Odiseo, rey de Ítaca, cuyo nombre griego es Odiseo, es hijo
de Leartes y Anticlea.
La intervención de éste héroe en la Guerra de Troya fue
decisiva ya que fue suya la idea del Caballo de Troya. Sus aventuras durante el
viaje de regreso y su arribo al país natal forman La Odisea, la segunda de las
dos obras inmortales de Homero.
Inmediatamente después de la partida de Troya, Odiseo llega
al istmo de Tracia, la ciudad de los Cicones, y aunque consigue saquearlos,
pierde a setenta y dos de sus compañeros en un sorpresivo ataque.
Desviados por el viento llegaron a la tierra de los
lotófagos, quienes se alimentaban de la flor de loto, la cual provocaba la
pérdida de memoria. Éstos les ofrecieron loto, tras lo cual los navegantes
olvidaron su patria. Finalmente, Odiseo consiguió que los marineros volviesen a
sus embarcaciones, para seguir rumbo a Ítaca.
Llegan en primer término al país de los Cíclopes donde el
monstruo Polifemo encierra a Odiseo con doce de sus compañeros en una caverna.
Cuando ya había devorado a seis griegos, Odiseo logra emborrachar al monstruo y
le quita su único ojo, con lo que logra escapar con el resto de sus compañeros.
A partir de entonces Odiseo es perseguido por la ira de
Poseidón, dios del mar y padre de Polifemo, quien lo persigue con terribles
tempestades durante su viaje, manteniéndolo siempre alejado de su país.
En la isla de Eolo, el guardián de los vientos, halla una
amable hospitalidad y al partir el dios le entrega una bolsa de cuero en la que
se hallaban encerrados todos los vientos, con excepción del benéfico Oeste,
para que los lleve en nueve días a la costa de Ítaca.
Mientras Odiseo descansa, sus compañeros abren la bolsa
creyendo que contenía un tesoro y los vientos escapan. Arrastrados por la
corriente, llegan de nuevo a la isla de Eolo, quien los echa indignado por
considerarlos enemigos de los dioses.
Al llegar a Telepilo, la cuidad de Lamo, el rey de
Anfitrite, sus lestrigones, caníbales de descomunal estatura, destrozan once de
sus naves, salvándose la duodécima gracias a la astucia de Odiseo.
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