jueves, 30 de abril de 2009

El multifacético José Ingenieros (en cuatro tiempos). 4


4. Otro tiempo.

Ingenieros psiquiatra, criminalista, psicólogo, bromista, historiador, ensayista, poeta, crítico, maestro. Excelente lector, e infatigable autor, ha dejado páginas para todos los gustos posibles. Notablemente informado de la ciencia de la época, trató de sintetizarla en su producción. La influencia que ejerció en el plano científico fue más por las instituciones y publicaciones creadas por él, que por su contenido teórico. Más, su actitud infatigable, que sus conceptos. Dado que éstos, que en realidad era más una exploración bibliográfica que un trabajo de campo, presentaban un sistema muy cerrado. Sus suposiciones se conforman en doctrina que explica todo, guardando una formidable coherencia. Aún cuando presenta perspicaces inferencias (algunas corroboradas luego), la necesidad de explicarlo todo de acuerdo al modelo biológico (biologicista), dejó la ciencia con escasas respuestas, y sin discípulos de valía. Curiosamente muchos que se consideraron sus alumnos y seguidores no retomaron nunca sus enseñanzas.

Nótese que siendo el más importante introductor de psicología en el país, no se abocó a lo experimental, sino a generar un sistema, que como tal no tuvo desarrollos, aunque sí acuerdos parciales. No construyó una teoría psiquiátrica, pero sus textos al igual que los psicológicos fueron felicitados por figuras de la talla de Ribot, Janet, Le Dantec, etc. En el terreno de la Criminología es donde más continuadores tuvo. Al punto de ser ésta considerada un invento argentino, e incluso más precisamente de Ingenieros.

Sin embargo, su tarea ha dejado páginas brillantes, plenas de intuiciones valiosas, sobre todo cuando sus propósitos están alejados de lo científico. Crónicas de Viaje y Al Margen de la Ciencia, son buena prueba de ello. Tal vez su influencia más importante se exprese a través de sus encendidos textos moralizantes. Y el trabajo de su última etapa (La Evolución de las Ideas Argentinas, La locura en Argentina, La Doctrina de Ameghino, etc.) aún cuando esté al servicio de generar una continuidad histórica, y bajo el supuesto de que filosofía y política son equivalentes, es admirable. Siendo un magnífico muestrario del estilo y la evolución de la ética nacional.

Ingenieros fue el motor de grandiosas tentativas culturales, las que llevó a cabo con su extraordinaria capacidad de trabajo y un éxito considerable. En este empeño quedó atrapado por los preceptos de una época. En efecto, habiendo adherido al positivismo, se aferró a él, porque los fantasmas de la sociedad colonial lo perturbaban. Y no concebía otra manera de escapar a lo místico que no fuera su incondicional adhesión a los hechos. Toda la originalidad de su enfoque en la forma de incluir la ética y la filosofía, no alcanzó para despegarse de una visión científica (cientificista) que resultó insuficiente a todas luces.

Así, a los 48 años Ingenieros muere, en 1925, después de haber sido consecuente con el proyecto de sus mayores, llevándolo al más alto grado de formalización que se pudiera dentro de su encuadre. De la manera que él lo estableció no resistiría las críticas. Se comprende: se había sacrificado la ciencia en función de su pragmatismo social. Este fue el último gran intento del positivismo cientificista. Y su extinción en la Argentina fue coincidente con el quiebre del clásico orden constitucional que su primera generación (Alberdi et álteres) había gestado.

Y como lo dijera uno de nuestros filósofos, Coriolano Alberini: "la hipertrofia del culto de la ciencia fundada exclusivamente sobre las ventajas técnicas o morales, acaba por deprimir la ciencia posible en homenaje a la ciencia que existe. Se mata el árbol en nombre del fruto".

NOTAS:

(1) Texto para la conferencia dictada el 19-08-98. Para el curso de Historia de la Psiquiatría Argentina de la Carrera de Post-Grado en Psiquiatría y Psicología Médica. Facultad de Ciencias Médicas. U.N.L.P.

(2) La otra cátedra de psicología estaba a cargo de Horacio Piñero, introductor de la Nueva Psicología, de Wundt. Trabajaba con experimentos en tiempos de reacción, psicología experimental y también clínica. Con vivisecciones del sistema nervioso, y siguiendo a Janet una clase semanal con enfermos.

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