Hijo de genoveses, ricos comerciantes y armadores de barcos,
entra en contacto con la pintura en los museos de Europa, adonde lo habían
llevado los negocios familiares. A su regreso, y contando ya veintisiete años,
comienza su formación artística con Francesco Romero, Giuseppe Aguyari y Ernest
Charton.
Junto a su hermano Alejandro, Eduardo Sívori es el gran
impulsor de la creación de la Sociedad Estímulo de Bellas Artes en 1876. En
1883 realiza varias colaboraciones artísticas en La Ilustración Argentina,
publicación fundada por Pedro Bourel. Financiado por su familia, ese mismo año
vuelve a Europa. Entusiasta del arte moderno francés, el destino que elige es
París, donde frecuenta la Academia Colarossi y estudia con Raphaël Collin,
Puvis de Chavannes y Jean-Paul Laurens, este último un maestro de gran
prestigio entre los artistas hispanoamericanos residentes en la capital
francesa. Tal como anuncia la prensa local, que más de una vez se ocupa de la
trayectoria parisina de Sívori y de otros artistas nacionales, uno de sus
dibujos es premiado en un concurso organizado por el periódico Le Fusain.
Desde París el artista envía colaboraciones a El Diario,
al igual que lo hará un año más tarde su amigo Eduardo Schiaffino. En 1887 es
admitido por primera vez en el Salón de París con Le Lever de la bonne, un
desnudo naturalista que despierta comentarios dispares en la prensa francesa,
aun cuando el solo hecho de resultar visible para ella –en la innumerable
cantidad de obras enviadas al Salón– puede ser considerado un triunfo. La obra,
que representa a una criada comenzando a vestirse en la exigua luz de la
madrugada, es enviada a Buenos Aires para ser exhibida en el local de la
Sociedad Estímulo, y aunque la prensa porteña la promociona como un “escándalo”
ya desde dos meses antes de su arribo, genera numerosas adhesiones en el ámbito
local. Éstas son recogidas en un álbum con más de doscientas firmas inaugurado
por la Sociedad Estímulo de Bellas Artes para dejar testimonio del evento.
Sívori se hace nuevamente presente en el Salón de París en
1888 con La Mort d’un paysan y Sans famille; en 1889 con Dolce
far niente y Femmes médécins; y en 1890 con Près du feu y Alouette
de barrière (que es reproducida mediante un grabado en el catálogo y más
tarde fragmentada por el propio autor). Participa de la Exposición Universal de
1889 y dos años más tarde vuelve a Buenos Aires, donde interviene en la muestra
a beneficio organizada por la Sociedad de Nuestra Señora del Carmen en 1891.
Por otra parte, forma parte del grupo de artistas e intelectuales que en 1892
fundan el Ateneo, de cuyo primer salón, organizado al siguiente año, oficia
como jurado y expositor presentando seis obras. En 1894 Sívori expone en el
segundo salón del Ateneo Coquetterie, Entre dos luces y Las
guachitas, esta última una de las pocas obras vendidas de toda la exposición.
Hacia fines de siglo su pintura se torna luminosa y
radiante, alejándose cada vez más del carácter naturalista de sus primeras
obras. Por otro lado, es reconocido como uno de los primeros artistas argentinos
en incursionar en la técnica del aguafuerte.
Eduardo Sívori ejerce la docencia durante muchos años. En
1905, siendo presidente de la Sociedad Estímulo, organiza la transferencia al
Estado Nacional de la Escuela de Bellas Artes fundada en 1876 por aquella
institución. La Escuela pasa a llamarse Academia Nacional de Bellas Artes, y
Sívori es su primer vicedirector acompañando en la gestión a Ernesto de la
Cárcova, que ocupa el cargo de director. Ambos renuncian en 1908, aunque Sívori
se mantiene al frente de algunos cursos. Más tarde actúa como representante de
la Comisión Nacional de Bellas Artes, dependiente del ente dedicado a organizar
los festejos de los cien años de la Revolución de Mayo. Dicha comisión prepara
la Exposición Internacional de Arte del Centenario, abierta al público en 1910.
Es un artista prolífico. Continúa pintando y enviando obras
a los Salones Nacionales desde su fundación en 1911 hasta el mismo año de su
muerte, ocurrida en 1918.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario