sábado, 18 de enero de 2014

La cadena del ancla - parte 3


"Cuando el fotógrafo llegó al puesto de donde salían los autobuses de Ceuta para Tánger, hacía cinco minutos que había partido el último coche. Caviló un instante, pero luego se resolvió y contrató un automóvil para volver a Tánger.

"A la una de la mañana, Abraham entraba al jardín de palmeras de Yama Mahomed. El nieto del Raisuli escuchó el relato del fotógrafo, y su mano izquierda, involuntariamente, comenzó a sobar su barba renegrida. El detalle de la máquina para cifrar telegramas en clave indicaba sobradamente que alguien que conocía muy de cerca a Leonesa la había delatado. Yama examinó el rostro del fotógrafo, y le dijo:
"-Espérame.

"Luego cruzó el jardín de palmeras con paso tardo. Estaba caviloso.
"Yama abandonó las pantuflas a la entrada de su dormitorio y entró descalzo. Tendida en unos cojines, fumando y leyendo el "Morning Post", estaba Leonesa. Yama se sentó a su lado, sobre una estera, y le dijo:
"-Te han delatado, Lee. -Y le alcanzó los telegramas.
"Leonesa se cruzó de piernas al modo oriental; vista al soslayo de la lámpara ofrecía el perfil de un ave de rapiña con la cabeza recubierta de un ondulado casco de cabello rojo. Luego murmuró:
"-Es curioso. El único que sabía que yo llevaba una máquina de cifrar telegramas era el subsecretario de Relaciones Exteriores. Él y el ministro.
"-Pues, uno de los dos te ha delatado.
"-Debe ser el subsecretario.
"-Podría ser el ministro.
"-Es el subsecretario; pero escúchame, Yama. Tengo que pasar a El Cairo.
"-¡Irás a meterte en la misma boca del lobo!
"-¿Conoces alguien que pueda llevarme?
"-Por tierra es imposible. Te será fácil escapar a la policía inglesa, pero mejor irás por mar.
"-Si los ingleses me pillan, me ahorcan.
"Yama se restregó la barba y dijo:
"-Nunca debe matarse sino en caso de extrema necesidad. (Se refería al oficial asesinado por Leonesa.)
"-Precisamente, ése fue un caso de extrema necesidad.

"Yama encendió un cigarrillo, y con expresión soñolienta contempló las volutas. El único que podía servirle era René Vasonier. René Vasonier era primer oficial de "La Nuit", un paquete de diez mil toneladas que hacía el servicio de cabotaje entre Tánger y El Cairo. René no lo conocía al nieto del Raisuli, pero el caudillo árabe conocía las actividades del primer oficial. Éste contrabandeaba haschich y se dedicaba a la trata de blancas como agente de Giácomo Nigro en toda la costa mediterránea.

as caN � i a hh' �% bía puesto en coyuntura de servirlo a Yama Mahomed. El informe le valdría una buena bolsa de duros assanis, porque Leonesa estaba refugiada en la casa del nieto de Raisuli. Lo que posiblemente ignoraba la embajada inglesa era que Leonesa pensaba dirigirse a El Cairo.



"Era necesario ponerse en comunicación con Yama Mahomed, pero él no podía utilizar el telégrafo. El teléfono de su casa también debía estar bajo el control de la policía; el único recurso era escribir, pero recientemente, por un empleado indígena, había sabido que en el correo central había un puesto de policía donde se abrían las cartas de todos aquellos individuos conceptuados como sospechosos de espionaje, o actividades políticas. Las cartas eran fotografiadas y luego se remitían al destinatario.

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