jueves, 26 de noviembre de 2009

Jorge Berkeley


Es considerado como uno de los más distinguidos sostenedores del idealismo en los tiempos modernos. Nació en Irlanda en 1684 y murió obispo de Cloyne en 1753.
Parece que su objeto dominante fue el impedir los errores que en orden metafísico y moral podían resultar del sensualismo de Locke, y así excogitó un medio muy seguro para guardarse del materialismo: negar la existencia de la materia.
Según Berkeley, no hay en realidad un mundo corpóreo; lo que nos parece tal es pura ilusión; sólo existen espíritus donde hay esas representaciones a las cuales atribuimos sin fundamento objetos reales.
El argumento capital de Berkeley es el que ocurre a todos los filósofos: ¿cómo se hace el tránsito de lo subjetivo a lo objetivo? Siendo las sensaciones fenómenos de nuestra alma, ¿cómo se prueba que al conjunto de ellos corresponda un conjunto de realidades?
Este no es un problema nuevo; se le ha propuesto en todas las escuelas filosóficas; sólo que Berkeley le dio cierta novedad con la osadía de su pensamiento. (V. Filosof. fund., lib. I.—Ideología, cap. XIV.)

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