En el tabaco, en el café, en el vino, al borde de la noche se levantan como esas voces que a lo lejos cantan sin que se sepa qué, por el camino.
Livianamente
hermanos del destino, dióscuros, sombras pálidas, me espantan las moscas de los
hábitos, me aguantan que siga a flote entre tanto remolino.
Los muertos hablan
más pero al oído, y los vivos son mano tibia y techo, suma de lo ganado y lo
perdido.
Así un día en la
barca de la sombra, de tanta ausencia abrigará mi pecho esta antigua ternura
que los nombra.
Uno de los poemas
de Julio Cortázar dedicados a la amistad, al recuerdo de aquellos amigos
que nos importaron y con quien compartimos parte de nuestra vida.
https://psicologiaymente.com/cultura/poemas-julio-cortazar
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