Gudbergur Bergsson (Islandia, 1932)
Nacido en la ínsula más remota de Europa si excluimos
Groenlandia, Gudbergur Bergsson conoce muy bien la cultura española, y la
conoce bien hasta el punto de poder traducir a Cervantes y a Borges. En 1967 su
novela Tomas Jonson, metsölubúk, traducida al español por Tomas Jonson. Best seller (Alfaguara), fue una revelación
gloriosa, en un país no demasiado acostumbrado a grandes revelaciones
literarias.
Los jóvenes islandeses de diferentes generaciones han sido devotos
de esta novela enrevesada y audaz en la que se mezclan hiperrealismo y
surrealismo en partes iguales, sin llegar nunca a lo que entendemos por
realismo mágico, en parte porque todo parece presidido por un humor tan ácido y
tan extraño como el humor islandés. Bergsson es un apasionado de la picaresca
española, y parte de su humor tendría también ahí su matriz. J. F.
Per Olov Enquist (Suecia,
1934)
Per Olov Enquist ha ido construyendo su obra con
inteligencia y sufrimiento, ahondando de forma admirable en el abismo humano,
en sus mismos límites, con lirismo y agudeza. Y al hablar de los límites
humanos ha de entenderse esa frontera en que la humanidad se ve obligada a
convivir con la monstruosidad.
Nacido en una región del norte de Suecia de la
que suele hablar con melancolía y pavor, ha experimentado dramas personales de
mucho calado. En sus obras ha frecuentado el mundo contemporáneo, como en su
estremecedora novela El ángel caído (E.
de la Torre), pero también la antigüedad clásica, como en su drama Para Fedra (Libros del Innombrable), o el siglo
XVII, como en su novela La visita del médico de cámara (Destino). No sería aventurado decir
que Enquist es uno de los mejores escritores europeos de nuestro tiempo. J. F.
Lars Gustafsson (Suecia,
1936)
Novelista, poeta y ensayista de formación filosófica que a
pesar de la edad y la distancia (vive en Austin, Tejas, desde hace un cuarto de
siglo) sigue siendo una figura central de la literatura sueca. Sus novelas se
publican en España desde finales de los ochenta y ahora mismo el lector puede
encontrar en las libreríasMuerte de un apicultor (Nórdica) y una trilogía ambientada en
Tejas compuesta por Windy habla, La historia del perro y El decano (Akal).
Su obra -abundante, profunda y diversa- cobra auténtico relieve cuando es
apreciada desde una perspectiva de conjunto; toda ella es fruto de un lento
proceso de sedimentación durante el cual ha ido abordando cuestiones éticas,
filosóficas e incluso teológicas que, en lugar de entorpecer la lectura de sus
textos, le sirven para vertebrarlos y dotarlos de un equilibrio admirable entre
fondo y forma. S. R. P.
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