Uno de los aspectos que más nos puede hacer dudar al comprar
una guitarra —o construirla, en caso de que la queramos de encargo—, es el
perfil del mástil. Nos encontramos con un buen puñado de nomenclaturas: perfil
en C, C moderno, en V, V de los 50 y así un buen número de opciones. Y si
no son pocos ya los problemas que tenemos para elegir escala, tipo de pastillas
y un largo etcétera, solo nos faltaba esto. La primera pregunta que nos asalta
es ¿por qué hay tantos y cual es su razón de ser?
La respuesta es que a lo largo de los años los fabricantes
de guitarras han tenido, entre otros, a profesionales probando sus
instrumentos, y muchos de ellos han propuesto sugerencias que se adaptasen a su
propia morfología, para terminar incorporando estos cambios a la línea de
producción. Además, la forma de tocar la guitarra ha ido cambiando a lo largo
de la historia, y los constructores han tratado de adaptarse a estos cambios,
dando lugar entre otras cosas a perfiles cada vez más delgados y diapasones más
planos.
Algunos de estos perfiles, como los que usaba Stevie
Ray Vaughan o Eddie Van Halen en sus Wolfgang, son los
llamados asimétricos, pues su radio es distinto en ambos lados desde el
centro del mástil —entre otras cosas, para facilitar el uso del pulgar en las
cuerdas graves del mástil, una posición conocida como "a lo
Hendrix", aunque algunos guitarristas lo usaran antes del genio zurdo—.
Curiosamente no se puede recomendar a la ligera
qué tipo de perfil nos conviene; es una cuestión puramente personal.
Si tenemos una mano muy pequeña quizá podemos sentir cierta incomodidad con
perfiles tipo "bate de baseball", o por el contrario, si tenemos la
mano grande quizá sintamos molestias con un perfil muy delgado. También hemos
de ver a qué dedicamos mas tiempo: ¿hacemos acordes o tocamos legatos
infernales hasta echar humo por el diapasón? No existe ningún tipo de regla
para esto.
Normalmente, nuestro rechazo por ciertos perfiles resulta
simplemente por la falta de costumbre; de hecho, muy posiblemente esa
falta de costumbre nos prive del disfrute de alguna guitarra maravillosa que
hemos desechado demasiado pronto, al no sentirnos cómodos al instante. De la
misma forma, la comodidad que resulta al primer contacto con ciertas guitarras
puede ser algo engañoso, y cuando llevamos un par de horas podemos hasta sentir
fatiga en la mano —incluso derivar a problemas de tendinitis, con el
tiempo—. De hecho una de las formas de comprobar que hemos encontrado nuestro
perfil o perfiles —podemos sentirnos cómodos con varios de ellos—, es porque no
sentimos ningún dolor tras horas de tocar con él.
Por último, tened en cuenta que las nomenclaturas varían de un fabricante a
otro —las fotos mostradas son de Musikraft— y los fabricantes de guitarras
acústicas tienen sus propias medidas y nombres.
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