La metáfora es una figura a través de la cual le presenta una idea que
alude a un concepto incambiable, inmodificable, constante; por ejemplo yo les
digo: la «U» jugó un gran partido y los once muchachos mostraron una garra
increíble. Creo que todos ustedes van a entender que me estoy refiriendo a que
tuvieron valor, coraje, fuerza, no creo que ninguno crea que le salieron
garras; eso se llama metáfora. Este es el lenguaje que usamos despiertos, pero
en el inconsciente las cosas caminan de otro modo, la palabra garra puede que
signifique una garra y muchas otras cosas más. por ejemplo para la consciencia
la palabra soldado significa un señor con un fusil en el ejercito, para el
inconsciente la idea es otra, la palabra soldado significa un dado, significa
algo como soldadura y puede significar otras muchas cosas más; de ahí que en
los sueños, que es un lenguaje totalmente del inconsciente, uno puede soñar con
una mesa con un sombrero encima, y resulta que uno estaba preocupado porque el
señor Carlos Meza no ha venido a verlo y lo está esperando, y el señor Meza usa
sombrero. Entonces la intención del sueño es cambiar el lenguaje a través de
otro sistema lingüístico que es lo que se va ha expresar.
Ahora quiero aclararles un punto. Los psicoanalistas no somos lingüistas y
no pretendemos serlo. A nosotros no nos interesa la estructura normal del
lenguaje. Nuestra tarea está en la estructura anormal del lenguaje. Si yo por
decir una palabra digo otra, ésa me interesa, si yo por decir una frase se me
sale, a manera de un lapsus, otra, eso es lo que a mí me va a interesar. La
falla del lenguaje es la tarea del analista, no del lingüista. A nosotros nos
interesa la falla del lenguaje únicamente para poder precisar que hay detrás.
Algunas veces esta falla es inconsciente, y siempre va ha reflejar algo que hay
en la profundidad.
Otra aportación sumamente interesante de Lacan en materia lingüistica es
romper con el signo lingüistica de Saussure, en el sentido de que en el signo
aparecería dos partes del mismo: el significado y el significante, en el cual
el significante puede ser una palabra que remite a un significado. Lacan dijo
que no era así, que el significante remite a otro significante y
ese segundo significante a un tercer significante, nunca hay un
significado final y eso se prueba de una manera fehaciente cuando, por
ejemplo, nosotros decimos una palabra: madre, eso remite a la imagen de la
madre de cada uno de nosotros pero no remite simplemente a una imagen, sino a
un concepto añadido: madre-buena, madre-tierna, madre-afectuosa, madre-muerta,
madre-viva, etc. Por lo tanto el significante no remite a un significado final
total y cerrado, remite a otro significante, y ese significante a su vez remite
a otro significante, creándose una cadena complejísima de seguir y de
continuar.
Una de las frases típicas de Lacan, y que a el le gustaba mucho decirla por
que el sabía que creaba cierto desconcierto, era: el lenguaje se impone y a la
persona no le queda otro remedio que hablarlo. Entendiéndose que desde el
inconsciente hay un lenguaje que empuja y se quiere expresar y nosotros
simplemente le damos forma verbal lingüistica.
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