miércoles, 22 de junio de 2011

La mentira

En la infancia se aprende a mentir y también se aprende que esa conducta trae consecuencias desagradables. La nariz de Pinocho, que va creciendo con cada mentira, simboliza el hecho de que la mentira aleja a las personas, según afirmó el psicólogo Francisco Viejobueno.
“Esta metáfora de Pinocho indica que a medida que uno miente se aleja más y más del otro, del semejante. Se va perdiendo algo tan esencial y propio del ser humano como es su necesidad social”, indicó.

La expresión máxima de la mentira es la mitomanía, que llega a constituir una verdadera psicosis por la cual una persona construye su vida, sus relaciones con los demás y con el mundo, sobre la base de una fantasía. Desde el punto de vista de la psicología, una terapia suele ser un camino para el descubrimiento y reconocimiento de la verdad.

“La mentira tiene la finalidad de ocultar la verdad, cuando ésta significa algo inaceptable y hasta insoportable para la persona. Muchas veces la persona sabe cuál es la verdad pero no la quiere reconocer. Un adulto que ha construido su personalidad sobre la mentira, deberá aprender a través del tratamiento una nueva manera de ser. Y eso no es fácil -advirtió Viejobueno-. Por eso, los padres deben ayudar al niño a que no construya su personalidad sobre la mentira”.

El psicólogo aclaró que es difícil que un mitomaníaco llegue a hacer un tratamiento, porque no reconoce su manía como un problema, si los padres no lo detectaron en la niñez o en la adolescencia. “El mitomaníaco ha construido un edificio hecho de mentiras y es difícil que ese edificio se quiebre, a menos que se produzca un choque muy grande con la realidad -explicó el especialista-. La persona sólo va a pedir ayuda cuando todo este edificio ficticio que ha construido se caiga o se quiebre. Cuando la realidad le demuestre que la mentira no se sostiene y que lo lleva a veces a perder vínculos afectivos”.
Se dice que mentir es humano y se considera que la mentira “por necesidad” sea algo tolerable, tal como parece “comprensible” la infidelidad en la pareja.

“Muchas veces, la persona engañada ayuda a sostener la mentira, o ayuda a que el otro se mienta a sí mismo. A menudo el mitómano cree que engaña a los demás, cuando en realidad los otros ya se dieron cuenta de que miente. Lo que busca, en el fondo, es engañarse a sí mismo -sostuvo Viejobueno-. Quiere evadir una verdad. No quiere saber lo que en el fondo sabe y lo angustia. Quiere evitar un sufrimiento”.



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