lunes, 11 de junio de 2018

La Mitología Nórdica - Parte 3

Thor era el dios de la guerra y la lucha salvaje. Era el hijo de Odin, y el más fuerte de todos los dioses . Siempre llevaba su martillo Mjølner que tenía la maravillosa capacidad de siempre dar en el blanco para después regresar a su dueño. Cuando lo tiraba se veían relámpagos en el cielo y sonaban truenos cuando viajaba en su carro llevado por dos machos cabríos de nombre Tandgnojst y Tandgrisner. 

Los machos cabríos podría ser sacrificados al atardecer y luego resucitar la mañana siguiente, si se tenía cuidado de no romper ningún hueso y si se recogían todos los huevos y se metían en la piel del animal. También poseía un cinturón de fuerza que doblaba su ya de por si considerable fuerza y unos guantes de hierro. Thor estuvo casado con Sif y tuvo tres hijos; Magni, Modi y Trud.

Freya era la diosa del amor y de la fertilidad, la más bella de todas las diosas. También era la que enseñaba a los dioses el arte de la magia. Tenía una manta mágica de plumas con la que se transformaba en un halcón, y un collar llamado Brisingegamen. Montaba en un carro llevado por dos gatos. Lloraba con lágrimas de oro. Freya y Odin se repartían entre ellos los guerreros muertos. 

Frey era el hermano de Freya, y como ella dios del amor y de la fertilidad. Tenía el maravilloso barco llamado Skidbladnir, que se desplegaba después de utilizarlo y siempre tenía un viento favorable al izar la vela. Tenía también una espada que blandía sólo, y un jabalí mágico, Gullinbursti, que corría muy deprisa por tierra y por mar.


Heimdal hijo de Odin, tenía ocho hermanas como madre. Es el guardián del puente Bifrost que va de Midgard a Asgard, por lo que los dioses le han dotado de una visión y un oído extraordinarios. Ve a una distancia de más de 100 millas y oye crecer la lana en los lomos de los corderos. Es el que anunciará el comienzo de Ragnerok haciendo sonar su cuerno Gjallarhorn que se oirá en todo el mundo.

Balder era el dios de la luz y de la verdad. Era hijo de Odin y Frigg. Vivía en el palacio Breidablik, cuyo techo era de oro y cuyas columnas de plata maciza. Nada falso podía entrar por sus puertas. Por medio de un sueño, se conoce que Balder va a morir joven. Odin pide a su esposa Frigg (diosa del matrimonio y de la naturaleza salvaje), la madre de Balder, que haga jurar a todos los vivientes, a todas las fuerzas y a todas las cosas del universo que no le harán daño a Balder. 

Para celebrar que Balder ya era invencible, los otros dioses se divertían con un juego, en que todos podían lanzar lo que quisieran contra él. Pero Frigg había dejado sin juramento a un pequeño brote de muérdago, y Loke, disfrazado de anciana, se enteró y fue en busca del brote. Se lo dio al hermano ciego de Balder, Hodur, quien, con su ayuda, lo lanzó contra su hermano matándole. Por petición de Odin, la reina del infierno, Hel, accedió a devolver a Balder al mundo de los vivos a condición de que absolutamente todo el universo llorara por él. Lo hace todo el universo menos una vieja bruja llamada Thokk, que, en realidad, era Loke disfrazado de nuevo.


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