lunes, 30 de octubre de 2017

Ry Cooder - Parte 2



Con él, entró por primera vez en un estudio de grabación: de aquel trabajo sólo publicaron un par de singles. La desilusión por el disco fallido no duró mucho. Durante unos años, Cooder se dedicó a un intenso, remunerativo y útil trabajo como músico de estudio. De esta manera tuvo oportunidad de profundizar en el conocimiento de las técnicas de grabación, de acumular experiencias y de conocer personas importantes. El elenco de sus colaboradores de aquella época es realmente largo: Randy Newman, Phil Ochs, la banda sonora de la película 'Candy', Captain Beefheart, el músico y arreglista Jack Nitzsche y, sobre todo, los magníficos Rolling Stones. Con Mick Jagger y sus amigos tomó parte en la grabación de 'Love in vain', escrita por Robert Johnson e incluida en el álbum 'Let it bleed', publicado en 1969. 

Su sonido pulido y divertido se hace notar en seguida, hasta tal punto que los Stones lo llamaron un par de años más tarde, durante la grabación de 'Sticky fingers', para tocar la guitarra "slide" en la célebre 'Sister morphine'. La colaboración con los Stones continuó con la banda sonora de 'Performance', del director Nicholas Roeg (Jagger era el protagonista) y con la jam-ssesion 'Jamming with Edward', un álbum casi apócrifo de The Rolling Stones, publicado en 1972. Los tiempos ya estaban madurando para emprender una actividad en solitario: gracias a sus contactos, firmó un buen contrato con Reprise, y en 1970 grabó y publicó su primer álbum, titulado simplemente 'Ry Cooder': es una buena tarjeta de presentación de la potencialidad de este artista. Algunas ingenuidades en la producción y un sonido aun verde no lograron ocultar la casta de Cooder. 

La crítica lo recibió con simpatía y Cooder obtuvo incluso comentarios positivos de Paul Simon. La originalidad y la sensibilidad cultural de Cooder tuvieron oportunidad de ser apreciadas cuando, en 1972, el guitarrista publicó su segundo álbum, 'Into the purple valley', fruto de un atento trabajo de búsqueda sobre temas sociales y melodías del período de la Gran Depresión americana en los años treinta. Cooder añadió a los temas originales unos frescos arreglos de algunos clásicos como 'Vigilante man', de Woody Guthrie, y 'On a monday', de Leadbelly. Después, en 1973, Cooder homenajeó la gran tradición blues con el álbum 'Boomer's story'. Al mismo tiempo que los álbumes, Cooder se descubrió como líder de grupo y tocó muchísimo, abriendo también su repertorio a composiciones que no formaron parte de su producción discográfica. 

En concierto, Cooder encuentra su dimensión ideal dilatando el tiempo de los solos, produciendo una música rock rica en matices, sin privarse de elementos espectaculares. En poco tiempo su popularidad se extendió aun más. 'Paradise and luch' (1974) refleja la tensión de los conciertos y sintetiza de forma inmejorable la búsqueda llevada a cabo hasta entonces. Pero Cooder es un personaje vehemente, que ama sumergirse hasta el fondo en un clima sonoro. En el álbum 'Chicken skin music' Cooder se divierte mezclando rock con canciones tex-mex (melodías que son fruto de la fusión entre la población anglosajona de Texas y la hispana de México) y con sonidos hawaianos. El mestizaje entre culturas se completa con la presencia del famoso acordeonista Flaco Jiménez, que también participó en el álbum en directo 'Show time'. 


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