viernes, 12 de octubre de 2012

El éxito del astrólogo

Y ahora sintió Erdosain que el hombre le repugnaba. Para cambiar de conversación, dijo:
    ­ Dígame... ¿Usted cree en el éxito de la empresa del Astrólogo?
    ­ No.
    ­ ¿Y él sabe que usted no cree?
    ­ Sí.
    ­ ¿Y por qué usted lo acompaña?
    ­ Yo lo acompaño relativamente, y de aburrido que estoy. Ya que la vida no tiene ningún sentido, es igual seguir cualquier corriente.
    ­ ¿Para usted la vida no tiene ningún sentido?
    ­ Absolutamente ninguno. He organizado toda mi vida como la de un industrial. Todos los días me acuesto a las doce y me levanto a las nueve de la mañana. Hago una hora de ejercicio, me baño, leo los diarios, almuerzo, duermo una siesta, a las seis tomo el vermut y voy a lo del peluquero, a las ocho ceno, después salgo al café, y dentro de dos años, cuando tenga doscientos mil pesos, me retiraré del oficio para vivir definitivamente de mis rentas.
    ­ Y en realidad, ¿cuál va a ser su intervención en la sociedad del Astrólogo?
    ­ Si el Astrólogo consigue dinero, guiarlo en la junta de mujeres y en la instalación del prostíbulo.
    ­ Pero usted, en su interior, ¿qué piensa del Astrólogo?
    ­ Que es un maniático que puede o no tener éxito.
    ­ Pero sus ideas...
    ­ Algunas son embrolladas, otras claras, y francamente, no sé hasta donde quiere apuntar ese hombre. Unas veces usted cree estar oyendo a un reaccionario, otras a un rojo, y, a decir verdad, me parece que ni él mismo sabe lo que quiere.
    ­ ¿Y si tuviera éxito...?
    ­ Entonces ni Dios sabe lo que puede ocurrir.


Opiniones de un rufian (fragmento)
Roberto Arlt

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