miércoles, 30 de julio de 2014

Juan Moreira



Como fiera perseguida
piso una senda de abrojos,
sin sueño para mis ojos,
ni venda para mi herida;
sin descanso ni guarida,
ni esperanza, ni piedad,
y en fúnebre soledad
a mi dolor amarrado,
voy a la muerte arrastrado
por mi propia tempestad.

R. Gutiérrez,
Lázaro.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario