La vida de Tolstoy no tiene muchos secretos ya que él mismo
dejó testimonio de su biografía en tres títulos: “Infancia”, “Adolescencia” y
“Juventud”. Nace el 9 de septiembre de 1828 en una finca agrícola propiedad de
su familia al sur de Moscú. A los 9 años se queda huérfano y se marcha a vivir
a casa de unos parientes.
Tras abandonar los estudios decide enrolarse en el ejército
ruso. De ahí surge la inspiración para su novela “Los cosacos”. Participa en
varias batallas –como la de Sebastopol- y, aunque admira el espíritu militar,
no soporta la idea de la guerra. De hecho, en sus novelas se reflejará esa
repulsa hacia las batallas y cualquier tipo de enfrentamiento violento como los
duelos por amor.
Sus ideas sobre la necesidad de un cambio pacífico en la
sociedad rusa y en la educación de las clases más desfavorecidas le llevan a
fundar una escuela para los campesinos en sus propiedades. Durante un tiempo se
encarga personalmente de la educación de sus jornaleros. Después, viaja por
Europa para conocer experiencias similares. De esta forma, Tolstoy busca la
manera de solucionar los problemas de la educación pública en Rusia donde la
mayoría de los campesinos son analfabetos. Tolstoy entendió desde el principio
que no podía darse el progreso de Rusia sin la alfabetización de las clases
populares y, de hecho, sus novelas son fiel reflejo de su voluntad en el cambio
que condujese a una mejora de la sociedad rusa (Lenin se encontraba entre sus
más fieles lectores).
En 1862 se casa con Sonia Andréievna Bers, hija de una buena
familia de Moscú. Con ella tendrá varios hijos y vivirá en su hacienda de
Yasnaia Polaina, donde escribirá sus principales novelas: “Guerra y Paz” y “Ana
Karenina”.
“Guerra y Paz” es una extensa narración con más de 500
personajes ambientada en la Rusia inmediatamente anterior a la invasión
napoleónica. A través de la historia de varias familias de la aristocracia,
Tolstoy refleja toda una época de la sociedad rusa con sus éxitos, miserias y
contradicciones.
“Ana Karenina” narra la pasión adúltera entre Karenina y el
capitán Vronsky. Paralelamente, conocemos la historia de Kitty y Levin, dos
jóvenes cuyas vidas contrastarán completamente con la de los primeros. Mientras
que a Karenina y Vronsky les espera el drama del amor vivido fuera de las
normas sociales, Kitty y Levin conseguirán la felicidad a través de la vida en
el campo, el trabajo y la familia.
De hecho, vemos muchos rasgos del propio Tolstoy en el
personaje de Levin. Su estima por la vida sencilla, al aire libre, su rechazo a
la intelectualidad y sofisticación de la ciudad, sus ganas de mejorar la vida
de los campesinos y de incorporar la racionalidad a la explotación agrícola,
etc.
En uno de los pasajes de la obra, Levin sufre la
incomprensión de sus mujiks cuando decide unirse a ellos en la tarea de sembrar
un campo. En la vida real, Tolstoy también debió sufrir esta incomprensión en
las numerosas ocasiones en las que intentó aplicar sus ideas de progreso y
libertad a los campesinos de su finca.
Como en toda su obra, los personajes de Tolstoy están
perfectamente dibujados tanto física como psicológicamente. Su brillante
dominio de la prosa le permite retratar con verdadera minuciosidad los paisajes
de su Rusia amada así como a sus gentes: desde los campesinos hasta los más
destacados aristócratas.
Tras estas novelas, vendrán las de carácter más moralizante
y religioso: “Confesión”, “La muerte de Iván Illich” o “Resurrección”.
A los 82 años decide escaparse de casa por las profundas
desavenencias con su esposa. Con el tiempo, la relación del matrimonio se había
convertido en insoportable y, junto a su médico personal, se marcha sin saber
muy bien a dónde quería ir. Días después de su huída, Tolstoy muere en
Ostapovo.
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