domingo, 30 de junio de 2019
viernes, 21 de junio de 2019
miércoles, 5 de junio de 2019
martes, 4 de junio de 2019
"The incredible Jazz Guitar", de Wes Montgomery
Desde la súbita muerte del joven Charlie Christian en 1941,
el jazz llevaba casi 20 años esperando alguien capaz de asemejarle. No lo
habían conseguido ni el magnifico, Kenny Burrell, ni tampoco, Jimmy Raney,
aunque ambos estuvieron a gran altura en sus años de madurez. Esa tarea estaba
reservada a un músico procedente de la orquesta de Lionel Hampton, llamado Wes
Montgomery.
Aunque comenzó a tocar en los años cuarenta, apenas se le
conocía más allá de su ciudad natal. Indianápolis, hasta que en 1959, el saxo
alto, Cannnonball Adderley, le facilitó un contrato de grabación con una de las
casas discográficas mas importantes de los Estados Unidos, el sello
Riverside". Allí grabó en 1960 este álbum, su segundo disco para el sello
y con él se hizo definitivamente un hueco en la historia del jazz. "The
Incredible Jazz Guitar" en cuarteto con Tommy Flanagan al piano; Percy
Heath al contrabajo y su hermano, Albert Heath a la batería, le lanzó a la fama
y levantó las mas calurosa acogida tanto del publico aficionado como d de la
critica especializada.
Montgomery no solo aparecía como un inesperado renovador de
la técnica, sino que poseía además las mejores cualidades de un músico de jazz:
imaginación melódica, lirismo, una facilidad pasmosa para el blues y un swing
arrollador. Todo ello es manifiestamente demostrable en el tema que abre el
álbum, el viejo tema de Sonny Rollins "Airegin" donde la
improvisación es perfecta y ajena por completo a cualquier adorno o efectismo.
"Wes Coast Blues" y "Four on Six" lo confirmaron como un
magnifico compositor.
Wes Montgomery tuvo la habilidad de transformar sus
carencias en recursos estilísticos originales, que causaron un gran impacto y
le convirtieron en las futuras generaciones en el modelo a imitar en la
guitarra de jazz. Cuando murió, en 1968, con tan solo 43 años, Montgomery había
dejado no sólo unos magníficos discos cuanto a los grandes maestros del jazz de
su epoca como, Cannnonball Adderley, Johnny Griffin, Harold Land, Milt Jackson
o Wynton Kelly, sino que además dejó la huella indeleble de que en el jazz
moderno la guitarra de jazz había encontrado el heredero natural del gran
Charlie Christian.
Sin restarle meritos a toda una serie de grandes
guitarristas del jazz como Barney Kessel, Tal Farlow, Kenny Burrell, Jim Hall o
Jimmy Raney, es sin duda, Wes Montgomery, (1923-1968), quien recoge con
mas fuerza y propiedad el testigo que dejara en la guitarra de jazz, el gran
maestro, Charlie Christian.
Nacido en el seno de una amplia y modesta familia, Wes
Montgomery, se trasladó con su padre a Ohio junto a su hermano mayor Monk,
cuando el matrimonio se separó. Con diecinueve años compró su primera guitarra
y se maravillaba del solo que Charlie Christian había grabado con Benny Goodman
titulado "Solo Flight". Dotado de un oído excepcional, tuvo sus
primeros trabajos como guitarrista en algunos clubes de Indianápolis como el
"440 Club". En mayo de 1948, Lionel Hampton lo incorpora a su banda
con quien permaneció durante dos años lo que le valió la posibilidad de tocar
con Charles Mingus, Fats Navarro e incluso acompañó a la guitarra a la gran
Billie Holiday y pudo grabar sus primeros discos con Hampton y con su
vocalista, Sonny Parker.
Padre de familia numerosa, sus obligaciones domesticas le
condicionaban a trabajar muchas horas al día para mantener a su familia. Sus
hermanos, Buddy Montgomery (vibrafonista y pianista) y Monk (contrabajista
eléctrico) le propusieron formar un grupo para tocar en la Costa Oeste y en
1957 formaron el cuarteto "The Mastersounds" consiguiendo algunos
contratos de grabación con el sello "Pacific Jazz". Wes Montgomery,
participó en cinco álbumes, el primero de ellos titulado: "The Montgomery
Brothers plus Five Others" que fue también la primera grabación del
trompetista, Freddie Hubbard.
A pesar de su calidad, el éxito tardó en llegar. Tuvo que
intervenir casualmente el saxo alto, Cannnonball Adderley, que venía de un
concierto en Indianápolis y había escuchado a Wes, tocar en el "Missile
Room", un club local, para recomendárselo al director musical de su
compañía de discos. Así empezó una fructífera relación de Wes Montgomery con el
sello Riverside que duro cinco años. Dos semana después de firmar, Wes
Montgomery grababa en New York su primer disco para Riverside con el organista,
Melvin Rhyne y el baterista, Paul Parker, el mismo acompañamiento que tenía en
el "Missile Room". En 1960 realiza la grabación del que muchos
consideran el mejor disco de su carrera titulado "The Increíble Jazz
Guitar". La aparición de aquélla grabación entusiasmó a críticos,
especialistas y aficionados y las revistas, Down Beat y Metronome le otorgaron
los premios anuales al mejor guitarrista de jazz. Con el éxito alcanzado, volvió
a tocar con sus hermanos grabando otros tres discos como "The Montgomery
Brothers" y otro mas con el pianista ciego, George Shearing. Durante 1961
y 1962 participó en el Festival de Jazz de Monterey y también tocó con el
cuarteto de John Coltrane.
Cuando el sello Riverside se colapsó tras la muerte de su
presidente, Bill Grauer, Wes ficha por la compañía Verve quien en aquélla época
era dirigida por Creed Taylor, propietario poco tiempo después del sello CTI.
Con Verve consiguió un premio Grammy al álbum "Goin' Out Of My Head"
en 1965, un registro demasiado edulcorado, pero antes había dejado grabado en
directo en el club neoyorquino "Half Note" un álbum extraordinario
titulado: "Smokin' at The Half Note". Ya apenas tuvo tiempo para
grabar su ultimo disco titulado "Road Song" grabado a primeros de
mayo de 1968 y que fue publicado tras la muerte del guitarrista, fallecido
repentinamente de un ataque al corazón apenas veinte días después, el 15 de
junio de 1968 con tan solo 45 años.
En palabras del critico de jazz, Ralph Gleason,
"....Wes Montgomery fue lo mejor que le sucedió a la guitarra de jazz
desde la muerte de Charlie Christian.
lunes, 3 de junio de 2019
domingo, 2 de junio de 2019
El eslabón perdido de la guitarra de jazz - Parte 2
Tampoco se dudó de la importancia del hallazgo: no es solo que el legado del instrumentista sea exiguo con respecto a la producción de otros nombres claves del jazz, es que su arte tomó tal deriva comercial tras fichar por el sello Verve en 1965 que, a oídos de algunos aficionados, buena parte de su discografía carece de interés. En sus notas a la edición, el propio Cuscuna, uno de los productores más respetados del negocio, lo corrobora: “Existen tantas grabaciones flotando por el universo en estos tiempos que corren, que no me habría inmutado con la noticia de no ser porque el protagonista era Wes Montgomery. De todos los gigantes del jazz de los cincuenta y sesenta, de ninguno existen menos registros que de él”.
“Realicé tres viajes en los siguientes dos años a Indiana”, explica Feldman. Allí descubrió la avenida que da título al disco, centro de operaciones de nuestro hombre y de otros jazzmen y corazón de “la comunidad afroamericana de aquel tiempo en la ciudad”. También dio con la familia del músico, que le proporcionó un montón de fotografías inéditas (aquí reproducidas), así como dos valiosos textos que acompañan al CD (y a su lujosa versión en vinilo) y vienen firmados por los hermanos de Wes, el bajista Monk (1921–1982) y el pianista Buddy (1930-2009), con los que el guitarrista formó trío estable en los años dorados.
También resultó clave la figura del Doctor David Barker, músico y pedagogo de la Universidad de Indiana. “Di con él buscando a gente que lo hubiera frecuentado en aquellos tiempos previos a su primer contrato discográfico, porque lo que parece claro es que estas grabaciones se hicieron con idea de ser enseñadas para obtener uno”, continúa Feldman. Cuando escuchó las grabaciones, un menú formado por standards, temas funkies y baladas, cuya variedad refuerza la idea de que fue cocinado para demostrar versatilidad a un potencial empleador, los resortes de la memoria de Barker se pusieron en marcha y fue identificando a cada uno de los miembros de las tres formaciones que se escuchan en las cintas. Salvo a uno: el bajista que participa en la primera y en la cuarta toma.
George Klabin, prodigioso ingeniero de jazz desde sus tiempos universitarios, dio al conjunto un acabado asombroso, capaz de hacer trascender el material de la simple maqueta a la categoría de grabación histórica.
El eslabón perdido de la guitarra de jazz - Parte 1
La publicación de unas importantes grabaciones inéditas de
la leyenda de las seis cuerdas Wes Montgomery agita el género
El pulgar de Wes Montgomery trepaba octava arriba y abajo por las cuerdas de su
guitarra con tal rapidez e indolente elegancia que en apenas una década logró
dejar una huella indeleble en la historia del jazz moderno. Cuando al fin
consiguió que alguien en Nueva York (Orrin Keepnews, de Riverside Records)
reparara en su asombroso estilo, un gran río bebop con afluentes del viejo
blues del sur y de la destreza del maestro Charlie Christian, este muchachote
de Indiana ya había cumplido los 34 años, edad ciertamente avanzada para el
sector demográfico de las leyendas del jazz de los cincuenta y sesenta. Al
morir en 1968 de un ataque al corazón, casi nada se conocía del músico previo a
aquel histórico The incredible jazz guitar of Wes Montgomery, salvo un par
de discos en el sello de la costa oeste Pacific Jazz, uno de ellos muy
apropiadamente titulado Fingerpickin’: su técnica a las seis cuerdas
siempre recordó a la imagen platónica de un negro del sur que, bajo un sol
furioso, arrebata el algodón a la tierra pantanosa.
La reciente publicación de Echoes of Indiana Avenue (Distrijazz),
un descubrimiento en toda regla de grabaciones registradas en su ciudad natal
en algún punto incierto de 1957 o 1958, ha venido a llenar una importante laguna
para aficionados y estudiosos. Zev Feldman, productor del disco, se mostraba
recientemente al teléfono tan orgulloso del resultado sonoro como de las
circunstancias del hallazgo, del estudio que acompaña a la grabación en un
libreto profusamente documentado y de la sensación de haber hecho historia del
género desde su humilde condición de aficionado.
Feldman trabaja para Resonance, un sello de Los Ángeles que
no es una compañía al uso sino una fundación, el afán benefactor del en tiempos
ingeniero de Roy Ayers o James Brown, George Klabin. Dedicados a la difusión de
la actualidad del “minusvalorado” jazz del sur de California, Klabin y Feldman
diversificaron su negocio hace un par de años con la búsqueda de material
“crucial” para la historia del género, que nunca hubiera sido editado
anteriormente. La primera joya del catálogo llegó en 2010: un concierto inédito
del trompetista Freddie Hubbard. Y entonces entraron estas cintas de
Montgomery.
Aparecieron en ese desván universal que es la página de
subastas cibernéticas eBay. “[El productor] Michael Cuscuna nos avisó de que se
había puesto a la venta un guitarrista, un tal Jim Greeninger, que las poseía
desde 1990” ,
recuerda Feldman. Pese a que se desconocía su existencia, rápidamente quedó
claro que el estilo de aquel virtuoso no podía ser sino el de Wes Montgomery.
sábado, 1 de junio de 2019
Suscribirse a:
Entradas (Atom)