miércoles, 26 de julio de 2017

Henrik Ibsen - Parte 3


La obra provocó escándalo por su osada descripción de una mujer que deja su aparentemente idílico matrimonio a causa de su disconformidad con el rol subordinado que le toca desempeñar en él. 
Es una heroína fuerte e independiente en contraste con un marido débil y aferrado a su rol patriarcal. Pero su tema es también el efecto anquilosante de las convenciones sociales y la necesidad de rebelarse contra ellas a fin de alcanzar la realización personal. Esta obra no tiene un desarrollo cronológico como las anteriores, sino que trabaja con una técnica retrospectiva en la que el pasado va siendo revelando a medida que avanza la acción.

Un enemigo del pueblo (1882) describe la lucha de un individuo decidido a revelar la verdad aun cuando ésta amenaza la supervivencia de toda una ciudad y a pesar de que su porvenir y el de su familia están en juego. 

El tema de la honestidad reaparece en El pato salvaje (1884), pero se trata esta vez de una verdad despiadada, que destruye la vida de una familia. La verdad, parece decir ahora Ibsen, es una droga que, mal administrada, tiene efectos letales. 

De los destinos de sus personajes, que son gente común y corriente, desprendió conclusiones de una sinceridad brutal, pero también de gran sutileza y, por momentos, de belleza poética, obligando a su público a cuestionar las bases morales de su existencia.

Durante la segunda mitad del siglo XIX, la influencia de la obra de Henrik Ibsen alteró sustancialmente el teatro europeo y lo convirtió, del divertimento a que había sido reducido, en lo que fuera para los griegos: un instrumento para examinar el alma. Otras obras suyas sonCatilina (1850), La comedia del amor (1862), Emperador y Galileo (1873), La unión de la juventud (1869), Espectros (1881), La casa de Rosmer (1886), La dama del mar (1888),Hedda Gabler (1890), Juan Gabriel Borkman (1896) y Despertaremos de nuestra muerte(1899).




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