En julio de 1946, no teniendo dinero suficiente para comprar heroína, pretendió
compensarla con benzedrina. Al llegar a su hotel, incendió la habitación con un
cigarrillo al quedarse dormido (¿una forma de suicidio inconsciente?) y salió
en ropa interior al lobby del mismo.
Esto le valió una internación en el Hospital de Camarillo, en una muy linda
zona de California, donde permaneció 6 meses; a raíz de ello compuso el blues
“Relaxin’ at Camarillo” (“Relajándose en Camarillo”).
A su salida, relativamente recuperado, llevó a cabo memorables grabaciones. Su
carácter seguía impredictible, su conducta escandalosa. Pero Gillespie dijo de
él: He oído muchas cosas sobre él que no me gustaron. ¿Qué clase de hombre era
Beethoven? ...¿qué tiene eso que ver con su música?...lo importante es su
música” (Casalla, 1998).
A llegar a los 30 años, Charlie ya había consumado su cuarto matrimonio con una
bailarina llamada Chan, que le dio su hija Pree y su hijo Baird. Además, ya
tenía otros dos hijos previos: Leon, que crió la madre de Bird, y Kim, del
segundo matrimonio.
En esa época seguía poliadicto y polisintomático, con úlceras, obesidad y
problemas cardíacos.
Sin embargo su organismo era fuerte y pudo mantenerse funcionando relativamente
a pesar del daño que se infligía.
Pero la muerte de su hijita Pree por pulmonía fue un golpe devastador para él,
produciéndole un cuadro depresivo severo. Había reducido la heroína, pero se
volcó al alcohol, enfermando también a su hígado.
En 1954 se había inaugurado el club Birdland en su honor. Mientras actuaba
allí, sufrió un cuadro confusional, huyó a su casa e intentó un suicidio con
iodina. Esto produjo su segunda internación, en el Hospital Bellevue de Nueva
York, donde recibió también psicoterapia. En octubre lo dieron de alta y volvió
a tocar en toda su plenitud.
Pero todo esto era el comienzo del final. En esa época, un día orínó en un
palco del Birdland y fue expulsado. A pesar de ello, le dieron una nueva
oportunidad, pero la perdió debido a su comportamiento caótico. Salió borracho
y llorando. Había llegado al final de su breve Argumento de Vida.
La baronesa Nica de Koenigsberg, una suerte de mecenas de los músicos de jazz,
le dió albergue en su departamento, donde murió a los 35 años, el 12 de marzo
de 1955.
A pesar de su negativa a ser enterrado en Kansas City, sus herederos enviaron
su ataúd a esa ciudad.
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