viernes, 29 de enero de 2016
miércoles, 27 de enero de 2016
martes, 26 de enero de 2016
lunes, 25 de enero de 2016
Pescado Rabioso - Cementerio Club
usto que pensaba en vos, nena, caí muerto
¿Qué le dio al pequeño dios
del centro gris del abismo?
Sólo sé que no soy yo a quien duerme
Sólo sé que no soy yo a quien duerme
Dime nena, ¿Adónde ves ahora
algo en mí que no detestes?
Qué solo y triste voya estar en este cementerio
Qué calor hará sin vos en verano.
domingo, 24 de enero de 2016
jueves, 21 de enero de 2016
Ecualización o compresión, cuál es el orden correcto de procesamiento?
El orden de aplicación importa,
pero mejor juega con ello según las situaciones…
Cuando empleas una cadena
formada por múltiples procesamientos sobre un instrumento, más de una
vez te habrás preguntado qué deberías aplicar primero, si la ecualización
o la compresión dinámica.
Aclaremos en primer lugar que la
ecualización tiene que ver con la alteración de los niveles de señal, aunque
dichos cambios tienen lugar sobre regiones de frecuencia cuidadosamente
seleccionadas. Por tanto, la ecualización previa a la compresión puede
influir notablemente sobre la acción de reducción de ganancia del
compresor dinámico posterior, mientras que no ocurre lo mismo cuando la
ecualización es aplicada tras el procesamiento del compresor.
Así las cosas, nuestro consejo es
que apliques cualquier ecualización (tanto de canal como
general) después de la compresión en tu cadena de procesamiento,
siempre que tú te sientas a gusto con la operación de tu compresor plugin.
Pero recuerda que si te
encuentras problemas relacionados con la frecuencia que te compliquen la
obtención de la compresión que desees, podría serte de ayuda la aplicación
de ecualización previa a la compresión.
EQ previa a la compresión, un ejemplo
práctico
¿Quieres un ejemplo de situación
real en el que ese orden de procesamientos tiene sentido? Imagina que
has grabado a un vocalista que tiene la mala costumbre de marcar el ritmo con
el pie, y las tomas están repletas de golpes filtrados de sus zapatazos
-evidentemente, el pie de micro y la montura de suspensión del micrófono no
habrían hecho bien su trabajo (son malos/ son inexistentes /
el marcaje de ritmo es en plan Godzilla -señala lo que proceda).
En tal caso, cualquier intento de
compresión sobre las tomas sería bastante complejo, y sólo dejaría aún más
integrados esos sonidos indeseables. En este caso, un filtrado de esos
picos de baja frecuencia mediante ecualización previa la compresiónlograría que
el compresor trabajase de una forma más predecible y según esperas.
Las resonancias de baja
frecuencia en guitarras acústicas o combinaciones de amplis/ altavoces de
guitarra y bajo también pueden ser atajadas empleando esta técnica.
http://www.futuremusic-es.com/ecualizacion-o-compresion-cual-es-el-orden-correcto-de-procesamiento/
miércoles, 20 de enero de 2016
martes, 19 de enero de 2016
Lightnin' Hopkins – Parte 3
Como la mayoría de los músicos de color, también Hopkins
vivió las contradicciones y los sufrimientos del contraste entre los valores
religiosos y la necesidad de emociones «fuertes». Educado en el rigor de la
iglesia baptista (donde, sea dicho de paso, cantaba en el coro) y al mismo
tiempo irresistiblemente atraído por la vida «on the road», expuesto a la
seducción del alcohol y el sexo, solía afirmar que «este estado de cosas me
acerca cada día más a la muerte». Y en su versión de un tema folk planteó
claramente el problema: Mi madre es una ferviente católica y quiere que vaya a
la iglesia. Pero ¿cómo voy a ir a la iglesia y después divertirme contigo?.
Incluso estuvo metido en el juego clandestino, época que recordaría en la
intensa 'Policy game': Todos nosotros teníamos una oportunidad cuando jugábamos
a alguno de aquellos números, y si no salía el nuestro jugábamos otra vez.
Venga, apostemos... Para ganar.
En resumen, las canciones de Lightnin’ Hopkins están llenas de elementos
cotidianos, historias de tiempos duros, reflexiones sobre el pasado, tanto más
crudas y dramáticas cuanto más ligadas a un fuerte compromiso social.
Cuando el palpitante y sinuoso «beat» del rhythm and blues y de la nueva música
eléctrica empezó a invadir las calles de Estados Unidos, Sam se retiró a
Houston, a la pequeña y querida Dowling Street, donde a finales de los sesenta
(en pleno blues revival) fue literalmente abordado por Sam Charters, quien, con
una pequeña grabadora y un micrófono, captó sus matices más espontáneos y
desencantados. Así, paradójicamente, se inició un período de gran fortuna para
Hopkins. Entonces realizó sus célebres grabaciones para Folkways y dio una
larga serie de conciertos en los campus universitarios y en los cada vez más
frecuentes festivales de folk-blues. En los últimos años de su vida (murió de
cáncer el 30 de enere de 1982) tuvo lugar un inevitable relajamiento artístico
y creativo. Sin embargo, permanece el músico y autor de gran sensibilidad, uno
de los últimos storyteller que consiguió fundir mágicamente, con extraordinaria
espontaneidad, la tradición rural con las exigencias de las nuevas modalidades
expresivas.
“Pájaro Azul”
Hay un pájaro azul
en mi corazón que
quiere salir
pero soy duro con él,
le digo quédate ahí dentro, no voy
a permitir que nadie
te vea.
quiere salir
pero soy duro con él,
le digo quédate ahí dentro, no voy
a permitir que nadie
te vea.
Hay un pájaro azul
en mi corazón que
quiere salir
pero yo le echo whisky encima y me trago
el humo de los cigarrillos,
y las putas y los camareros
y los dependientes de ultramarinos
nunca se dan cuenta
de que esté ahí dentro.
quiere salir
pero yo le echo whisky encima y me trago
el humo de los cigarrillos,
y las putas y los camareros
y los dependientes de ultramarinos
nunca se dan cuenta
de que esté ahí dentro.
Hay un pájaro azul
en mi corazón que
quiere salir
pero soy duro con él,
le digo quédate ahí abajo, ¿es que quieres
hacerme un lío?
¿es que quieres
mis obras?
¿es que quieres que se hundan las ventas de mis libros
en Europa?
quiere salir
pero soy duro con él,
le digo quédate ahí abajo, ¿es que quieres
hacerme un lío?
¿es que quieres
mis obras?
¿es que quieres que se hundan las ventas de mis libros
en Europa?
Hay un pájaro azul
en mi corazón
que quiere salir
pero soy demasiado listo, sólo le dejo salir
a veces por la noche
cuando todo el mundo duerme.
Le digo ya sé que estás ahí,
no te pongas
triste.
que quiere salir
pero soy demasiado listo, sólo le dejo salir
a veces por la noche
cuando todo el mundo duerme.
Le digo ya sé que estás ahí,
no te pongas
triste.
Luego lo vuelvo a meter,
y él canta un poquito
ahí dentro, no le he dejado
morir del todo
y dormimos juntos
así
con nuestro
pacto secreto
y es tan tierno como
para hacer llorar
a un hombre, pero yo no
lloro,
¿lloras tú?
y él canta un poquito
ahí dentro, no le he dejado
morir del todo
y dormimos juntos
así
con nuestro
pacto secreto
y es tan tierno como
para hacer llorar
a un hombre, pero yo no
lloro,
¿lloras tú?
Bukowski
Lightnin' Hopkins – Parte 2
Las cosas empezaron a cambiar a mediados de
los años cuarenta cuando, gracias al interés de su emprendedor tío paterno
Lucien, Sam conoció a la fascinante cazatalentos Lola Anne Cullum, quien
le dio la oportunidad de grabar para Aladdin Records. Hopkins ya se había
convertido en el rey de Dowling Street: un poeta, un autor de canciones que
hablaban de la vida y los problemas cotidianos de la comunidad negra de
Houston. Hopkins compartía el escenario con «Texas» Alexander, pero cuando
Cullum fue invitada a uno de sus conciertos, sólo Hopkins obtuvo sus favores.
Tanto es así que el bluesman consiguió impresionar también al otro cazatalentos
de la Aladdin, el cantante de blues Amos Milburn. El contrato se firmó muy
pronto y daría excelentes resultados discográficos.
Temas como 'West Coast blues', aunque ignorados por la crítica, llamaron la
atención de Bill Quinn, jefe de la Gold Star, la más cotizada y famosa compañía
discográfica independiente de Texas. Hopkins mantendría con este empresario una
larga y no poco atormentada relación. Es necesario subrayar la importancia que
desempeñaron las pequeñas compañías, las llamadas indies, en la recuperación y
difusión del blues y la música tradicional. Sin estas arriesgadas empresas, en
ocasiones de breve existencia, un ejército de grandes bluesmen habrían perdido
su oportunidad, como el mismo Hopkins. La difusión de sus discos en los estados
del Sur, la calidad de las grabaciones y el valor intrínseco de sus
composiciones, lo impusieron como uno de los autores más prolíficos e
innovadores del género.
De su gran sensibilidad, escondida tras la frialdad de sus gafas oscuras,
nacieron temas como 'Dirty blues', 'Bad luck and trouble', 'Automobile blues',
'Crying for bread', 'I don’t need no woman' y, sobre todo, aquella 'Going back
and talk to mama': Nací el 15 de marzo,
el año era 1912, sí, ya sabes, desde aquel día el pobre Lightnin’ nunca se ha
sentido tan bien.
lunes, 18 de enero de 2016
Lightnin' Hopkins – Parte 1
«Es cierto que no he ganado mucho dinero, aunque
también he jugado mis cartas y las he jugado lo mejor posible». Cuando Sam
Lightnin’ Hopkins vio aquel hombre de carisma irresistible que cantaba con voz
cerrada y dramática y dejaba fluir de su guitarra un torrente imparable de
baladas, blues, espirituales y danzas campestres, lo abandonó todo y se dedicó
a seguirlo con devoción. Se trataba de Blind Lemon Jefferson, una auténtica
leyenda viviente de la música, y Sam, desde ese momento, se dedicó
exclusivamente a intentar descubrir los secretos y los matices más recónditos
del arte de aquel mítico bluesman.
Así aprendió a vivir y a sentir el blues con todo su ser, construyendo
secuencias de arpegios y acordes tan libres que era imposible que ningún músico
pudiera acompañarlo: desarrollaba aquel contraste entre el riguroso ritmo del
bajo y los timbres cortantes y agudos de las «single notes», enriqueciendo la
voz con tonalidades ora cerradas ora pastosas, ora roncas ora estridentes. En
torno a 1947 se empezaron a difundir sus primeras grabaciones gracias a los
sellos independientes Aladdin Records de Los Ángeles y Gold Star de Houston.
Entre los años sesenta y setenta elaboró docenas de álbumes y también las
«majors» intentaron incluirlo en sus catálogos.
La pasión por la música no era algo nuevo para él. Nacido en 1912 en un centro
agrícola de las cercanías de Houston, aprendió con las lecciones de su hermano
Joel los primeros elementos musicales en una tosca guitarra artesanal. Aquel
instrumento rudimentario se convirtió en el áncora de sus sueños y en la banda
sonora de sus aspiraciones a una vida muy distinta de la que le esperaba, como
a tantos otros muchachos de color, marcados por un duro y desolador trabajo en
las plantaciones a cambio de unas pocas monedas.
Su posterior condición de temporero, figura del trabajador itinerante que
después sería mitificada por la literatura y la imaginación colectiva, lo
impulsó a ir continuamente de un lado a otro, trabajando como bracero, obrero
en las vías de tren... De noche actuaba en barracas, tabernas, sucios locales
barrelhouse (que se caracterizaban por su alcohol barato) y en las fiestas de
los sábados. Las amargas experiencias de aquella época, acabarían sintetizadas
en un tema de gran impacto, 'Tom Moore’s farm'. Tras su encuentro con Blind
Lemon Jefferson, desarrollaría una gran versatilidad y un dominio del ritmo que
lo convirtió en uno de los músicos más solicitados en las fiestas y los square
dance. En estas ocasiones su música acompañaba las típicas danzas rurales como
el «Texas Tommy», el «Sukey Jump» o el «Buzzard Lope», el «salto de la
culebra», en el que un bailarín danza dentro de un círculo de personas que
marcan el ritmo con las manos y los pies.
domingo, 17 de enero de 2016
sábado, 9 de enero de 2016
Avelina Lésper: «El arte contemporáneo es una farsa» - Parte 5
¿Qué aportó Duchamp al arte?
Si hay alguien publicitado y sobrestudiado, es Duchamp.
Nunca fue un artista. Fue un plagiario: el urinario no es de su autoría; es de
la baronesa Elsa von Freytag-Loringhoven, y tampoco es autor del texto que lo
justifica. Es un gran estafador. Lo que logró Duchamp fue que la mediocridad
tuviera acceso al arte. Impuso que lo que se diga de la obra importe más que la
obra, y que, por milagro de la palabra, cualquier objeto sea arte. Por eso hoy
tenemos banalidades intelectualizadas en los museos, y por eso los
coleccionistas compran un montón de libros rotos en miles de dólares. Como buen
burgués, despreció la mística del trabajo para ensalzar la ociosidad de la
palabrería hueca.
¿Podemos sustraernos al poder del mercado?
Si la manipulación de los precios y de la valoración de las
obras de arte es tan grave, es porque el mercado trafica con objetos que tienen
precios subjetivos y que, por eso, permiten la especulación. Lo que el público
debe hacer es no dejarse llevar por la moda, ni por la apariencia de gran lujo
que muestran en las ferias, ni por la sobre intelectualización de las obras,
sino ver las obras desde su propia necesidad de belleza, desde su sensibilidad.
El público debe expresar su opinión abiertamente. Que el mercado entienda que
no engaña a nadie.
El psicoanálisis, ¿sumó una lectura a las artes plásticas?
La retórica que legitima actualmente las obras es una mezcla
de todo, de panfleto político y social, de luchas de género, de psicoanálisis.
Cada idea de moda y cada tema de moda se incorporan a esa retórica y a las
obras. Las obras sobre redes sociales, internet, feminismo, etcétera, son
legión. Nunca el arte había sido tan panfletario, tan saturado de buenas
intenciones, tan moralista. Las obras actualmente son objetos cargados de
eslóganes, como los eslóganes de las oenegés o de los partidos políticos. El
arte VIP es, al mismo tiempo que frívolo y banal, ideologizado. La demagogia de
estas obras se ve en que, al mismo tiempo que muestran esa cara de
ideologización, no consisten sino en un capricho del mercado.
¿Por qué hay diferencias de opinión entre los críticos
respecto al valor de una obra o de un artista?
Eso hoy no sucede. Todos los críticos aplauden y promocionan
unánimemente el arte contemporáneo VIP. Todos le encuentran virtudes. Todos le
suman intenciones. Hoy, la opinión está absolutamente homogenizada; es un
pensamiento completamente alineado, sumiso. No hay pensamiento original, sino
repetición de las mismas ideas. Gracias a eso tienen presencia en los museos,
las ferias de arte, las universidades.
¿Un consejo para un pintor, o para un crítico?
Que no pida consejos, que vea su obra con humildad, con
objetividad, y que nunca piense que ya está hecho como artista, porque el arte
se aprende cada día y con cada obra. Tiene que creer en el fracaso; los
artistas que se sienten infalibles son mediocres y cobardes. En cuanto a los
críticos, no me interesa darles consejos.
Así es Avelina Lésper: frontal, desafiante, clara y dueña de
sus palabras. Acertada o no en su postura –el debate está servido–, esa clase
de entereza solo puede inspirar respeto.
PARA CONOCER MÁS:
La escritora y crítico de arte mejicana, graduada en
Literatura Dramática en la UNAM, y en Historia del Arte en la Universidad de
Lodz, en Polonia, Avelina Lésper, no tiene facebook ni tuiter. La dirección de
su sitio en internet es <http://www.avelinalesper.com; muchas
de sus conferencias y apariciones en televisión se encuentran fácilmente en
YouTube, y suele colaborar regularmente con diversos medios de prensa
internacionales.
Entrevista exclusiva de Samuel Bossini para ABC Color
http://www.orbiarte.com/articulos/1028-avelina-lesper-el-arte-contemporaneo-es-una-farsa
viernes, 8 de enero de 2016
Avelina Lésper: «El arte contemporáneo es una farsa» - Parte 4
¿Por qué cree usted que no aparecen movimientos artísticos,
como en otras épocas?
¿Para qué crear un movimiento nuevo si encumbrando obras sin
valor estético se gana tanto dinero? ¿Cómo concebir un movimiento que demuestre
que lo anterior es un fraude? Miles de oportunistas que no son artistas pero
que se venden como tales, y de curadores que dominan bienales y museos y ponen
obras en todas las ferias de arte, no van a permitir que se arruine su negocio.
¿Tú crees que alguien que vende sus orines como arte quiere que esto termine?
¿Se ha dejado de hablar de arte?
Se ha dejado de hacer arte y, en consecuencia, se ha dejado
de hablar de arte porque no hay arte de qué hablar. No hay obras. Se habla de
teorías, de filosofía barata, de panfletos políticos, de dinero. Es consumo
caro, rápido y de moda.
¿Cómo puede un pintor vivir de su trabajo sin caer en las
trampas del mercado?
El mercado es necesario en el arte. El artista vive de
vender su obra. Eso no equivale a engañar, ni a vender un periódico arrugado
como si fuera arte. El pintor debe concentrarse en pintar con riesgo y
dedicación, y en llegar a dominar la técnica. Como hacer arte es supuestamente
tan fácil hoy, y un montón de dulces es arte, y flagelarse es arte, etcétera,
la pintura a veces se hace invisible. Las escuelas no están enseñando a pintar.
Sustituyen las clases de dibujo por clases de cómo justificar la obra para
decir que es arte. Hoy más que nunca la pintura seria en sus objetivos y
disciplina destaca de la masa de mediocres.
¿Qué opina de las grandes casas de subastas que venden
cuadros en miles de millones de dólares?
Hacen un gran daño al arte. Vender un Cézanne en cientos de
millones de dólares deforma el valor de la obra. La gente no ve una hermosa pintura:
ve un montón de dinero. La especulación convierte las obras en acciones, en
hipotecas. Es muy ingenuo pensar que el arte no podía ser pervertido por el
dinero. Por dinero está siendo destruida la naturaleza del planeta, y por
dinero se hacen guerras; ¿por qué no iba a acabar con el arte?
La Brillo Box de Andy Warhol ¿tiene peso y valor como obra
de arte?
Warhol es un publicista, no un artista, y su única obra fue
su vida social; el resto es un fraude, una de las grandes mentiras del arte.
jueves, 7 de enero de 2016
Avelina Lésper: «El arte contemporáneo es una farsa» - Parte 3
¿Los suplementos culturales forman parte del mecanismo del
mercado?
Los suplementos y las revistas de arte promueven la especulación
y son cómplices del fraude. Las revistas de arte son parte de un negocio que
exalta el lujo, como las de moda o las de decoración. Han puesto el arte al
mismo nivel que un par de zapatos o un coche.
¿Su opinión sobre las instalaciones?
No son arte ni escultura. Son decoración y basura; no es un
adjetivo, es la realidad: llevan basura, desechos orgánicos, trastos. Y aunque
los teóricos las justifican, la prueba de que no son arte es que fuera del
museo pierden su condición de tal y retoman su valor original: son otra vez
trastos, juguetes, sillas rotas, focos, objetos que no merecen estar en un
museo.
¿No podemos esperar hoy nada de la frivolidad, como sí fue
posible hacerlo con el Art Nouveau?
El Art Nouveau no es frívolo: es uno de los estudios más
serios de las formas botánicas en el arte. Frívolas son las exposiciones de
selfis, los performances, las obras de artistas como Marina Abramovic, la cama
sucia de Tracy Emin o los puntos de Hirst. La frivolidad es pretenciosa y
fatua, y así es el arte contemporáneo VIP, vacío e inflado con dinero.
¿Qué opina de la educación artística actual??
Están engañando a los jóvenes. Adiestrándolos para que sean
funcionales al mercado. No desarrollan talento. Los jóvenes creen que salen de
la escuela convertidos en artistas, y no saben dibujar, pintar, trabajar
materiales. Aprenden a producir la verborrea suficiente para justificar que sus
fotos del Facebook se presenten como arte. El arte toma años, exige la vida, es
aprendizaje diario. Pero si matar un animal es arte, ¿quién necesita estudiar?
Nadie.
Avelina Lésper: «El arte contemporáneo es una farsa» - Parte 2
¿Cómo era hace cuarenta años la relación artista / galerías
/ marchand?
Nos tendríamos que ir más atrás, porque hace cuarenta años
ya había marchantes y galerías vendiendo basura. En las primeras décadas del
siglo XX, el marchand buscaba artistas y los impulsaba y soportaba
económicamente porque sabía que el arte toma tiempo y es difícil y que los
artistas talentosos son escasos. La galería rompía barreras sociales y exponía
para dar a conocer formas nuevas de pensamiento, con riesgo.
Ahora, el marchand
y la galería solo venden lo que está de moda y quieren muchas obras porque la
calidad no importa y porque saben que el artista las hace de forma instantánea,
que todo es, intelectual o materialmente, ready made, y que los clientes no ven
realmente la obra, que es una inversión rápida. Son como corredores de bolsa o
vendedores de terrenos; no promocionan arte, especulan con commodities.
¿Cuándo comenzó el mercado a decidir?
Con la fiebre de la especulación financiera, la economía de
la trampa y el abuso capitalista. Los millonarios compran arte para especular.
Saatchi dijo que vendió el tiburón en formol de Hirst en doce millones de
dólares al especulador financiero Steve Cohen; con ese precio lo donó al MET.
El precio real no llega ni a la tercera parte. Cohen fue juzgado por fraude. Es
uno de los billonarios coleccionistas más famosos.
¿Por qué llama usted «arte VIP» al arte actual?
Lo llamo VIP, de video-instalación-performance, porque, como
el concepto VIP de very important person, es esencialmente excluyente. La
pintura, el dibujo, la escultura que hoy se hacen no se consideran arte
contemporáneo: los llaman tradicionales y están marginados de los museos más
modernos y de las bienales de arte. La contemporaneidad se manipula como un
valor artístico y no lo es: es un valor comercial –el último auto, el último
vestido–. El arte es intemporal, sobrevive al tiempo; la moda es efímera, muere
todos los días.
miércoles, 6 de enero de 2016
Avelina Lésper: «El arte contemporáneo es una farsa» - Parte 1
Desata polémicas y abofetea a comisarios, galeristas,
críticos y artistas con sus artículos y conferencias. Hace un par de años le
preguntó a la autora de una instalación: «¿Consideras que un balde de agua es
arte porque agrega un comentario tuyo a la realidad?» Penosamente, la artista
balbuceó bajo las cámaras de Milenio TV. La temida inquisidora, luego de
agradecer sus respuestas y despedirla, la remató sin pestañear: «Estamos en la
época en que la mera intención hace arte de un balde.
Para mí, esto no es arte». La filmación, alzada en YouTube,
se hizo viral de inmediato. Es la archienemiga del «arte contemporáneo VIP»,
aclamada y repudiada en el mundo entero, y hoy entrevistada por nuestro
reportero de guerra, Samuel Bossini, en exclusiva para los lectores del
Suplemento Cultural. Ladies & Gentlemen, con ustedes… Avelina Lésper.
Cuando Avelina Lésper habla de las malas artes del mercado,
no afecta solo al ámbito de las artes plásticas, sino también al conjunto de
una sociedad que baila en torno a ese concepto tan abstracto y, a la vez, tan
poderoso. Sus cuestionamientos son, por momentos, duros, pero quizá sea más
duro aún lo que cuestiona. Al comenzar este diálogo, decido abordarla con una
pregunta general, aunque personal también, en tanto que indaga en su búsqueda y
su sensibilidad: de dónde parte ella para hacer el análisis de una obra.
¿De dónde parte Avelina Lésper para hacer el análisis de una
obra?
Soy observadora de arte desde la infancia; a los dieciséis
años conocía los grandes museos de México, de Nueva York y de Europa. Ahora la
gente antepone información y conceptos al ver, vivir y estudiar la obra misma.
Yo parto del impacto que la obra tiene en mí. Cuando observé que el discurso de
los curadores, críticos y académicos contradecía la realidad de las obras para
designarlas como arte, decidí decir lo que veo y lo que pienso.
martes, 5 de enero de 2016
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