jueves, 27 de febrero de 2014
miércoles, 26 de febrero de 2014
martes, 25 de febrero de 2014
La libertad y la seguridad
Un día, mucho antes de que nacieran los dioses, desperté de
un profundo sueño y descubrí que me habían robado todas mis máscaras
-si; las siete máscaras que yo mismo me había confeccionado, y que llevé en
siete vidas distintas-; corrí sin máscara por las calles atestadas de gente,
gritando:
-¡Ladrones! ¡Ladrones! ¡Malditos ladrones!
Hombres y mujeres se reían de mí, y al verme, varias
personas, llenas de espanto, corrieron a refugiarse en sus casas. Y cuando
llegué a la plaza del mercado, un joven, de pie en la azotea de su casa,
señalándome gritó:
-Miren! ¡Es un loco!
Alcé la cabeza para ver quién gritaba, y por vez primera el
sol besó mi desnudo rostro, y mi alma se inflamó de amor al sol, y ya no quise
tener máscaras. Y como si fuera presa de un trance, grité:
-¡Benditos! ¡Benditos sean los ladrones que me robaron mis
máscaras!
Así fue que me convertí en un loco.
Y en mi locura he hallado libertad y seguridad; la libertad
de la soledad y la seguridad de no ser comprendido, pues quienes nos comprenden
esclavizan una parte de nuestro ser.
Pero no dejéis que me enorgullezca demasiado de mi
seguridad; ni siquiera el ladrón encarcelado está a salvo de otro
ladrón.
Gibrán Jalil Gibrán
lunes, 24 de febrero de 2014
Yo ya era así..
“Yo ya era así antes de que tú llegaras, caminaba por las
mismas calles y comía las mismas cosas. Incluso antes de que llegaras yo ya
vivía enamorado de ti y a veces, no pocas, te extrañaba como si supiera que me
hacías falta…”
domingo, 23 de febrero de 2014
sábado, 22 de febrero de 2014
jueves, 20 de febrero de 2014
miércoles, 19 de febrero de 2014
El loco y Dios
El loco.-¿No habéis oído hablar
de ese loco que encendió un farol en pleno día y corrió al mercado gritando sin
cesar: «¡Busco a Dios!, ¡Busco a Dios!». Como precisamente estaban allí
reunidos muchos que no creían en Dios, sus gritos provocaron enormes risotadas.
¿Es que se te ha perdido?, decía uno. ¿Se ha perdido como un niño pequeño?,
decía otro. ¿O se ha escondido? ¿Tiene miedo de nosotros? ¿Se habrá embarcado?
¿Habrá emigrado? -así gritaban y reían todos alborotadamente.
El loco saltó en medio de ellos y los traspasó con su mirada. «¿Qué a dónde se ha ido Dios? -exclamó-, os lo voy a decir. Lo hemos matado: ¡vosotros y yo! Todos somos sus asesinos.
F. Nietzsche.
El loco saltó en medio de ellos y los traspasó con su mirada. «¿Qué a dónde se ha ido Dios? -exclamó-, os lo voy a decir. Lo hemos matado: ¡vosotros y yo! Todos somos sus asesinos.
F. Nietzsche.
martes, 18 de febrero de 2014
lunes, 17 de febrero de 2014
domingo, 16 de febrero de 2014
sábado, 15 de febrero de 2014
El cuervo hambriento y la mata de higos
Un flaco y hambriento
cuervo se posó en una higuera, y viendo que los higos aún estaban verdes, se
quedó en el sitio a esperar a que maduraran.
Vio una zorra al hambriento cuervo eternizado en la higuera, y le preguntó qué hacía. Una vez que lo supo, le dijo:
-Haces muy mal perdiendo el tiempo confiado a una lejana esperanza; la esperanza se llena de bellas ilusiones, mas no de comida.
Moraleja
Vio una zorra al hambriento cuervo eternizado en la higuera, y le preguntó qué hacía. Una vez que lo supo, le dijo:
-Haces muy mal perdiendo el tiempo confiado a una lejana esperanza; la esperanza se llena de bellas ilusiones, mas no de comida.
Moraleja
Si tienes una necesidad inmediata, de nada te servirá pensar satisfacerla con cosas inalcanzables. Esfuerzate y conseguirás lo que quieres.
jueves, 13 de febrero de 2014
La eterna nalga de Cortázar – Parte 3
Ese cuerpo del que habían salido Rayuela y esos cuentos
perfectos y alucinantes, podía morir.
Era inconcebible, pero despiadadamente cierto: Cortázar, a
diferencia de su obra, a diferencia de Oliveira y La Maga y el axolotl y la
isla al mediodía, no era inmune al paso terrible del tiempo.
No hicimos mención al incidente ni una vez, ni él ni yo,
como si reconocer su debilidad y mi incapacidad para comprenderla fuese algo
extrañamente vergonzoso, un secreto que preferíamos mantener oculto, inexpresable,
olvidado.
Pero no lo olvidé.
Ese encuentro con la perecedera nalga de Cortázar anticipó
el día, ese 12 de febrero de 1984, cuando sonó el teléfono de nuestra casa en
Bethesda, Maryland, y Saúl Sosnowski me avisó que Julio había fallecido. El desgarro
de esa noticia todavía me ronda, todavía me duele, treinta años más tarde. Si
no hay consuelo para la muerte de aquellos que hemos de veras amado, no hay
consuelo para la ausencia de alguien que me enseñó a vivir y a escribir y que
le brindó a mi Angélica una amistad franca y sensitiva; si nos entristece que
no esté entre nosotros un ser como él, que prodigó tanta felicidad a tantos
seres humanos, lo que sí existe y persiste es mi agradecimiento por haber
tenido el privilegio de compartir su vida entonces y ahora, y siempre, siempre,
su obra literaria.
Le gustaba hacernos regalos.
Quiero pensar que, al pedir ayuda, allí, en el mar
turbulento de Zihuatanejo, me estaba librando una última lección de tantas que
me entregó. Se estaba despidiendo de mí y del mundo, me estaba aprestando para
el día en que no contáramos con su presencia inmediata y urgente, el día en que
nos quedáramos sin su cerebro tan universal y ese corazón tan generoso y
aquella nalga tan dura y efímera e imprescindible, nos estaba preparando –y te
lo agradezco, Julio– para este momento en que todo es recuerdo, todo es
inmortal.
Por Ariel Dorfman
La eterna nalga de Cortázar – Parte 2
Fue una jornada de sol espléndido, donde los jóvenes
aprendieron diversas estrategias para extraer peces de las olas y los dos
adultos dedicamos las horas a sumergirnos en Conrad y Stevenson, Hemingway y
Jack London y Rudyard Kipling, comentando cómo el mar era tan frecuentemente en
la literatura de habla inglesa un escenario predilecto para pasar de la mocedad
a la madurez, cosa que rara vez sucedía en España o América latina.
Antes de almorzar a bordo, cuando el sol pegaba con más
encarnizamiento, los cuatro navegantes nos pusimos a nadar en torno al barco.
Después de un rato, Julio anunció que estaba cansado. Cuando volvimos a la
nave, Rodrigo y Stéphane, dando alaridos de alegría, se encaramaron con la
agilidad de unos monos, conducta que no imitamos ni Cortázar ni yo.
Por el contrario, Julio se tomó de la escalinata con ambas
manos, sus largos brazos aferrados a la parte superior, sus pies todavía bajo
la superficie del agua. Se quedó en esa posición un buen tiempo, cosa de un
minuto, quizá dos. Yo atendía pacientemente a su lado, haciendo la bicicleta
con mis piernas para que las olas no me llevaran, esperando que la escalinata
estuviera libre.
De pronto, Julio se dio media vuelta hacia mí y me dijo,
casi molesto, casi bruscamente: –Ayudame, Ariel.
Por un instante, no entendí. No entendí lo que me estaba
pidiendo. No entendí que alguien como él, como el gran Julio Cortázar, pudiera
necesitar asistencia de tipo alguno para subirse a ese barco u otro barco o
cualquier embarcación ahora o mañana o nunca.
Conspiraban en contra de mi entendimiento varios factores.
Por una parte, el extraordinario aspecto juvenil de Cortázar –ese aire de
eterno adolescente– disfrazaba los años reales que su cuerpo había atravesado.
Parecía un hombre de treinta y ocho años (mi edad entonces) y no alguien que
estaba por cumplir los sesenta y seis. Pero quizá más importante era la
veneración que le tenía, el pedestal en que lo había colocado, pese a una
hermandad y compañerismo que había crecido maravillosamente desde que nos
habíamos conocido en 1970, cuando voló a Chile a celebrar la victoria de
Salvador Allende. Cortázar no era un ser humano de carne y hueso. Era un dios.
Y los dioses, nuestros ídolos, no necesitan ayuda. Los dioses no envejecen ni
tienen debilidades ni son incapaces de vencer una estúpida escalinata de metal
en el mar.
Pero claro que era de carne y claro que era de hueso mi
querido, nuestro querido Julio. Lo supe apenas me puse a responder a su
súplica, apenas empecé a ayudarlo a montar hacia el barco bamboleante. Lo hice
de la única manera posible, afirmando una mano, como sostén y apoyo, en una de
sus nalgas.
En ese brevísimo, muscular momento, tanteando en forma
incómoda y torpe la dureza huesuda de la parte inferior de su pelvis con la
palma de mi mano mientras él subía, se me reveló plenamente la mortalidad
irrefutable de Julio Cortázar.
miércoles, 12 de febrero de 2014
La eterna nalga de Cortázar – Parte 1
Mucho antes de que me despidiera para siempre de Julio
Cortázar me había dado cuenta, para mi asombro y pesar, de que él no era
inmortal.
Le hablé por última vez desde Estados Unidos en enero de
1984, cuando pensé que iba a poder visitarlo en París dentro de poco, reunión
que no se concretó porque tuve que cancelar ese viaje debido a que mi hijo
mayor, Rodrigo, se rompió un pierna. Pero alcancé a hablar con Julio en esa
ocasión –sobre su estadía reciente en Nicaragua, sobre la fatiga que lo
acosaba, sobre cuánto echaba de menos a su querida Carol. Y también sobre los
preparativos que hacíamos con mi mujer, Angélica, para retornar al peligroso
Chile de Pinochet–. Me pidió que tuviéramos cuidado, como si la muerte nos
rondara a nosotros y no a él. Unas semanas más tarde, su fallecimiento impidió
que nos diéramos el abrazo que nos habíamos prometido.
La verdadera despedida, sin embargo, el momento en que tuve
la revelación de que no lo tendríamos siempre con nosotros en esta tierra,
ocurrió varios años antes de esa conversación telefónica final, en una tarde
soleada de agosto de 1980, en medio del agua del Pacífico, varios kilómetros
mar adentro de la bahía mexicana de Zihuatanejo.
Cortázar había arrendado una casa en aquella playa, para
veranear con Carol y el hijo de ella, Stéphane. Por nuestra parte, con mi
familia habíamos tomado unas habitaciones en un hotel cercano, puesto que mis
padres se nos habían unido para esas vacaciones. Mi mamá, que me había
obsequiado Bestiario cuando yo rayaba los 17 años, insistiendo en que era un
libro enigmático y señero que yo gozaría en forma particular (¡y vaya si tenía
razón!), estaba emocionada de conocer por fin a uno de los autores que más
admiraba. Recuerdo que, con la candidez que siempre la caracterizaba, le
confesó a Julio en un almuerzo al que él nos convidó (y donde cocinó un pescado
exquisito) que ella se sentía incómoda departiendo con él porque se estimaba un
cronopio insuficiente.
–Ocurre –le dijo a Cortázar, medio abochornada– que yo
enrollo la pasta dentífrica de abajo hacia arriba, en forma muy burguesa y
demasiado racional y occidental. Julio, con esa ternura inmensa y un sentido
del humor parecido al de mi madre, le aseguró que solo un cronopio hecho y
derecho podría plantearse semejante dilema. Y que, por lo tanto, con toda
solemnidad le daba la bienvenida al club de los cronopios.
Durante esos días, hablé mucho con Cortázar –sobre cómo las
dictaduras de América latina habían influido en nuestra literatura (acabábamos
de ser jurados en un concurso sobre militarismo en el continente, junto a Gabo
y Julio Scherer y Pablo González Casanova, entre otros), pero también sobre
temas menos contingentes, como la obra de Roberto Arlt, cuyas obras completas
Cortázar estaba releyendo por primera vez en décadas, para escribir el prólogo
de una nueva edición.
De lo que no hablamos, estoy seguro, fue de la vejez o de la
muerte, las que, no obstante, iban a manifestarse inesperadamente durante una
excursión en bote que Julio había organizado para que él y Stéphane salieran a
pescar, invitándome a mí y a Rodrigo para que nos acopláramos a la aventura.
martes, 11 de febrero de 2014
lunes, 10 de febrero de 2014
Blind Willie Johnson
"Blind" Willie Johnson (1897-1945) fue un cantante
y guitarrista afroamericano cuyo estilo musical combinó tanto el blues como los
espirituales; así mismo, en sus letras se pueden encontrar elementos sacros y
de blues tradicional. Entre los músicos, es considerado como uno de los mejores
intérpretes de la slide guitar, así como una de las personalidades más
reverenciadas de la música gospel en el periodo de la Gran depresión. Su música
se caracteriza por el sonido profundo, similar al de un bajo, que prodúcen sus
pulgares y su voz.
Blind Willie Johnson nació en 1897 cerca de Brenham, Texas (anteriormente al descubrimiento de su certificado de defunción, se creía que nació en Temple, Texas). Su madre falleció cuando Blind aún era muy joven, volviéndose a casar su padre al poco tiempo.
Blind Willie Johnson nació en 1897 cerca de Brenham, Texas (anteriormente al descubrimiento de su certificado de defunción, se creía que nació en Temple, Texas). Su madre falleció cuando Blind aún era muy joven, volviéndose a casar su padre al poco tiempo.
Se piensa que Willie Johnson se casó en dos ocasiones, la primera de ellas con una mujer que tenía el mismo nombre que él, Willie B Harris, y posteriormente con una joven cantante llamada Angeline Johnson, hermana del guitarrista de blues L.C. Robinson (no obstante, aún no se han descubierto los certificados de matrimonio). Las primeras investigaciones en la biografía de Johnson, realizadas por Samuel Charters, llevaron a la conclusión de que Angeline era la persona que cantaba en las grabaciones del artista; posteriores investigaciones demostraron que en realidad fue la primera mujer de Johnson.
Johnson no nació ciego, y a pesar de que no se sabe realmente cómo perdió la vista, Angeline Johson relató a Samuel Charters: "Cuando Willie tenía siete años, su padre pegó a su madrastra al encontrarla con otro hombre; la madrastra cogió lejía y se la tiró a la cara del joven Willie".
Johnson permaneció en la pobreza hasta su muerte, predicando y cantando en las calles de Beaumont, Texas, a cualquiera que quisiera escucharle. En 1945, la casa de Johnson se quemó, por lo que el músico terminó viviendo en las ruinas de la misma y durmiendo en una cama mojada, hasta que falleció debido a una neumonía (a pesar de ello, el certificado de defunción indica que la causa de la muerte fue debida a malaria junto a sífilis). En una entrevista posterior, su mujer relató que intentó llevarle a un hospital pero que le fue denegada la entrada al mismo debido a la ceguera de su marido.
Johnson aprendió rápidamente a tocar la guitarra de dóce cuerdas, dejándole su padre en las esquinas de las calles para que cantara y consiguiera dinero. Existe una historia acerca del arresto de Johnson por estar a punto de iniciar una revuelta en los juzgados de Nueva Orleans, al interpretar la canción "If I Had My Way I'd Tear the Building Down"; según Samuel Charters, el arresto se debió a que cantó delante de los juzgados y fue escuchado por un policía, el cual malinterpretó la letra de la canción creyendo que incitaba a una revuelta.
Johnson realizó 30 grabaciones musicales en cinco sesiones de grabación separadas, de 1927 a 1930, para la compañía discográfica Columbia Records; en algunas de estas grabaciones, Johson utiliza un estilo rápido con púa, mientras que en otra toca la slide guitar. Algunas de las grabaciones más famosas de Johnson incluyen la interpretación de una canción famosa de gospel, "Let Your Light Shine On Me", así como "Dark Was The Night, Cold Was The Ground", canción que trata acerca de la crucifixión de Jesús.
En 14 de estas grabaciones le acompañan bien Willie B Harris o una voz femenina que no se ha podido identificar; algunas de estas grabaciones son "Church I'm Fully Saved Today", "John the Revelator", "You'll Need Somebody on Your Bond" y "Keep Your Lamp Trimmed and Burning".
La música de Johnson han influído a una gran cantidad de artistas posteriores, realizando versiones de algunas de sus canciones músicos como Led Zeppelin (el cual incluyó una foto de Johnson en su segundo disco), Bob Dylan, The 77s, Beck, Phil Keaggy y The White Stripes, los cuales han versionado la canción "John the Revelator"; artistas del delta blues, como Son House y Fred McDowell, también grabaron versiones de canciones de Johnson.
La canción de Johnson, "If I Had My Way I'd Tear the Building Down", fue grabada por el grupo Peter, Paul, and Mary, la cual se renombró posteriormente a "Samson and Delilah" (canción que solía interpretar Grateful Dead en sus conciertos y que también grabó Gary Davis). Otro canción de Johnson, "Nobody's Fault But Mine", ha sido versionada por Mason Jennings en varias ocasiones, contando con arreglos posteriores por Led Zeppelin.
En el año 2003, la compañía discográfica Deep Sea Records publicó un disco compacto titulado "Dark was the Night" en el cual artistas como Martin Simpson, Gary Lucas, Mary Margaret O'Hara y Jody Stecher rinden tributo a Blind Willie Johnson.
La canción de Johnson, "Dark Was The Night, Cold Was The Ground" fue incluida en uno de los discos de oro, el cual fue enviado al espacio en 1977 en la sonda espacial Voyager, siendo utilizada por este motivo en la serie científica de Carl Sagan "Cosmos: A Personal Voyage" en 1980. Esta canción se utilizó también en "''The Gospel According to St. Matthew; Walk the Line", un biopic del cantante Johnny Cash realizado por Pier Paolo Pasolini y en "The Devil's Rejects", película sobre un asesino en serie realizada por el músico de rock and roll Rob Zombie.
EL TRANSPLANTE INTELECTUAL Y CORPORAL COMO REMEDIO.
-Las distintas culturas son climas espirituales, cada uno de
los cuales resulta nocivo o saludable para un determinado órgano. La historia
en su conjunto, es la ciencia de los remedios, pero no una terapia única. Por
eso hace falta un médico que utilice la ciencia de los remedios con vistas a
situar cada uno en el clima que le conviene, bien durante un tiempo o bien para
siempre. Vivir en el presente, inmersos en una sola cultura, no basta como prescripción
universal, pues perecerían allí una buena parte de individuos infinitamente
útiles, por no poder respirar en buenas condiciones. [...]
Nietzsche
sábado, 8 de febrero de 2014
El boyero, y el ternero perdido
Un boyero que apacentaba un hato de bueyes perdió un
ternero. Lo buscó, recorriendo los alrededores sin encontrarlo. Entonces
prometió a Zeus sacrificarle un cabrito si descubría quien se lo había robado.
Entró de inmediato al bosque y vio a un león comiéndose al ternero. Levantó
aterrado las manos al cielo gritando:
-¡Oh grandioso Zeus, antes te prometí inmolarte un cabrito si encontraba al
ladrón; pero ahora te prometo sacrificar un toro si consigo no caer en las
garras del ladrón!
Moraleja
Cuando busques una solución, ten presente que al encontrarla, ésta a su vez
puede convertirse en el siguiente problema.
http://fabulasconmoraleja.blogspot.com.ar
viernes, 7 de febrero de 2014
La psicología de los colores
No es un secreto que los colores evocan emociones
diferentes, y que los mercadólogos han aprovechado esta realidad por años.
¿Pero qué colores provocan qué sentimientos?
De manera notable está el rojo, el cual se dice estimula el apetito. Es por eso
que famosas cadenas de restaurantes como McDonald’s, Pizza Hut, KFC y Wendy’s
lo usan en sus logotipos e instalaciones. Mientras tanto, el azul es el tono
favorito de los hombres, y las corporaciones suelen usarlo para hacer
referencia a la productividad.
Muchas veces los compradores eligen qué comprar basándose en el color. De
hecho, según Color Marketing Group, una firma especializada en el uso de los
colores, éstos equivalen a cerca del 85% de la razón por la que una persona
elige un producto sobre otro. Además, el color tiene una gran importancia en el branding.
Sólo piensa: Coca-Cola es rojo, UPS café e IBM azul.
Te presentamos un breve análisis de qué significan los colores y cuáles son los
más recomendables, dependiendo de su uso y contexto, según CetaPro Painters:
Psicología de los colores primarios
Amarillo: Es considerado como un tono alegre y cálido.
Sin embargo, también propicia el cansancio de la vista y hace llorar a los
bebés.
Rojo: Atrae rápidamente la atención, evoca emociones fuertes e incrementa
el apetito; también se asocia con la pasión, la intensidad y el amor. No
obstante, estudios demuestran que el rojo puede afectar tu rendimiento al hacer
tareas de concentración como resolver exámenes o tomar decisiones, ya que se
asocia con el peligro.
Azul: Es el color preferido por los hombres. Propicia la calma, la
productividad y la serenidad, por lo que es el más usado en las oficinas.
También es sinónimo de confianza y seguridad, por lo que es ideal para
aseguradoras, bancos e instituciones financieras.
Colores secundarios y terciarios
Verde: Se asocia a la salud, a la tranquilidad, al
dinero y a la naturaleza. Está comprobado que los trabajadores que laboran en
un ambiente de este tono tienen menos dolores de estómago. Sin embargo, el
efecto del verde depende mucho de su tonalidad; los tonos profundos evocan
abundancia, mientras que los claro, calman.
Morado: Significa lealtad, bienestar, éxito y sabiduría. Ésta es la razón
por la que reyes y otros líderes usan atuendos morados.
Rosa: Es un color que tranquiliza y evoca al amor. Los tonos oscuros se
usan para expresar diversión, emoción, energía y juventud por lo que son
perfectos para accesorios de niñas y mujeres; los rosas claros se asocian al
romance.
Blanco: Se relaciona a la pureza, a la inocencia y al vacío. Es ideal para
usar en espacios pequeños ya que da una sensación de amplitud.
Café: Este color evoca a la tierra; a la confianza y la practicidad, pero
también resulta algo aburrido y puede asociarse con suciedad.
Naranja: Este tono es sinónimo de entusiasmo, emoción, calidez y
precaución. Por eso es usado para atraer la atención y provocar alegría.
Colores en la publicidad
Verde: Desde hace siglos es símbolo de fertilidad. De
hecho, se dice que aun en nuestros días las M&M's verdes se asocian con un
mensaje sexual.
Azul: Se suele usar para dar mensajes corporativos y evitar ser invasivos.
Empresas que lo usan: Volkswage, Forbes y AT&T.
Rojo: Estimular el apetito.
Los tonos negro, blanco, plata y dorado son generalmente usados para artículos
de lujo, porque dan la sensación de sofisticación. Marcas que lo usan: Prada,
Michael Kors y Chanel.
Rosa: Es un tono femenino. Éste, junto al lavanda y el blanco, sirve para
atraer rápidamente a la audiencia de mujeres y se relaciona con la limpieza.
Empresas que lo usan: Victoria's Secret y fundaciones de prevención del cáncer
de mama.
En espacios (casa/oficina)
Oficina: Se recomienda pintar el espacio laboral de
azul, ya que está asociado a la productividad, concentración y relajación.
Habitación: El mejor color para decorar el cuarto de una casa es el verde,
debido a que favorece la tranquilidad y da un sentimiento de salud; aspectos
esenciales para conciliar un buen sueño.
Cocina: El amarillo para este espacio es perfecto. Incrementa el
metabolismo, le agrega brillo y luz al lugar, y también brinda energía.
Cuarto de estar (cuarto de la televisión o sala): Los tonos morados claro
(como el lavanda) sirven para calmar los nervios, lo que facilita la
relajación.
Comedor: El rojo, debido a que incrementa el apetito.
En una tienda
- Para crear un ambiente propicio en una tienda o escaparate
(que haga recordar algo a tus clientes) debes tener en cuenta que, por ejemplo,
el azul se asocia con el agua, el verde con el pasto y la naturaleza, y el rojo
con el fuego.
- Para que los clientes se sientan relajados y tranquilos, los colores cálidos
como el naranja y el café son invitadores; mientras que el azul y el verde
tienen un efecto de relajación.
- Los colores brillantes como el rojo y el amarillo atraen la atención de los
consumidores. Esto se debe a que el amarillo es el primer color percibido por
la retina. Procura usar estos colores en pocas cantidades (no más del 20 por
ciento de la superficie total) ya que pueden agitar e irritar a los clientes.
- Evita no ‘ahogar’ lo que estás vendiendo por añadir demasiado color. Recuerda
que lo más importante es que tu producto destaque.
jueves, 6 de febrero de 2014
martes, 4 de febrero de 2014
Me caigo y me levanto
Nadie puede dudar de que las cosas recaen,
un señor se enferma y de golpe un miércoles recae
un lápiz en la mesa recae seguido
las mujeres, cómo recaen
teóricamente a nada o a nadie se le ocurriría recaer
pero lo mismo está sujeto
sobre todo porque recae sin conciencia
recae como si nunca antes
un jazmín para dar un ejemplo perfumado
a esa blancura
¿de dónde le viene su penosa amistad con el amarillo?
el mero permanecer ya es recaída
es jazmín entonces
y no hablemos de las palabras
esas recayentes deplorables
y de los buñuelos fríos que son la recaída clavada
contra lo que pasa, se impone pacientemente la rehabilitación
en lo más recaído hay algo que siempre pugna por rehabilitarse
en el hongo pisoteado, en el reloj sin cuerda
en los poemas de Pérez, en Pérez
todo recayente tiene ya en sí un rehabilitante
pero el problema, para nosotros lo que pensamos nuestra vida
es confuso y casi infinito
un caracol segrega y una nube aspira
seguramente recaerán
pero una compensación ajena a ellos los rehabilita
los hace treparse poco a poco a lo mejor de si mismos
antes de la recaída inevitable
pero nosotros tía ¿cómo haremos?
¿cómo nos daremos cuenta de que hemos recaído
si por la mañana estamos tan bien
tan café con leche
y no podemos medir hasta donde hemos recaído en el sueño
o en la ducha
y si sospechamos lo recadente de nuestro estado
¿cómo nos rehabilitaremos?
hay quienes recaen al llegar a la cima de una montaña
al terminar su obra maestra
al afeitarse sin un solo tajito
no toda recaída va de arriba abajo
porque arriba y abajo no quieren decir gran cosa
cuando ya no se sabe donde se está
probablemente Icaro creía tocar el cielo
cuando se hundió en el mar …. y
dios te libre de una zambullida tan mal preparada
tía ¿cómo nos rehabilitaremos?
hay quien ha sostenido que la rehabilitación
sólo es posible alterándose
pero olvidó que toda recaída es una desalteración
una vuelta al barro de la culpa
perfecto!
somos lo más que somos porque nos alteramos
salimos del barro en busca de la felicidad
y la conciencia y los pies limpios
un recayente es entonces un desalterante
de donde se sigue que
nadie se rehabilita sin alterarse
pretender la rehabilitación alterandose es una triste redundancia
nuestra condición es la recaída y la desalteración
y a mi me parece que un recayente debería rehabilitarse de otra manera
que por lo demás ignoro
No solamente ignoro eso
sino que jamás he sabido en qué momento
mi tía o yo recaemos
¿cómo rehabilitarnos entonces si a lo mejor no hemos recaído todavía?
y la rehabilitación nos encuentra ya rehabilitados
Tía, no será esa la respuesta ahora que lo pienso...
Hagamos una cosa:
Usted se rehabilita y yo la observo
varios días seguidos
digamos, una rehabilitación continua
usted está todo el tiempo rehabilitándose y yo la observo
o al revés si prefiere
pero a mí me gustaría que empezara usted
porque soy modesto y buen observador
de esa manera si yo recaigo en los intervalos de mi rehabilitación
mientras usted no le da tiempo a la recaída
y se rehabilita como en un cine continuado
al cabo poco nuestra diferencia será enorme
Usted estará tan por encima que dará gusto
entonces yo sabré que el sistema ha funcionado
y empezaré a rehabilitarme furiosamente
pondré el despertador a las tres de la mañana
suspenderé mi vida conyugal
y las demás recaídas que conozco
para que, sólo queden las que no conozco
y a lo mejor poco a poco un día estaremos otra vez juntos tía
y será tan hermoso decir...
ahora nos vamos al centro y nos compramos un helado
el mío todo de frutilla
y el de usted con chocolate y un bizcochito.
lunes, 3 de febrero de 2014
sábado, 1 de febrero de 2014
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