lunes, 30 de mayo de 2011

La Libertad

…Y un orador dijo:


- Háblanos de la Libertad.


Y él respondió:


- A las puertas de la ciudad y a la lumbre de vuestro hogar yo os he visto postraros y adorar vuestra propia libertad. Así como los esclavos se humillan ante un tirano y lo alaban aun cuando los mata. ¡Ay! En el jardín del templo y a la sombra de la ciudadela he visto a los más libres de vosotros usar su libertad como un yugo y un dogal.


Y mi corazón sangró en mi pecho porque sólo podéis ser libres cuando aún el deseo de perseguir la libertad sea un arnés para vosotros y cuando dejéis de hablar de la libertad como una meta y una realización.


Seréis, en verdad, libres, no cuando vuestros días estén libres de cuidado ni vuestras noches de necesidad y pena. Sino, más bien, cuando esas cosas rodeen vuestra vida y, sin embargo, os elevéis sobre ellas desnudos y sin ataduras.


Y, ¿cómo os elevaréis más allá de vuestros días y vuestras noches a menos que rompáis las cadenas que, en el amanecer de vuestro entendimiento, atasteis alrededor de vuestro mediodía?


En verdad, eso que llamáis libertad es la más fuerte de esas cadenas, a pesar de que sus eslabones brillen al sol y deslumbren vuestros ojos.


¿Y qué sino fragmentos de vuestro propio yo desecharéis para poder ser libres?

Si es una ley injusta la que deseáis abolir, esa ley fue escrita con vuestra propia mano sobre vuestra propia frente.

No podéis borrarla quemando vuestros Códigos ni lavando la frente de vuestros jueces, aunque vaciéis el mar sobre ella.


Y, si es un déspota el que queréis destronar, ved primero que su trono, erigido dentro de vosotros, sea destruido. Porque, ¿cómo puede un tirano mandar a los libres y a los dignos sino a través de una tiranía en su propia libertad y una vergüenza en su propio orgullo?


Y si es una pena lo que queréis desechar, esa pena fue escogida por vosotros más que impuesta a vosotros.


Y si es un miedo el que queréis disipar, la sede de ese miedo está en vuestro corazón y no en la mano del ser temido. En verdad, todas las cosas se mueven en vosotros, como luces y sombras apareadas.


Y, cuando la sombra se desvanece y no existe más, la luz que queda se convierte en sombra en otra luz.


Y, así, vuestra libertad, cuando pierde sus grillos, se convierte ella misma en el grillo de una libertad mayor”.


(*) fragmento de: “El Profeta”, de Khalil Gibrán -

Valley of Eternity

jueves, 26 de mayo de 2011

Mas de Almafuerte...

Torva idea que surge de pronto
del cerebro en las frágiles mallas,
y lo colma, y lo absorbe, y lo atrofia,
cual huésped perverso que incendia la casa:
centinela perenne ¿qué quieres?
La razón de tu ser, ¿de quién sacas?
¿Si tú misma cegaste la fuente
que torvas ideas, o límpidas, mana?

....

comezón de vivir, de ser siempre,
¡de escalar de una vez la montaña!
¿Quién os puso en la sangre? ¿Qué objeto
tendrán los deseos, tendrá la esperanza?
Cuando vivan la vida sin muerte,
perfectas y eternas y libres las razas,
¿volverán otra vez a la sombra
como antes malditas, como antes esclavas?


...fragmento

¡ MOLTO PIU AVANTI !



Los que viertan sus lágrimas amantes
sobre las penas que no son sus penas;
los que olvidan el son de sus cadenas
para limar las de los otros antes;
los que van por el mundo delirantes
repartiendo su amor a manos llenas,
caen, bajo el peso de sus obras buenas,
sucios, enfermos, trágicos, sobrantes.
¡Ah! Nunca quieras remediar entuertos;
nunca sigas impulsos compasivos;
ten los garfios del Odio siempre activos
y los ojos del juez siempre despiertos...
y al echarte en la caja de los muertos,
menosprecia los llantos de los vivos !

domingo, 22 de mayo de 2011

La sabiduría del silencio interno

Habla simplemente cuando sea necesario. Piensa lo que vas a decir, antes de abrir la boca. Se breve y preciso, ya que cada vez que dejes salir una palabra, dejas salir al mismo tiempo una parte de tu chi (energía). De esta manera aprenderás a desarrollar el arte de hablar sin perder energía.

Nunca hagas promesas que no puedas cumplir. No te quejes y no utilices en tu vocabulario palabras que proyecten imágenes negativas, porque se producirá alrededor de ti todo lo que has fabricado con tus palabras cargadas de chi.

Si no tienes nada bueno, verdadero y útil que decir, es mejor quedarse callado y no decir nada. Aprende a ser como un espejo. Escucha y refleja la energía. El Universo mismo es el mejor ejemplo de un espejo que la naturaleza nos ha dado, porque el Universo acepta sin condiciones nuestros pensamientos, nuestras emociones, nuestras palabras, nuestras acciones, y nos envía de vuelta el reflejo de nuestra propia energía bajo la forma de las diferentes circunstancias que se representan en nuestra vida.

Si te identificas con el éxito tendrás éxito. Si te identificas con el fracaso, tendrás fracaso. Así podemos observar que las circunstancias que vivimos son simplemente manifestaciones externas del contenido de nuestra habladuría interna. Aprende a ser como el Universo, escuchando y reflejando la energía sin emociones densas y sin prejuicios, porque siendo como un espejo sin emociones, aprendemos a hablar de otra manera, con el poder mental tranquilo y en silencio, sin darle oportunidad de imponerse con sus opiniones personales y evitando que tenga reacciones emocionales excesivas, simplemente permitiendo una comunicación sincera y fluída.

No te des mucha importancia y sé humilde, pues cuanto más te muestres superior, inteligente y prepotente, más te vuelves prisionero de tu propia imagen y vives en un mundo de tensión e ilusiones.

Sé discreto, preserva tu vida íntima, de esta manera te liberas de las opiniones de los otros y llevarás una vida tranquila volviéndote invisible, misterioso, indefinible, insondable como el TAO.

No compitas con los demás, vuélvete como la tierra que nos nutre, que nos da lo que necesitamos. Ayuda a los otros a percibir sus cualidades, a percibir sus virtudes, a brillar. El espíritu competitivo hace que crezca el ego y crea conflictos inevitablemente. Ten confianza en ti mismo, preserva tu paz interna evitando entrar en la provocación y en las trampas de los otros.

No te comprometas fácilmente. Si actúas de manera precipitada sin tomar consciencia profunda de la situación, te vas a crear complicaciones. La gente no tiene confianza en aquellos que muy fácilmente dicen "si", porque saben que ese "si" no es sólido y le falta valor. Toma un momento de silencio interno para considerar todo lo que se presenta y toma tu decisión después. Así desarrollarás la confianza en ti mismo y la sabiduría.

Si realmente hay algo que no sabes o no tienes la respuesta a la pregunta que te han hecho, acéptalo. El hecho de no saber es muy incómodo para el ego, porque le gusta saber todo, siempre tener razón y siempre dar su opinión muy personal. En realidad el ago no sabe nada, simplemente hace creer que sabe.

Evita el hecho de juzgar y criticar, el TAO es imparcial y sin juicios, no critica a la gente, tiene una compasión infinita y no conoce la dualidad. Cada vez que juzgas a alguien, lo único que haces es expresar tu opinión muy personal y es una pérdida de energía, es puro ruido. Juzgar es una manera de esconder las propias debilidades. El sabio tolera todo y no dirá ni una palabra.

Recuerda que todo lo que te molesta de los otros es una proyección de todo lo que todavía no has resuelto en ti mismo. Deja que cada quién resuelva sus propios problemas y concentra tu energía en tu propia vida. Ocúpate de ti mismo, no te defiendas. Cuando tratas de defenderte, en realidad estás dándole demasiada importancia a las palabras de los otros y le das más fuerza a su agresión. Si aceptas el no defenderte estás demostrando que las palabras de los demás no te afectan, que son simplemente opiniones y que no necesitas convencer a los otros para ser feliz.

Tu silencio interno te vuelve impasible. Haz regularmente un ayuno de la palabra para reeducar el ego, que tiene la costumbre de hablar todo el tiempo. Practica el arte de no hablar. Toma un día a la semana para abstenerte de hablar, o por lo menos unas horas en el día, según lo permita tu organización personal. Es un ejercicio excelente para conocer y aprender el universo ilimitado del TAO, en lugar de tratar de explicar con palabras lo que es el TAO.

Progresivamente desarrollarás el arte de hablar sin hablar y tu verdadera naturaleza interna reemplazará tu personalidad artificial, dejando aparecer la luz de tu corazón y el poder de la sabiduría del silencio. Gracias a esta fuerza atraerás hacia ti todo lo que necesitas para realizarte y liberarte completamente. Pero hay que tener cuidado de que el ego no se inmiscuya. El poder permanece cuando el ego se queda tranquilo y en silencio. Si tu ego se impone y abusa de este poder, el mismo poder se convertirá en un veneno y todo tu ser se envenenará rápidamente, perdiendo la paz.

Quédate en silencio, cultiva tu propio ser interno. Respeta la vida de los demás y de todo lo que existe en el mundo. No trates de forzar, manipular y controlar a los otros. Conviértete en tu propio maestro y deja a los demás ser lo que son, o lo que tienen la capacidad de ser. Dicho en otras palabras, vive siguiendo la vida sagrada del TAO.

Anónimo

sábado, 21 de mayo de 2011

La vida


La vida canta en nuestros silencios y sueña en nuestro sopor. Aún cuando estamos vencidos y tristes, la Vida está entronizada en lo alto. Y cuando lloramos, la Vida sonríe a la luz del día, y es libre aún cuando arrastramos nuestras cadenas. Muchas veces la nombramos con nombres amargos, pero sólo cuando nos sentimos amargos y oscuros.


Y la juzgamos inútil y vacía, pero sólo cuando el alma vaga por lugares desolados y el corazón esta ebrio de excesiva preocupación por sí mismo.
La Vida es profunda y alta y distante; y aunque vuestra vasta visión apenas alcance a sus pies, ella está cerca; y aunque sólo el aliento de vuestro aliento llegue a su corazón, la sombra de vuestra sombra cruza su rostro y el eco del más débil de vuestros gritos se convierte en su pecho en otoño y primavera.


Y la vida está velada y oculta, así como está oculto y velado vuestro ser más íntimo. Pero cuando la Vida habla, todos los vientos se vuelven palabras; y cuando vuelve a hablar, las sonrisas en nuestros labios y las lágrimas en nuestros ojos se hacen palabras también. Cuando ella canta, los sordos oyen y quedan cautivados; y cuando viene andando, los ciegos la ven y se quedan pasmados, y la siguen maravillados y atónitos.

Khalil gibran.

domingo, 15 de mayo de 2011

Caen los sueños

Nunca llegó a entender en qué momento semejante ejercicio dejó de tener la importancia que debería tenerlo; la seriedad de la que había escuchado hablar. —La vida es lo más importante, pero sin libertad—. En qué país, con qué dictador se transforma en un juego de papel. Vidas de papel tiradas en el agua.

Unas gotas de sangre salpican. La jícara de sangre para regresar a la realidad, el líquido más parecido al agua desde hace algunos días. ¿Cuántos días llevo aquí? Cuatro o tres, no deben ser más. No podría aguantar más de una semana. Más sangre y gritos de su torturado de cuarto lo obligan a intentar abrir los ojos pero es imposible.

—Nada más mírate cabrón, con esa cara hasta parece que llevas dos días de madriza continua, peor que boxeador. Ya ni la chingas ¡qué va a decir tu madre? ¿Quieres ver a tu madrecita de nuevo? Claro, todos queremos a nuestras madres, de una o de otra forma, pero en estas condiciones ¿Qué va a pensar de ti?

Mírate con los ojos cerrados, los labios abiertos, ya casi no te reconozco, todo desmadrado. En fin, has visto la película del jorobado, esa de Disney —el cuerpo no responde— pues él está más carita que tu. — Y suelta un golpe—. Para ser sinceros está bien cabrón que regreses a casa, no porque no queramos que regreses, sino porque ya no tienes. Sabes, fue destruida en la balacera que hubo con el cártel…quien sabe qué pinche cártel enfrentamos, y como la cosa estuvo bien difícil y, estos pinches narcos tenían bombas… pues se destruyó como cuatro casa. No sabías. Aquí está en los periódicos. No que muy enterado de la situación del país. Puras pendejadas tú y esta bola de revoltosos.

Hay algo bueno entre tanto desmadre en todo el país, y es que le estamos ganando al narco. Y hay gente que piensa que los militares en las calles son sólo para violar, maltratar, detener a los estudiantes, matar, quemar casas, torturar indígenas, investigar a grupos guerrilleros y quien sabe que tantas pendejadas más. Puras mamadas. Lee, lee, en los periódicos, en la tele, en la radio y hasta el presidente nos respaldan, nos protegen.

Pon atención que esto es importante —vuela otra mano y un pie— porque cuando quedes en libertad y un puñetazo, libertad y una patada, libertad patada, libertad puño, puño y libertad, libertad, libertad.


Imposible gritar o sentir dolor —pero sin libertad, ¿cuántos días?—no se puede pensar, recordar la última tarde allá afuera, en libertad repetía el oficial aplicando una buena dosis de golpes y palabras.


Ir a la escuela por la mañana, encontrarse con los compañeros, hablar de las cosas, de todas las cosas en general, pero como un instinto innato nos encabronamos en los hechos políticos. Gritábamos tan fuerte que en ocasiones las personas de afuera de la casa se quedaban paradas y se iban con rapidez. Ver a mamá de nuevo ¿por qué aparece mamá des pues de la gente corriendo? Botas negras bien lustradas, pantalón verde corriendo por la calle gritando ¡qué va a decir tu madre! Cenar con la familia, subir al cuarto y poner un disco. Los están buscando, mejor cuídense. El ejército viene para acá a combatir el narco local, se escribe en el diario del municipio. Cuídense… los buscan… ejército, y la canción del león Santillán encuadran la noche. Te quedas dormido.

Tal vez todo fuese un sueño. Los golpes ya no duelen. En el subconsciente todo es más suave. Abres los ojos y ves a una persona vestida de verde, los cierras y estás en un cuarto oscuro, tirado en una cama. Abres los ojos y te encuentras en el cuarto, los cierras y el de verde golpeando. —No duelen los golpes, ya no duelen—. Cierras los ojos para despertar en un lugar extraño con verde hablando de periódicos y del narco. A la izquierda se encuentra Iván inmóvil en una laguna de sangre, Lucía con el sostén roto sin pantalones, el cuerpo pálido con grandes lunares morados, en frete otras dos personas que no has visto nunca. Una nube de mosquitos se acerca a ti y comienza a picarte. —No duele—, piensas, pero cada vez son más fuertes, se convierten en pájaros hasta llegar a ser puños golpeándote en el cuerpo. Pero ya no duelen. —Pon atención que esto es importante—. Cierras los ojos y despiertas en un lugar oscuro, el mismo de hace rato. No puedes ver nada, pero sientes un alivio. —Este es mi cuarto, son las horas de la noche, las tres o cuatro, los perros no ladran y está oscuro. Empiezas a distinguir dimensiones. Es mi cuarto—. Tu cuarto, no ha pasado nada. Los vuelves a cerrar para ver otro lugar extraño. Sólo puedes ver algunas cajas de madera, una pared de metal, huele a perro muerto y una montaña de maniquíes con ropa pintados de verde, morado y manchas rojas te impiden ver más allá. Intentas moverte pero hay más muñecos encima de ti y no puedes. Un ruido de motor llega a tus oídos. Cierras los ojos, prefieres despertar, el olor es insoportable. La oscuridad te llena de calma, ahora estás seguro de que esta oscuridad le pertenece a tu cuarto. Nada ha cambiado. Descansas y vuelves a dormir.

El ruido del motor es más fuerte y el olor te sigue hasta tu rincón, tu cuarto, y decides terminar el sueño que ahora es una pesadilla que te sigue hasta tu recámara, a la oscuridad y tranquilidad de tu recámara.

Los maniquíes de un principio son en estos momentos cuerpos fétidos con ojos sin sentido, viendo a todos lados, viéndote y buscando una salida que te exigen encontrar. El piso se abre y todos caen de aquel lugar que es un avión. De abajo se acerca el agua. —El llanto de la gente va hacia el mar—, piensas. Las máscaras están con otro rostro, más contentos, más felices, liberados de torturas, diría yo. Otros no han cambiado mucho, siguen tristes. —Estoy volando entre máscaras de tristeza, logros a medias, sueños rotos; si, no hay felicidad entre nosotros, hay una especie de liberación del maltrato al que nos han sometido. No hay felicidad. Hay sueños inconclusos, utopías cayendo de aquel avión por encima de nosotros, de nuestro trabajo. Un avión cagando utopías—.

El mar está acercándose, los cuerpos me tocan, se agarran a mí. Cierro los ojos para despertar, no quiero morir. Los abro pero el mar está más cercano ¡despierta! Cierro los ojos pero otra vez el agua, el aire se hace presente. No puedo respirar, apenas me doy cuanta. Todo era tan tranquilo, ahora es demasiado rápido pero no llego al mar. Cierro los ojos y el mar, abro los ojos y el mar, en las dos partes agua. Sueño o no, no puedo cerrar los ojos, no puedo abrirlos ni moverme, ni volar, en los sueños se puede volar cuando quieres, pero calma, calma, sólo tienes que… Pero el mar.



Aldo Joel Balcázar Toledano
México

Encuentro con mis palabras

Cuando emprendimos el viaje, el paisaje se veía de retroceso, todas las cosas venían de pronto de reversa, el cielo pintaban nubestas que parecían figuras que nos daban la despedida. La mañana aún era gris, tenía pegada a un a las horas pedacitos de Rocío que al contacto con los tímidos rayos del sol morían atravesados por la luz, el viaje parecían no tener retorno emprendíamos la búsqueda de un nuevo mundo.

El paisaje de olas espumosas que olían a tierra salada, de pronto se empezaba a perder en la distancia, el mundo comenzaba a tener entonces otro nombre, ya el patio enorme, con matas que bailaban todas las tardes con la brisa, y le coqueteaban a la orilla del río sus arrogancias ya sólo quedaban en mis recuerdos. Se hizo de pronto de cemento y asfalto la polvorienta callecita que se pintaba a cada rato de colores delirantes para que decidiéramos seguir pasando por ella como de enamoramiento.

- Señora: dijo de pronto una voz grave que parecía salir de un enorme caracol enrollado - no creo que el niño pueda alguna vez caminar.

La campesinita de ojos color café se le comenzó a derramar a borbotones granos marrón oscuro que parecían de una cosecha triste.

En el hospital del seguro social de Puerto Cabello, la tarde parecía de horas que no se terminaba, se pegaba a la piel de los que caminaban por los interminables pasillos. De repente, el silencio se pierde entre un sonido metálico de una de las puertas sin alma que se abre como impulsada por el viento, surge un vestido blanco largo como una vela, venía dentro una figura aún más larga, que parecía llamar las sombras, con una voz de silbido blanco que acariciara los nombres que pronunciaba.

- Señora Carmen, pase por aquí doñita ya la atiende el pediatra, vamos a tomar los datos del niño.

La luz de la luna brilló esa noche, redonda, de un azul de vidrio, que como por arte de magia volvía blanco todo lo que tocaba, como a las ocho de la noche se cerró la puerta del salón lleno de camas pero seguían los pasos ardiendo en el pasillo, de un extremo a otro. De vez en cuando se detenían y no sonaba más, morían tras una puerta, así era para todas las noches.

Una de las últimas noches que tuviste es en ese hospital después de cerrada la puerta como a las dos horas, el pasillo se hizo largo para unos pasos que no acababan de llegar, sonaban serenos, a pausa breve, limpios y secos; no servían como los de las anteriores noches, era capaz de hacer música. No era ahora de ronda del médico pero entró uno de mediana estatura; no vestía de blanco como todos, un sombrerito negro que la luz absorbía lo hacía más limpio, de faz sencilla, inspiraba confianza, un traje liso negro, que hizo juego con la luz nocturna de la luna, era delegado de bella estatura móvil de pureza; tenía a su alrededor su propia luz que se fragmentaba en pequeños cristales que volaban hacia la ventana, hacia tu cuerpo, hacia los caballitos de mar que adornaban tu cunita. Atravesó la distancia de la puerta a la cuna sin preocupación, ni siquiera se percató de que Má estaba acurrucadita en un rincón de la habitación en el suelo, se detuvo muy cerca de ti aún con las manos cruzadas en espalda, inclinó su torso para verte mejor; fue espléndido ver tu cuerpecito desde la luz que manaba el señor; acercó una mano pálida de dedos delegados casi transparentes, la pasó desde tu cadera hasta la punta del pie, se detuvo el tiempo, no respiraba ni el aire sólo pudo cantar la luz.


Ya cuando pasaban más de las doce del medida, el sol estaba bien alto, casi al punto de derretir todo lo que tocaba, hacía ya bastante tiempo que el paisaje conocido había dejado de existir seguir siendo de retrocesos la visualización de todo pero el paisaje ahora era totalmente nuevo. La antigua camioneta seguía rodando con su quejido de motor, que parecía despertar a su paso hasta la brisa.

De pronto se detuvo en una calle larga triste donde habían unos árboles muertos desde, que se erigían como grandes lanzas queriendo agujerear el cielo, el lugar era pálido, las casas se despegaban como naciendo de entre el barro que se apostaba a las márgenes de la calle sin vida. Habíamos llegados a lo que iba hacer nuestro nuevo lugar para vivir. Comenzaba ahora otra historia.






Oswaldo Lugo Sequera
Guacara, Venezuela
http://www.servicioskoinonia.org

miércoles, 11 de mayo de 2011

ALDOUS HUXLEY

El amor ahuyenta el miedo y, recíprocamente el miedo ahuyenta al amor. Y no sólo al amor el miedo expulsa; también a la inteligencia, la bondad, todo pensamiento de belleza y verdad, y sólo queda la desesperación muda; y al final, el miedo llega a expulsar del hombre la humanidad misma.



El bien de la humanidad debe consistir en que cada uno goce al máximo de la felicidad que pueda, sin disminuir la felicidad de los demás.

viernes, 6 de mayo de 2011

Robert Johnson y el pacto con el diablo



El pacto del aspirante a guitarrista que vende su alma al diablo a cambio de un talento sobrenatural para el blues no sólo figura en la leyenda de Robert Johnson, forma parte también de la propaganda turística del estado de Mississippi. Este asunto mefistofélico del que no se sabe realmente gran cosa se ha convertido en uno de los episodios más famosos en la saga del Delta. Ted Gioia, autor de uno de los dos mejores libros sobre el blues que existen, sostiene que pudo haber sido el mismo Johnson el que inventó y difundió el relato de su negociación con Lucifer, aunque la leyenda no se hiciese realmente popular hasta los años sesenta en que la gente se preguntaba si aquel al que algunos llamaban «el abuelo del rock and roll» era el que había hecho tratos con el Averno en un cruce de caminos.

Si en la historia de Robert Johnson sale a colación el diablo, la presencia de Dios ayudaría a explicarla. El Todopoderoso dedicó seis días a la creación, y al séptimo descansó. Johnson grabó en cinco el disco que cambió la historia de la música y los otros dos los pasó entre la cárcel y los brazos de quienes le acogían. Para comprenderlo hay que tener en cuenta que la América de la Gran Depresión no era el Edén de la Biblia.

Estados Unidos se prepara para celebrar el centenario del nacimiento del negro que más influyó en las generaciones venideras de músicos. Verdaderamente en lo único en que los historiadores están de acuerdo es en la fecha en que Johnson vino al mundo: 8 de mayo de 1911. El resto es un caos. Por no hablar de su muerte, en 1938 a los veintisiete años, recordada como un maldito y oscuro thriller.

Se ha dicho que a Robert Johnson lo asesinó un marido celoso para vengar la traición de su esposa. También que fue envenenado por una de sus amantes abandonadas. Muchas de las grandes canciones que escribió Johnson -Come on my kitchen, Kindhearted woman blues o Love in vain- están inspiradas en mujeres; él solía frecuentar a las más feas para evitar los riesgos de tener que enfrentarse a sus posibles novios agraviados. Cuentan que murió al instante, después de haber doblado las rodillas y de ladrar como un perro. Sin embargo, hay quienes sostienen que entregó su alma tras una larga agonía mientras ardía lentamente en whisky. «Nunca se supo la verdad», recordó Johnny Shines, que compartió con él los polvorientos caminos, de un lugar a otro, como si fuesen personajes de Twain.

En el Delta por aquellos años había muchos Robert Johnson y algunos de ellos tocaban el blues, pero ninguno con esa capacidad de arrullar e insinuar; tampoco que haya vendido más discos, gustado o influido de la misma manera que él. Dylan, Eric Clapton, Keith Richards, Neil Young, Jeff Beck y decenas de estrellas del rock se consideran deudores de su música, de aquella forma incomparable de rasguear la guitarra, emitir aullidos o susurros. Ni Son House, que tanto le gustaba al joven Robert Leroy, ni Charley Patton, tuvieron tantos adeptos ni éxito póstumo.

Cien años después de su nacimiento se sabe que en su pacto con el diablo estaba incluida la inmortalidad.

LUIS M. ALONSO

martes, 3 de mayo de 2011

Una buena reflexión

EL BUITRE

Si pones un buitre en un cajón que mida 2 metros x 2 metros y que este completamente abierto por la parte superior, esta ave, a pesar de su habilidad para volar, será un prisionero absoluto. La razón es que el buitre siempre comienza un vuelo desde el suelo con una carrera de 3 a 4 metros . Sin espacio para correr, como es su hábito, ni siquiera intentará volar sino que quedará prisionero de por vida en una pequeña cárcel sin techo..


EL MURCIÉLAGO

El murciélago ordinario que vuela por todos lados durante la noche es una criatura sumamente hábil en el aire, pero no puede elevarse desde un lugar a nivel del suelo.

Si se lo coloca en el suelo en un lugar plano, todo lo que puede hacer es arrastrase indefenso y, sin duda dolorosamente, hasta que alcanza algún sitio ligeramente elevado del cual se pueda lanzar a si mismo hacia el aire.

Entonces, inmediatamente despega para volar




LA ABEJA.

La abeja al ser depositada en un recipiente abierto, permanecerá allí hasta que muera, a menos que sea sacada de allí.
Nunca ve la posibilidad de escapar que existe por arriba de ella, sin embargo persiste tratando de encontrar alguna forma de escape por los laterales cercanos al fondo.

Seguirá buscando una salida donde no existe ninguna, hasta que completamente se destruye a si misma.



LAS PERSONAS:

En muchas formas, somos como el buitre, el murciélago y la abeja obrera.

Lidiamos con nuestros problemas y frustraciones,

sin nunca darnos cuenta que todo lo que tenemos que hacer es ver hacia arriba.

Esa es la respuesta, la ruta de escape y la solución a cualquier problema.

Solo mira hacia arriba!!.


LA TRISTEZA MIRA HACIA ATRÁS,

LA PREOCUPACIÓN MIRA ALREDEDOR,
LA DEPRESIÓN MIRA HACIA ABAJO,
PERO LA FE .....

LA FE MIRA HACIA ARRIBA!!

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