Y es
que todos llevamos adentro un aburrimiento horrible, una mala palabra retenida,
un golpe que no sabe dónde descargarse, y si el Relojero la desencuaderna a
puntapiés a su mujer, es porque en la noche sucia de su pieza, el alma le
envasa un dolor que es como desazón de un nervio en un diente podrido.
Y cuando este dolor, que ellos ignoran con qué palabras
se puede nombrar, estalla en un corazón, el que permanecía callado barbotea una
injuria, y por resonancia los otros también responden, y de pronto la mesa que
hasta ese momento parecía un círculo de dormidos se anima de injurias terribles
y de odios sin razón, y sin saber cómo surgen agravios antiguos y ofensas
olvidadas. Y si no llegan a las manos es porque nunca falta un comedido que
interviene a tiempo y recuerda con melifluo palabrerío las consecuencias de la
gresca.
Una fiesta que no hay dinero con qué pagarla, es la
llegada de desconocidos y amigos perdidos a la mesa. Vienen del interior. Han
estado robando en provincias. O purgando una pena en la cárcel. O estafando en
los trenes. Pero, tengan la cabeza rapada o melenuda, no importa: sus historias
y su dinero bien valen la acogida que se les hace; y entonces por un minuto el
mozo se soflama. Tal diversidad de bebidas solicitan los gaznates distintos.
Una alegría espantosa estalla en el interior de cada fiera, y siguiendo el
impulso de una vanidad inexplicable, de un orgullo demoníaco, se habla... Si se
habla es de cacerías de mujeres en el corazón de la ciudad, su persecución en
los clandestinos de extramuros donde se ocultan; si se habla, es de riñas con
bandas enemigas que las han raptado, de asaltos, de emboscadas, de robos,
escalamientos y fracturas. Si se habla es de viajes en transportes nacionales a
"la tierra", si se habla es de la cárcel, de las eternas noches en la
"berlina" (calabozo triangular donde el detenido no puede acostarse
ni sentarse), si se habla es de los procedimientos de los jueces, de los
políticos a quienes están vendidos, de los pesquisas y sus ferocidades, de
interrogatorios, careos, indagatorias y reconstrucciones, si se habla es de
castigos, dolores, torturas, golpes sobre el rostro, puñetazos en el estómago,
retorcimiento de testículos, puntapiés en las tibias, dedos prensados, manos
retorcidas, flagelaciones con la goma, martillazo con la culata del revólver...
si se habla es de mujeres asesinadas, robadas, fugitivas, apaleadas...
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