viernes, 24 de marzo de 2017

El Campesino, el Oso y la Zorra - Parte 2


Llegó el tiempo de la recolección y tomó para sí las espigas, las desgranó, las molió y de la harina amasó y coció ricos panes, mientras que al Oso le dio las raíces del trigo.

Viendo el Oso que otra vez el campesino se había burlado de él, rugió:
— ¡Campesino! ¡Estoy muy enfadado contigo! ¡No te atrevas a ir al bosque por leña, porque te mataré en cuanto te vea!
El campesino volvió a su casa, y a pesar de que la leña le hacía mucha falta no se atrevió a ir al bosque por ella; consumió la madera de los bancos y de todos sus toneles; pero al fin no tuvo más remedio que ir al bosque.
Entró sigilosamente en él y salió a su encuentro una Zorra.
— ¿Qué te pasa? — Le preguntó ésta—. ¿Por qué andas tan despacito?
— Tengo miedo de encontrar al Oso, que se ha enfadado conmigo, amenazándome con matarme si me atrevo a entrar en el bosque.
— No te apures, yo te salvaré; pero dime lo que me darás en cambio. El campesino hizo una reverencia a la Zorra y le dijo:
— No seré avaro: si me ayudas, te daré una docena de gallinas.
— Conforme. No temas al Oso; corta la leña que quieras y entre tanto yo daré gritos fingiendo que han venido cazadores. Si el Oso te pregunta qué significa ese ruido dile que corren los cazadores por el bosque persiguiendo a los lobos y a los osos.

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