sábado, 10 de marzo de 2012

Los cuarzos rotos


Cansada la verdad de ser juguete destapó el cántaro de los valores y sorbo a sorbo lo dejó vacío. Era preciso alimentar las decisiones y con capa y espada recobrar conciencias. El camino es angosto, mal-oliente, donde está la mentira: hay lodazal sinuoso con espacios de hiel, lágrimas y rencor sedimentado en dudas, pedazos mal vividos, con la maza de hierro en las cadenas. La mentira: degusta, se alimenta de los sitios vacíos donde troncha una cita,
-destruye como si no quisiera-.

Trucida la confianza de los amores buenos cremando los ritos sublimes de la piel... Deja los cuarzos rotos en joyeros vacíos, -arroja dardos negros como si no los viera-. Fusila las palabras, los silencios, sólo deja sus huellas manchando los espejos y el susto recogido frisa las sensaciones; -se agazapa en la sombra como si no estuviera-. La verdad: amanece sobre rayos de aurora, rompe las alambradas que disloca su pie. Con la noria del tiempo acompasada,
limpia paso a paso los tramos de la intriga. Se empina hasta su mástil, segura de su vuelo y envía su mensaje hasta el cubil, donde se juntan los incautos.



La mentira es el arma de los envidiosos y los incapaces, la ligan con la calumnia para destruir y separar parejas o resta méritos a los que sobresalen por sus habilidades o inteligencia.

Mariblanca Quiñones de La Osa
Cuba

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