martes, 26 de diciembre de 2017

BIRD: EL ARGUMENTO DE VIDA DE CHARLIE PARKER - Parte 2

Por otra parte, en esa época el jazz y el deporte profesional eran dos de las pocas opciones al alcance de un negro en los Estados Unidos, para destacarse. 

Suponemos que en ese momento decidió dejar la música y que su madre le habrá estimulado para probar de nuevo. En otra ocasión, el baterista Jo Jones se burló de él, arrojando un platillo al lugar del baile. Charlie abandonó el campo de nuevo, pero esta vez decidido a mejorar y estudiar seriamente. 

A los 17 ya se había consagrado; primero con el conjunto de George E. Lee y, ese mismo año, con Buster Smith, también ejecutor del saxo alto, y habiendo memorizado los solos de su modelo, Lester Young, a través de grabaciones de la orquesta de Count Basie. 

Smith cuenta que ya desde los 12 años conocía a Charlie, que traía su saxo en una bolsa de papel. Probablemente, los nightclubs fueron su hogar sustituto, pero dejando mucho que desear en cuanto a los valores y la personalidad que podía adquirir allí. El alcohol corría libremente, y, como me lo dijo el trompetista Henry “Red” Allen en un club de Nueva York, los músicos debían sentarse con los clientes a beber, como parte de sus tareas, para motivarlos a consumir más. 

Su vida siempre fue desordenada y transgresora, llegando tarde a las funciones, ebrio, o durmiéndose en el escenario. En una ocasión se sacó los zapatos y debió correr a tocar su solo descalzo...todo eso agravado por su adicción a la heroína. 

Entre 1942 y 1944 adquirió una prodigiosa técnica. Llegó a practicar hasta 11 horas por día durante muchos años, y tocó con los mejores músicos del jazz moderno, como Dizzy Gillespie, Thelonious Monk y Kenny Clarke, entre otros. 

En la calle 52, dos jóvenes admiradores fueron a escucharlo y a conocerlo: el trompetista Miles Davis (19 años) y el baterista Max Roach (20 años). Luego participarían de conjuntos que dejaron grabaciones memorables con Parker. 

A fines de 1945 realizó una fallida gira en California con Dizzy, encontrando un público adverso que no entendía el nuevo lenguaje. Esto frustró a Charlie, que solía faltar sin aviso, entre otros trastornos de conducta, siendo además muy sensible a los prejuicios raciales. 

Dizzy había dicho de él que “Era demasiado frágil para durar. Es terrible ser negro en esta sociedad. Si dejas que todas estas presiones te lleguen, te arrastran abajo y terminan contigo” (Arnaud y Chesnel, 1991). 

Bird era neurótico, pero los logros máximos en el arte no son logrados por gente bien adaptada (Reisner, 1994), que necesita expresar su sufrimiento. 


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