martes, 14 de agosto de 2018

LA LITERATURA GAUCHESCA


Dentro de lo que los argentinos llamamos nuestra literatura nacional, existe un hecho de lo más singular -según Jorge Luis Borges- que es la aparición de la literatura gauchesca. Debemos decir, en primer lugar, que la misma no fue impulsada por gauchos, sino por personas educadas, señores de Buenos Aires y de Montevideo. Pero a pesar de este origen culto, fue genuinamente popular, paradójico mérito. Ahora, a quienes buscaran las causas, se les dirá que fue la vida pastoril propia de la pampa y de las cuchillas en el siglo XIX y XX.

Sin embargo, pronto se ve que esta explicación resulta insuficiente, pues la vida pastoril existió en muchas partes, desde Montana y Oregon hasta Chile, pero esos lugares o países no se dieron a redactar, por ejemplo, “El Gaucho Martín Fierro”.

En otro sentido, Ricardo Rojas quiere derivar la poesía gauchesca de la de los payadores de la campaña. Esto se justificaría porque el metro octasílabo y las formas estróficas (sextina, décima, copla) de la poesía gauchesca coincide con la de los payadores. Sin embargo, los payadores de la campaña no versificaron jamás en un lenguaje deliberadamente plebeyo y con imágenes derivadas de los trabajos rurales. En cambio, dos hechos fueron necesarios para la formación de la poesía gauchesca. Uno, el estilo vital de los gauchos y otro, la existencia de hombres de la ciudad que se compenetraron con ellos y cuyo lenguaje habitual no era demasiado distinto.


La poesía gauchesca según, Jorge Luis Borges, desde Bartolomé Hidalgo hasta José Hernández, presupone una convención espontánea. En efecto, presupone un cantor gaucho que a diferencia de los payadores genuinos maneja deliberadamente el lenguaje oral de los gauchos y aprovecha los rasgos diferenciales de este lenguaje opuesto al urbano. Descubrir esa convención es el mérito capital de Bartolomé Hidalgo.

A todo esto se puede agregar una circunstancia histórica: las guerras que unieron o desgarraron nuestras regiones, como la guerra de la independencia, la guerra con el Brasil y las guerras civiles que hicieron que el hombre de la ciudad conviviera con hombres de la campaña, identificándose con ellos y llegando a concebir y ejecutar la admirable poesía gauchesca.

Por lo tanto, la poesía gauchesca es un fenómeno literario propio del Río de la Plata, de Argentina y de Uruguay, y al mismo tiempo es el más típico y original de ambos países. Pero el entusiasmo por la originalidad y el sabor argentino de este género, sumado a que el Martín Fierro es una de las mejores obras argentinas de todos los tiempos, ha llevado a algunos críticos, literatos e historiadores a otorgar al arte gauchesco el carácter de representativo de nuestro país. Para otros no representa totalmente al país, sino sólo una parte geográfica y humana y a un momento histórico determinado.

Pero lo que es indudable es que la literatura gauchesca es uno de los géneros más estudiados hasta el presente en nuestro país y uno de los más logrados y originales.



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