El loco.-¿No habéis oído hablar
de ese loco que encendió un farol en pleno día y corrió al mercado gritando sin
cesar: «¡Busco a Dios!, ¡Busco a Dios!». Como precisamente estaban allí
reunidos muchos que no creían en Dios, sus gritos provocaron enormes risotadas.
¿Es que se te ha perdido?, decía uno. ¿Se ha perdido como un niño pequeño?,
decía otro. ¿O se ha escondido? ¿Tiene miedo de nosotros? ¿Se habrá embarcado?
¿Habrá emigrado? -así gritaban y reían todos alborotadamente.
El loco saltó en medio de ellos y los traspasó con su mirada. «¿Qué a dónde se ha ido Dios? -exclamó-, os lo voy a decir. Lo hemos matado: ¡vosotros y yo! Todos somos sus asesinos.
F. Nietzsche.
El loco saltó en medio de ellos y los traspasó con su mirada. «¿Qué a dónde se ha ido Dios? -exclamó-, os lo voy a decir. Lo hemos matado: ¡vosotros y yo! Todos somos sus asesinos.
F. Nietzsche.
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