, también podremos dar frutos y transformarnos.

 
 
METAFISICA

martes, 28 de junio de 2011

Te Necesito Tanto Amor.

A. de mi V.

Eres la primavera que le da dulzura a estos versos, eres la mujer cuyas manos tienen la delicadeza para aliviar mis tristezas, y las mías poseen el amor que necesitas para endulzar tus proezas, haciendo del paisaje el lienzo más hermoso reflejando tu belleza.

He recorrido mil distancias, pero ningún camino es tan bello como ir de tu mano, he tropezado mil veces, pero ahí has estado siempre tú, cuando gritaba de dolor; fuiste un apoyo constante…por esto doy testimonio de fe y amor como humilde escribano, de éste sentimiento lindo que me embarga, expresándote mi cariño con mis propias manos.

John Manny

jueves, 23 de junio de 2011

La partida

La partida




Ordené que trajeran mi caballo del establo. El sirviente no entendió mis órdenes. Así que fui al establo yo mismo, le puse silla a mi caballo y lo monté. A la distancia escuché el sonido de una trompeta y le pregunté al sirviente qué significaba. Él no sabía nada ni escuchó nada. En el portal me detuvo y preguntó:

-¿Adónde va el patrón?

-No lo sé -le dije- simplemente fuera de aquí, simplemente fuera de aquí. Fuera de aquí, nada más, es la única manera en que puedo alcanzar mi meta.

-¿Así que usted conoce su meta? -preguntó.

-Sí -repliqué- te lo acabo de decir. Fuera de aquí, esa es mi meta.
 
Franz Kafka

miércoles, 22 de junio de 2011

EL ARBOL DE LA MENTIRA



La Verdad y la Mentira se pusieron a vivir juntas una vez y, pasado cierto tiempo, la Mentira, que es muy inquieta, le propuso a la Verdad que plantaran un árbol, para que les diese fruta y poder disfrutar de su sombra en los días más calurosos. La Verdad, que no tiene doblez y se conforma con poco, aceptó la propuesta.

Cuando el árbol estuvo plantado y empezó a crecer frondoso, la Mentira propuso a la Verdad que se lo repartieran entre las dos, cosa que agradó a la Verdad. La Mentira, dándole a entender con razonamientos muy bellos y bien construidos que
la raíz mantiene al árbol, le da vida y, por ello, es la mejor parte y la de mayor provecho, aconsejó a la Verdad que se quedara con las raíces, que viven bajo tierra, En tanto, ella se contentaría con las ramitas que aún habían de salir
y vivir por encima de la tierra, lo que sería un gran peligro, pues estarían a merced de los hombres, que podrían cortarlas o pisarlas, cosa que también podrían hacer los animales y las aves. Además, le dijo que los grandes calores podrían secarlas, y quemarlas los grandes fríos; por el contrario, las raíces no estarían expuestas a estos peligros.

Al oír la Verdad todas estas razones, como es bastante crédula, muy confiada y no tiene malicia alguna, se dejó convencer por su compañera la Mentira; creyò que era verdad lo que le decía.

La Verdad se metió bajo tierra para vivir, pues allí estaban las raíces, que ella había elegido, y la Mentira permaneció encima de la tierra, con los hombres y los demás seres vivos.
Y como la Mentira es muy lisonjera, en poco tiempo se ganó la admiración de la gente, porque su árbol comenzó a crecer y a echar grandes ramas y hojas que daban fresca sombra; también nacieron en el árbol flores muy hermosas, de muchos colores.

Al ver un árbol tan hermoso, muchas personas empezaron a reunirse junto a él muy contentas; gozaban de su sombra y de sus flores; la mayoría de la gente permanecía allí, e incluso quienes vivían lejos se recomendaban el árbol de la Mentira por su alegría, sosiego y sombra fresca.

Así, la Mentira se sentía muy honrada y era muy considerada por quienes buscaban siempre su compañía: al que menos se acercaba a ella y menos sabía de sus artes, todos lo despreciaban, e incluso él mismo se descalificaba.

Mientras esto le ocurría a la Mentira, que se sentía muy feliz, la triste y despreciada Verdad estaba escondida bajo la tierra, sin que nadie supiera de ella ni quisiera ir a buscarla. Viendo la Verdad que no tenía con qué alimentarse,
sino con las raíces de aquel árbol que la Mentira le aconsejó tomar como suyas, y a falta de otro alimento, se puso a roer y a cortar para su sustento las raíces del árbol de la Mentira. Aunque el árbol tenía ramas gruesas, hojas muy anchas que daban mucha sombra y flores de colores muy alegres, antes de que llegase a dar su fruto fueron cortadas todas sus raíces, pues tuvo que comérselas la Verdad.

Cuando las raíces desaparecieron, la Mentira estaba a la sombra de su árbol con todas las personas que aprendían sus artimañas, se levantó viento y movió el árbol que, como no tenía raíces, muy facilmente cayó derribado sobre la Mentira,
a la que hirió y quebró muchos huesos, así como a sus acompañantes, quienes resultaron malheridos.

Entonces, por el vacío que había dejado el tronco, salió la Verdad, que estaba escondida, y cuando llegó a la superficie vio que la Mentira y todos los que la acompañaban estaban muy maltrechos. Habían recibido gran daño por haber seguido el
camino de la Mentira.

La Mentira tiene ramas muy grandes y sus flores, que son sus palabras, pensamientos o halagos, son muy agradables y gustan mucho, pero son efímeros y nunca llegan a dar buenos frutos. A quienes usen de los halagos y engaños de la mentira,
evitalos cuanto puedas, porque cuando se encuentren más confiados, les sucederá como al árbol de la Mentira y a quienes se cobijaron bajo él.

Aunque muchas veces en nuestros tiempos la verdad sea menospreciada, abrazate a ella. La verdad siempre te hará libre.

La mentira

En la infancia se aprende a mentir y también se aprende que esa conducta trae consecuencias desagradables. La nariz de Pinocho, que va creciendo con cada mentira, simboliza el hecho de que la mentira aleja a las personas, según afirmó el psicólogo Francisco Viejobueno.
“Esta metáfora de Pinocho indica que a medida que uno miente se aleja más y más del otro, del semejante. Se va perdiendo algo tan esencial y propio del ser humano como es su necesidad social”, indicó.

La expresión máxima de la mentira es la mitomanía, que llega a constituir una verdadera psicosis por la cual una persona construye su vida, sus relaciones con los demás y con el mundo, sobre la base de una fantasía. Desde el punto de vista de la psicología, una terapia suele ser un camino para el descubrimiento y reconocimiento de la verdad.

“La mentira tiene la finalidad de ocultar la verdad, cuando ésta significa algo inaceptable y hasta insoportable para la persona. Muchas veces la persona sabe cuál es la verdad pero no la quiere reconocer. Un adulto que ha construido su personalidad sobre la mentira, deberá aprender a través del tratamiento una nueva manera de ser. Y eso no es fácil -advirtió Viejobueno-. Por eso, los padres deben ayudar al niño a que no construya su personalidad sobre la mentira”.

El psicólogo aclaró que es difícil que un mitomaníaco llegue a hacer un tratamiento, porque no reconoce su manía como un problema, si los padres no lo detectaron en la niñez o en la adolescencia. “El mitomaníaco ha construido un edificio hecho de mentiras y es difícil que ese edificio se quiebre, a menos que se produzca un choque muy grande con la realidad -explicó el especialista-. La persona sólo va a pedir ayuda cuando todo este edificio ficticio que ha construido se caiga o se quiebre. Cuando la realidad le demuestre que la mentira no se sostiene y que lo lleva a veces a perder vínculos afectivos”.
Se dice que mentir es humano y se considera que la mentira “por necesidad” sea algo tolerable, tal como parece “comprensible” la infidelidad en la pareja.

“Muchas veces, la persona engañada ayuda a sostener la mentira, o ayuda a que el otro se mienta a sí mismo. A menudo el mitómano cree que engaña a los demás, cuando en realidad los otros ya se dieron cuenta de que miente. Lo que busca, en el fondo, es engañarse a sí mismo -sostuvo Viejobueno-. Quiere evadir una verdad. No quiere saber lo que en el fondo sabe y lo angustia. Quiere evitar un sufrimiento”.



martes, 21 de junio de 2011

El Gran Palacio de la Mentira

Todos los duendes se dedicaban a construir dos palacios, el de la verdad y el de la mentira. Los ladrillos del palacio de la verdad se creaban cada vez que un niño decía una verdad, y los duendes de la verdad los utilizaban para hacer su castillo. Lo mismo ocurría en el otro palacio, donde los duendes de la mentira construían un palacio con los ladrillos que se creaban con cada nueva mentira. Ambos palacios eran impresionantes, los mejores del mundo, y los duendes competían duramente porque el suyo fuera el mejor.

Tanto, que los duendes de la mentira, mucho más tramposos y marrulleros, enviaron un grupo de duendes al mundo para conseguir que los niños dijeran más y más mentiras. Y como lo fueron consiguiendo, empezaron a tener muchos más ladrillos, y su palacio se fue haciendo más grande y espectacular. Pero un día, algo raro ocurrió en el palacio de la mentira: uno de los ladrillos se convirtió en una caja de papel. Poco después, otro ladrillo se convirtió en arena, y al rato otro más se hizo de cristal y se rompió. Y así, poco a poco, cada vez que se iban descubriendo las mentiras que habían creado aquellos ladrillos, éstos se transformaban y desaparecían, de modo que el palacio de la mentira se fue haciendo más y más débil, perdiendo más y más ladrillos, hasta que finalmente se desmoronó.

Y todos, incluidos los duendes mentirosos, comprendieron que no se pueden utilizar las mentiras para nada, porque nunca son lo que parecen y no se sabe en qué se convertirán.


Pedro Pablo Sacristán

El Invierno de Vivaldi

lunes, 13 de junio de 2011

Disfruta de tu café

Un grupo de profesionales, todos triunfadores en sus respectivas carreras, se juntó para visitar a su antiguo profesor...


Pronto la reunión se enfoco acerca del interminable estrés que les producía el trabajo y la vida en general.

El profesor les ofreció café, fue a la cocina y pronto regresó con una cafetera grande y una selección de tazas de lo más selecta: de porcelana, plástico, vidrio, cristal -unas sencillas y baratas, otras decoradas, unas caras y otras realmente exquisitas-...

Tranquilamente les dijo que escogieran una taza y se sirvieran un poco del café recién preparado. Cuando lo hicieron, el viejo maestro se aclaró la garganta y con mucha calma y paciencia se dirigió al grupo:

Se habrán dado cuenta de que todas las tazas que lucían bonitas, se terminaron primero y quedaron pocas de las más sencillas y baratas; lo que es natural, ya que cada quien prefiere lo mejor para sí mismo, ésa es realmente la causa de muchos de sus problemas relativos al “Stress”.

Continuó: Les aseguro que la taza no le añadió calidad al café, en verdad la taza solamente disfraza o reviste lo que bebemos.

Lo que ustedes querían era el café, no la taza, pero instintivamente buscaron las mejores, después se pusieron a mirar las tazas de los demás.

Ahora piensen en esto: La vida es el café, los trabajos, el dinero, la posición social, etc. son meras tazas, que le dan forma y soporte a la vida, y el tipo de taza que tengamos no define ni cambia realmente la calidad de vida que llevemos. A menudo, por concentrarnos sólo en la taza dejamos de disfrutar el café.

domingo, 12 de junio de 2011

Divididos - Par Mil (Luz Del Alma)

Despedida

Entre mi amor y yo han de levantarse
trescientas noches como trescientas paredes
y el mar será una magia entre nosotros.

No habrá sino recuerdos.
¡Oh tardes merecidas por la pena!
Noches esperanzadas de mirarte,
campos de mi camino, firmamento
que estoy viendo y perdiendo....
Definitiva como un mármol
entristecerá tu ausencia otras tardes.

JLB

miércoles, 8 de junio de 2011

El enamorado

Lunas, marfiles, instrumentos, rosas,
lámparas y la línea de Durero,
las nueve cifras y el cambiante cero,
debo fingir que existen esas cosas.

Debo fingir que en el pasado fueron
Persépolis y Roma y que una arena
sutil midió la suerte de la almena
que los siglos de hierro deshicieron.

Debo fingir las armas y la pira
de la epopeya y los pesados mares
que roen de la tierra los pilares.

Debo fingir que hay otros. Es mentira.
Sólo tú eres. Tú, mi desventura
y mi ventura, inagotable y pura.

JLB

El instante

¿Dónde estarán los siglos, dónde el sueño
de espadas que los tártaros soñaron,
dónde los fuertes muros que allanaron,
dónde el Árbol de Adán y el otro Leño?

El presente está solo. La memoria
erige el tiempo. Sucesión y engaño
es la rutina del reloj. El año
no es menos vano que la vana historia.

Entre el alba y la noche hay un abismo
de agonías, de luces, de cuidados;
el rostro que se mira en los gastados

espejos de la noche no es el mismo.
El hoy fugaz es tenue y es eterno;
otro Cielo no esperes, ni otro Infierno.

JLB

lunes, 6 de junio de 2011

El buitre y la paloma

Rodeando un castillo había dos pájaros: un horrible buitre y una hermosa paloma...


Siempre que el buitre se acercaba los guardias trataban de expulsarlo mientras que a la paloma le daban comida. Aún así el buitre continuaba regresando. Sin saberlo éste comía las ratas que abundaban en el edificio.


El sabio del rey solo observaba.


Un día los enemigos lograron llegar hasta la habitación del rey. Afuera estaba la paloma que los miró sin moverse o hacer cualquier gesto excepto comer.


Pero cuando los soldados enemigos se acercaron al pequeño hijo del rey que ahí se encontraba, el buitre los atacó fuertemente. Asustados empezaron a gritar y pronto los guardias aparecieron capturándolos.


Más tarde el rey se reunión con su sabio y conversaron sobre lo que había sucedido.


- Creo de ahí podemos aprender algo muy importante majestad

- Y ¿Qué lección podemos extraer de tan insólita situación sabio?

- No siempre lo que parece bonito a los ojos es realmente leal. Aunque la paloma haya sido alimentada todo este tiempo no hizo nada para defender a los que la alimentaron.

El buitre sin embargo sí fue capaz de realizara pesar de su aspecto desagradable. En realidad creo que él es más bello que la paloma pues sus actos así lo fueron.

- Usted tiene toda la razón. Desde luego mis guardias ya tienen órdenes expresas de alimentar el buitre como gratitud por lo que hizo.


Así el buitre terminó su vida muy bien alimentado y sin sufrir más persecuciones mientras la paloma por algo dejó de aparecer en el castillo.



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El saco de carbón

Un día, Jaimito entró a su casa dando patadas en el suelo y gritando muy molesto.
Su padre, lo llamó. Jaimito, lo siguió, diciendo en forma irritada:

- Papá, ¡Te juro que tengo mucha rabia! Pedrito no debió hacer lo que hizo conmigo.
Por eso, le deseo todo el mal del mundo, ¡Tengo ganas de matarlo!

Su padre, un hombre simple, pero lleno de sabiduría, escuchaba con calma al hijo quien continuaba diciendo:

- Imagínate que el estúpido de Pedrito me humilló frente a mis amigos. ¡No acepto eso!
Me gustaría que él se enfermara para que no pudiera ir más a la escuela.

El padre siguió escuchando y se dirigió hacia una esquina del garaje de la casa, de donde
tomó un saco lleno de carbón el cual llevó hasta el final del jardín y le propuso:

- ¿Ves aquella camisa blanca que está en el tendedero? Hazte la idea de que es Pedrito y cada pedazo de carbón que hay en esta bolsa es un mal pensamiento que va dirigido a él. Tírale todo el carbón que hay en el saco, hasta el último pedazo. Después yo regreso para ver como quedó.

El niño lo tomó como un juego y comenzó a lanzar los carbones pero como el tendedero estaba lejos, pocos de ellos acertaron la camisa.

Cuando, el padre regresó y le preguntó:

- Hijo ¿Qué tal te sientes?

- Cansado pero alegre. Acerté algunos pedazos de carbón a la camisa.

El padre tomó al niño de la mano y le dijo:
- Ven conmigo quiero mostrarte algo.

Lo colocó frente a un espejo que le permite ver todo su cuerpo.... ¡Qué susto!
Estaba todo negro y sólo se le veían los dientes y los ojos. En ese momento el padre dijo:

- Hijo, como pudiste observar la camisa quedó un poco sucia pero no es comparable a lo sucio que quedaste tú. El mal que deseamos a otros se nos devuelve y multiplica en nosotros. Por más que queremos o podamos perturbar la vida de alguien con nuestros pensamientos, los residuos y la suciedad siempre queda en nosotros mismos.

Ten mucho cuidado con tus pensamientos porque ellos se transforman en palabras.
Ten mucho cuidado con tus palabras porque ellas se transforman en acciones.
Ten mucho cuidado con tus acciones porque ellas se transforman en hábitos.
Ten mucho cuidado con tus hábitos porque ellos moldean tu carácter.
Y ten mucho cuidado con tu carácter porque de él dependerá tu destino.

jueves, 2 de junio de 2011

El perro del Hortelano

Un labriego tenía un enorme perro como guardián de sus extensos cultivos. El animal era tan bravo que jamás ladrón alguno se atrevió a escalar la cerca de los sembrados.
El amo, cuidadoso de su can, lo alimentaba lo mejor que podía, y el perro, para mostrar su agradecimiento, redoblaba el cuidado de los campos.

Cierto día, el buey del establo quiso probar un bocado de la alfalfa que su amo le guardaba, pero el perro, poniéndose furioso y enseñándole los dientes, trató de ahuyentarlo.

El buey, reprochando su equivocada conducta, le dijo: - Eres un tonto, perro envidioso. Ni comes ni dejas comer.

Y añadió: - Si el amo destina a cada cual lo que le aprovecha y la alfalfa es mi alimento, no veo que tengas razón para inmiscuirte en negocio ajeno.


Agua que no has de beber, amigo, déjala correr.