Como podemos ver, la educación del padre es, en bastante
medida, la que crea la inseguridad de Franz Kafka. Como ejemplo anecdótico,
relata alguno de sus temores de niño, como el que los dos saliesen juntos del
vestuario, el padre tan fornido como era y el hijo débil y delgado en extremo,
quedando este a expensas de las burlas de los demás.
Desde el principio de la novela,
observamos un protagonista indefenso, incapaz de valerse por sí mismo. Pero sí
que tenemos referencias de que en un pasado no muy lejano era él el que se
ocupaba de la familia, y que fue él quien tomo las riendas cuando su padre
perdió el negocio. Esa idea del negocio familiar, está claramente inspirada en
su propia vida, pues su padre tenía una tienda que a Franz Kafka nunca le
gusto, de hecho el le pide perdón en la carta por no haberse querido ocupar de ella.
La idea de la relación de inferioridad con
el padre, se expresa claramente en la obra pues Gregorio queda convertido en
insecto y se siente inseguro e inferior frente a su padre que le persigue con
una escoba. Inferioridad e inseguridad no solo frente a su padre sino también
frente a toda su familia, que le aísla en una habitación. Él cada vez se
encierra más pero no solo porque el se sienta diferente, sino porque el resto
de la familia ha dejado de aceptarle. Ahora se siente culpable porque ya no puede
traer el dinero a casa como hacía antes, tampoco nunca podrá pagar las clases
que le quería pagar a Grete en el conservatorio porque su vida ha quedado
reducida a la mínima expresión, no es más que la vida de un insecto que se
dedica a comer y dormir. Nada puede cambiar eso, ni siquiera un sueño
reparador. Aquí está reflejada la culpabilidad de Franz Kafka por no llegar a
ser lo que su padre quería y sobretodo la inferioridad en la relación.
Nos encontramos pues, ante una obra que
encaja en bastantes ocasiones con las vivencias del propio Kafka, su época, y
su pasado religioso. De hecho, Franz Kafka provenía de una familia judía en la
cual lo típico en aquella época era que el padre fuera la máxima autoridad con
todo el machismo que ello implicaba. Esto provoca enfrentamientos directos
entre Franz y su padre. Su padre quiere que sea comerciante, y de hecho, le
parece que ser abogado o escritor es de afeminados. Todo este desprecio del
padre al hijo se ve en el asco que le produce Gregorio Samsa al padre y sobre
todo en la parte en la que el padre le hiere.
De la misma manera, podemos decir que
episodios como el inicio de la novela con un hombre que a pesar de haberse
convertido en un insecto, no desea más que conseguir llegar al trabajo son
problemas históricos que el mismo Kafka presenció en la Revolución Industrial
que se extiende desde 1700 a 1950. En esta época primaba la producción al
bienestar de la mano productora. De esto derivó la idea de la explotación y
denigración del hombre, el cual se convirtió en una pieza de maquinaria, que si
no funcionaba o lo hacía con desperfectos se cambiada sin ningún problema. En
este aspecto, es revelador el acercamiento del jefe de Gregorio Samsa a casa,
para "ver que ocurre". Y como en la mínima ocasión, aquel le tacha de
poco trabajador, de vago.
Kafka reconoció explícitamente la relación
entre La metamorfosis y su propia vida. Muchas veces se ha hablado también de
la relación entre el apellido del protagonista y el del propio Franz Kafka,
pues las vocales y la posición en la que están son las mismas y la extensión de
los apellidos también es la misma. Cuando a Kafka se le planteó esta
posibilidad, éste replicó: "No se trata de un criptograma. Samsa no es por
entero Kafka. La metamorfosis no es una confesión, aunque sea, en cierto
sentido, una indiscreción".
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