miércoles, 30 de noviembre de 2011

Lámpara

Contra la noche sin cuerpo
se desgarra y se abraza
la pena sola.
Negro pensar y encendida semilla
pena de fuego amargo y agua dulce
la pena en guerra.

Claridad de latidos secretos
planta de talle transparente
vela la pena.

Calla en el día canta en la noche
habla conmigo y habla sola
alegre pena.

Ojos de sed pechos de sal
entra en mi cama y entra en mi sueño
amarga pena.

Bebe mi sangre la pena pájaro
puebla la espera mata la noche
la pena viva.

Sortija de la ausencia
girasol de la espera y amor en vela
torre de pena.

Contra la noche la sed y la ausencia
gran puñado de vida
fuente de pena.

Octavio Paz

¡¡QUE LINDA ES LA NIEVE!!

lunes, 28 de noviembre de 2011

Si te quiero

Si te quiero, no es porque te lo digo :
es porque me lo digo y me lo dicen.
El decírtelo à tí ¡ qué poco importa
a esa pura verdad que es en su fondo
quererte ! Me lo digo,
y es como un despertar de un no decirlo,
como un nacer desnudo,
el decirlo yo solo, sin designio
de que lo sepa nadie, tú siquiera. Me lo dicen
el cielo y los papeles tan en blanco,
las músicas casuales que se encuentran al abrir los secretos de la noche.
Si me miro en espejos
no es mi faz lo que veo, es un querer.
El mundo,
según lo voy atravesando,
que te quiero me dice,
a gritos o en susurros.
Y algunas veces te lo digo a ti,
pero nunca sabrás que ese "te quiero"
sólo signo es, final, y prenda mínima;
ola, mensaje — roto al cabo,
en son, en blanca espuma —
del gran querer callado, mar total.

Pedro Salinas

Bon Jovi - Thank You For Loving Me

domingo, 27 de noviembre de 2011

Martín Fierro - Fragmento

Hay hombres que de su cencia
tienen la cabeza llena,
hay sabios de todas menas,
más digo sin ser muy ducho
es mejor que aprender mucho
el aprender cosas buenas.

Es la memoria un gran don
cualidad muy meritoria
y aquellos que en esta historia
sospechen que les doy palo
sepan que olvidar lo malo
también es tener memoria.

Mas naides se crea ofendido
pues a ninguno incomodo
y si opino de este modo,
por encontrarlo oportuno,
no es para mal de ninguno
sino para bien de todos.

José Hernández - Martín Fierro

viernes, 25 de noviembre de 2011

BUNBURY - Ódiame

Sobre verdad y mentira en sentido extramoral

Hay períodos en los que el hombre racional y el hombre intuitivo caminan juntos; el uno angustiado ante la intuición, el otro mofándose de la abstracción; es tan irracional el último como poco artístico el primero. Ambos ansían dominar la vida: éste sabiendo afrontar las necesidades más imperiosas mediante previsión, prudencia y regularidad; aquél sin ver, como “héroe desbordante de alegría”, esas necesidades y tomando como real solamente la vida disfrazada de apariencia y belleza. Allí donde el hombre intuitivo, como en la Grecia antigua, maneja sus armas de manera más potente y victoriosa que su adversario, puede, si las circunstancias son favorables, configurar una cultura y establecer el dominio del arte sobre la vida; ese fingir, ese rechazo de la indigencia, ese brillo de las intuiciones metafóricas y, en suma, esa inmediatez del engaño acompañan todas las manifestaciones de una vida de esa especie.

Ni la casa, ni el paso, ni la indumentaria, ni la tinaja de barro descubren que ha sido la necesidad la que los ha concebido: parece como si en todos ellos hubiera de expresarse una felicidad sublime y una serenidad olímpica y, en cierto modo, un juego con la seriedad. Mientras que el hombre guiado por conceptos y abstracciones solamente conjura la desgracia mediante ellas, sin extraer de las abstracciones mismas algún tipo de felicidad; mientras que aspira a liberarse de los dolores lo más posible, el hombre intuitivo, aposentado en medio de una cultura, consigue ya, gracias a sus intuiciones, además de conjurar los males, un flujo constante de claridad, animación y liberación. Es cierto que sufre con más vehemencia cuando sufre; incluso sufre más a menudo porque no sabe aprender de la experiencia y tropieza una y otra vez en la misma piedra en la que ya ha tropezado anteriormente.
Es tan irracional en el sufrimiento como en la felicidad, se desgañita y no encuentra consuelo. ¡Cuán distintamente se comporta el hombre estoico ante las mismas desgracias, instruido por la experiencia y autocontrolado a través de los conceptos! Él, que sólo busca habitualmente sinceridad, verdad, emanciparse de los engaños y protegerse de las incursiones seductoras, representa ahora, en la desgracia, como aquél, en la felicidad, la obra maestra del fingimiento; no presenta un rostro humano, palpitante y expresivo, sino una especie de máscara de facciones dignas y proporcionadas; no grita y ni siquiera altera su voz; cuando todo un nublado descarga sobre él, se envuelve en su manto y se marcha caminando lentamente bajo la tormenta.

Nietzsche: Sobre verdad y mentira en sentido extramoral. Tecnos, Madrid.

jueves, 24 de noviembre de 2011

El Enemigo

Mi juventud no fue sino una tenebrosa tormenta,
Atravesada aquí y allá por brillantes soles;
El rayo y la lluvia han causado tal estrago
Que en mi jardín quedan muy pocos frutos bermejos.

He aquí que he alcanzado el otoño de las ideas,
Y que es preciso usar la pala y el rastrillo
Para reunir de nuevo las tierras inundadas,
Donde el agua abre agujeros tan grandes como tumbas.

¿Y quién sabe si las flores nuevas con que sueño
encontrarán en este suelo deslavazado como un arenal
el místico alimento que les daría vigor?

-¡Oh, dolor!, ¡oh, dolor! El tiempo se come la vida
y el oscuro Enemigo que nos roe el corazón
crece y se fortalece con la sangre que perdemos.


FLORES DEL MAL

Charles Baudelaire

Las Flores del mal



Frontispicio de la primera edición anotada de la mano del autor que allí precisa: «¿Qué pensaría de suprimir la palabra poesía? En cuanto a mí, esta me choca mucho»

A mi queridísimo y veneradísmo maestro y amigo Théophile Gautier. Aunque te ruego que apadrines Las Flores del Mal, no creas que ande tan descarriado ni que sea tan indigno del título de poeta como para creer que estas flores enfermizas merecen tu noble patrocinio. Ya sé que en las etéreas regiones de la verdadera poesía no existe el mal y tampoco el bien, como sé que no es imposible que este mísero diccionario de la melancolía y del crimen justifique las reacciones de la moral, del mismo modo que el blasfemo viene a reafirmar la religión. Pero en la medida de mis posibilidades, y a falta de algo mejor, he querido rendir un profundo homenaje al autor de Albertus, La Comedia de la Muerte y de España, al poeta impecable, al mago de la lengua francesa, de quien me declaró con tanto orgullo como humildad, el más devoto, el más respetuoso y el más envidiado de los discípulos.



Charles Baudelaire

domingo, 20 de noviembre de 2011

This is Sparta. Full scene.

LA IMPORTANCIA DE "LA COMA"

Julio Cortázar escribía: "La coma, esa puerta giratoria del pensamiento"

Lee y analiza la siguiente frase:
...
"Si el hombre supiera realmente el valor que tiene la mujer andaría a cuatro patas en su búsqueda".

¿Dónde pondrías la coma?
Si usted es mujer, con toda seguridad colocaría la coma después de la palabra mujer.
Si usted es varón, con toda seguridad colocaría la coma después de la palabra tiene.


.

sábado, 19 de noviembre de 2011

La caricia perdida (Alfonsina Storni)

Se me va de los dedos la caricia sin causa,
se me va de los dedos... En el viento, al pasar,
la caricia que vaga sin destino ni objeto,
... la caricia perdida ¿quién la recogerá?

Pude amar esta noche con piedad infinita,
pude amar al primero que acertara a llegar.
Nadie llega. Están solos los floridos senderos.
La caricia perdida, rodará... rodará...

Si en los ojos te besan esta noche, viajero,
si estremece las ramas un dulce suspirar,
si te oprime los dedos una mano pequeña
que te toma y te deja, que te logra y se va.

Si no ves esa mano, ni esa boca que besa,
si es el aire quien teje la ilusión de besar,
oh, viajero, que tienes como el cielo los ojos,
en el viento fundida, ¿me reconocerás?

viernes, 18 de noviembre de 2011

Hable mas fuerte ...

Treinta líneas

No le ha pasado nunca por la cabeza preocuparse por la extensión. Cuanto más extenso, mejor: bendita sea cada nueva línea, porque, una detrás de otra, demuestran no sólo el grandor sino también la grandeza de su obra, y por eso – aunque, en el fondo, una, dos o cincuenta líneas no añaden nada a la historia que narra – nunca en la vida las expurga. En cambio, para escribir este cuento casi tendría que tomar la cinta métrica y ponerse a medirlo. Es absurdo. Es como pedir a un atleta maratoniano que corra los cien metros con dignidad. En un cuento, cada nueva línea no es una línea más sino una línea menos.

Extracto del relato ‘Treinta líneas’
Quim Monzó

La fe

–Quizá es que no me quieres.
–Te quiero.
–¿Cómo lo sabes?
–No lo sé. Lo siento. Lo noto.
–¿Cómo puedes estar seguro de que lo que notas es que me quieres y no otra cosa?
–Te quiero porque eres diferente de todas las mujeres que he conocido en mi vida. Te quiero como nunca he querido a nadie, y como nunca podré querer. Te quiero más que a mí mismo. Por ti daría la vida, me dejaría despellejar vivo, permitiría que jugasen con mis ojos como si fuesen canicas. Que me tirasen a un mar de salfumán. Te quiero. Quiero cada pliegue de tu cuerpo. Me basta mirarte a los ojos para ser feliz. En tus pupilas me veo yo, pequeñito.

Ella mueve la cabeza, inquieta.

–¿Lo dices de verdad? Oh, Raül, si supieses que me quieres de veras, que te puedo creer, que no te engañas sin saberlo y por lo tanto me engañas a mí… ¿De verdad me quieres?

–Sí. Te quiero como nadie ha sido capaz de querer nunca. Te querría aunque me rechazaras, aunque no quisieras verme. Te querría en silencio, a escondidas. Esperaría que salieses del trabajo nada más que para verte de lejos. ¿Cómo es posible que dudes de que te quiero?

–¿Cómo quieres que no dude? ¿Qué prueba real tengo de que me quieres? Sí, tú dices que me quieres. Pero son palabras, y las palabras son convenciones. Yo sé que a ti te quiero mucho. Pero ¿cómo puedo tener la certeza de que tú me quieres a mí?

–Mirándome a los ojos. ¿No eres capaz de leer en ellos que te quiero de verdad? Mírame a los ojos. ¿Crees que podrían engañarte? Me decepcionas.

–¿Te decepciono? No será mucho lo que me quieres si te decepcionas por tan poco. ¿Y todavía me preguntas por qué dudo de tu amor?

El hombre la mira a los ojos y le coge las manos.

–Te quiero. ¿Me oyes bien? Te quie ro.
–Oh, “te quiero”, “te quiero”... Es muy fácil decir “te quiero”.
–¿Qué quieres que haga? ¿Qué me mate para demostrártelo?
–No seas melodramático. No me gusta nada ese tono. Pierdes la paciencia enseguida. Si me quisieras de verdad no la perderías tan fácilmente.
–Yo no pierdo nada. Sólo te pregunto una cosa: ¿qué te demostraría que te quiero?
–No soy yo la que tiene que decirlo. Tiene que salir de ti. Las cosas no son tan fáciles como parecen. –Hace una pausa. Contempla a Raül y suspira–. A lo mejor tendría que creerte.
–¡Pues claro que tienes que creerme!
–¿Pero por qué? ¿Qué me asegura que no me engañas o, incluso, que tú mismo estás convencido de que me quieres pero en el fondo, sin tú saberlo, no me quieres de verdad? Bien puede ser que te equivoques. No creo que vayas con mala fe. Creo que cuando dices que me quieres es porque lo crees. Pero ¿y si te equivocas? ¿Y si lo que sientes por mí no es amor sino afecto, o algo parecido? ¿Cómo sabes que es amor de verdad?
–Me aturdes.
–Perdona.
–Yo lo único que sé es que te quiero y tú me desconciertas con preguntas. Me hartas.

–Quizá es que no me quieres.


Quim Monzó, El porqué de las cosas, Barcelona, Anagrama, 2005, 140 páginas.

martes, 15 de noviembre de 2011

Herencia ...

Nadie se asombre ni piense que soy un maleducado
nadie se vea incomodau ni nadie se crea ofendido,
tan solo pienso y les digo algunas que yo he pasado.
El que quiere, que me atienda, y el que no, que se haga el oso
no las voy de resbaloso porque no nací pescado,
camino sobre un pasado limpio, sano y respetuoso.
Siempre tuve por costumbre y por pura convicción
ser ante todo varón, sin dobleces ni mentiras
por eso es que alzo mi lira libre cual vuelo de gorrión.
Jamás pretendió mi canto ser castigo pa´ ninguno
en reflexión me consumo y en reflexión se baraja
que el que tuvo cola de paja solito le brotó el humo.

César Bandin Ron, "Hinchado las pelotas a más no poder...".wmv

jueves, 10 de noviembre de 2011

¡ MOLTISIMO PIU AVANTI ANCORA !

Si en vez de las estúpidas panteras
y los férreos, estúpidos leones,
encerrasen dos flacos mocetones
... ... en la frágil cárcel de las fieras:
No habrían de yacer noches enteras
en el blando pajar de sus colchones,
sin esperanzas ya, sin reacciones,
lo mismo que dos plácidas horteras;
Cual Napoleones pensativos, graves,
no como el tigre sanguinario y maula,
escrutarían palmo a palmo su jaula,
buscando las rendijas, no las llaves...
Seas el que tú seas, ya lo sabes:
a escrutar las rendijas de tu jaula !

Pedro Bonifacio Palacios

lunes, 7 de noviembre de 2011

La mosca

Te tendré que matar de nuevo.
Te maté tantas veces, en Casablanca, en Lima,
en Cristianía,
en Montparnasse, en una estancia del partido de Lobos,
en el burdel, en la cocina, sobre un peine,
en la oficina, en esta almohada
te tendré que matar de nuevo,
yo, con mi única vida.

(Julio Cortázar – Papeles inesperados)

domingo, 6 de noviembre de 2011

Blues for Maggie

Ya ves,
y yo sigo pensando en ti.
Canción de PABLO MILANÉS


Ya ves
nada es serio ni digno de que se tome en cuenta,
nos hicimos jugando todo el mal necesario

ya ves, no es una carta esto,
nos dimos esa miel de la noche, los bares,
el placer boca abajo, los cigarrillos turbios
cuando el cielo raso tiembla la luz del alba,

ya ves,
y yo sigo pensando en ti,

no te escribo, de pronto miro el cielo, esa nube que pasa
y tú quizás allá en tu malecón mirarás una nube
y eso es mi carta, algo que corre indescifrable y lluvia.

Nos hicimos jugando todo el mal necesario,
el tiempo pone el resto, los oseznos
duermen junto a una ardilla deshojada.

(Julio Cortázar – Papeles inesperados)